‘Cambios. Crónicas del mundo nuevo’, de Manuel Gutiérrez

Todos los mundos el mundo

por J. Víctor Esteban.

La literatura fantástica ocupa un lugar preeminente entre los grandes éxitos del último cuarto de siglo. No deja de sorprender (tal vez no) que una vez relativizados el Apocalipsis de San Juan (después de dos mil años) y el Apocalipsis nuclear (con el fin de la guerra fría en los años noventa del siglo pasado) la literatura post-civilización esté teniendo un éxito tan amplio y rotundo.

Series como The walking dead y sus precuelas, secuelas y “a ver si cuelas” pueblan las mentes de las grandes productoras de contenidos (vacíos tantas veces). Pareciera que los seres humanos necesitáramos del miedo a la catástrofe para sentir que servimos para algo.

Perdonen la impostura climática, pero se han dado cuenta del miedo atroz que nos provoca y cómo reaccionamos ante la posibilidad de que la temperatura media del planeta se incremente en 1,5º en los próximos treinta años como si el noventa y nueve por ciento de nosotros tuviéramos la mínima idea de lo que puede significar. Pero funciona. El miedo siempre funciona. De hecho el miedo garantiza la mayoría de las carreras de nuestros amados políticos, ¿qué sería de nosotros, sin ellos, que nos libran de todo mal…?

Superhéroes con capa, con martillo, con escudo, elásticos, pedregosos, guapísimas ellas siempre, feos ellos (feministas sí, pero ellas guapas), blancos, negros y de toda la gama intermedia, todos listos para salvarnos…de nosotros mismos ¡que no tenemos ni idea!

Una historia diferente

Reconozco que cuando me pidieron la crítica de la primera parte de CAMBIOS. Crónicas del nuevo mundo me eché a temblar. ¡Zas! otra de supervivientes, pero…

Manuel Gutiérrez logra lo más difícil. ¡Es original! Sus nuevos mundos son nuestro mundo. De hecho el Apocalipsis empieza en Cortylandia. ¿Qué padre no ha sentido bajo sus pies el temblor del universo (aunque puede que fuera el Metro) al intentar acercar a sus hijos al esplendor robótico navideño? ¿Es posible escribir una crónica de un mundo finisecular lejos de Wisconsin? ¿O del área 51?

Pues resulta que sí. Que no sólo es posible sino que además puede ser divertido. Y estar bien escrito. Incluso mejora al avanzar la novela. Se nota que Manuel Gutiérrez se siente cada vez más cómodo con cada personaje que irrumpe en la narración. ¿Cuántos de estos personajes se le habrán aparecido en la madrugada cuando estaba intentando crear otros distintos? ¿Qué parte de este mundo es creatividad planificada por su autor y cuantos personajes han nacido para contar una buena historia para sorpresa de su creador?

Se dice que cuando se hundió el imperio romano desapareció todo lo bueno, la ley, el arte clásico, el teatro…y la humanidad entró en un tiempo oscuro (la humanidad entendida como Europa occidental, en el resto del mundo seguían con las luces encendidas) pero de aquel tiempo decadente surgió nuestra actualidad y aunque no se lo crean, nuestro hoy, es el mejor “hoy” de la historia de la humanidad.

Me consta que Manuel Gutiérrez está escribiendo el segundo volumen de estas Cambios. Crónicas del nuevo mundo. Y si consigue mantener lo que ya ha escrito en el primer libro, vamos a pasarlo en grande. Y sin tener que ir más allá de Santiago de Compostela.

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