El té es una bebida que reconforta, sana, refresca, alivia… un manjar líquido ahora muy de moda con grandes propiedades para nuestra salud y miles de años de historia.
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Según cuenta la leyenda, el té nació de una lágrima de Siddharta que dejó caer en la tierra para crear una planta que aliviara los grandes problemas de la humanidad: la soledad, la tristeza, la enfermedad, la vejez e, incluso, la muerte.
En realidad el té es el resultado de tratar las hojas de una planta llamada camelia sinensis pero sí es verdad que tiene grandes propiedades para la salud. Las primeras noticias sobre esta planta medicinal llegan de China del compendio que el monje Lu Yu realizó sobre ella en la época de la dinastía Tang (618-907). Más adelante, desde China el té llegó a Japón donde se extendió rápidamente por sus grandes cualidades. Y en el siglo XVII la Compañía Holandesa de las Indias Orientales se encargó de traerlo a Europa.
A la hora de hablar de tés hay que distinguir aquí entre los que son tés verdaderos y los tés de hierbas o frutas que son otro tipo de infusiones.
En realidad hay tres tipos de tés, el chino, el hindú y el híbrido, que es una combinación de ambos. Y según su tratamiento se pueden dividir en: blanco, verde, negro, rojo y azul u oolong.
El té blanco es el que tiene el sabor más fino de todos. Además tiene grandes propiedades para la salud y en algunas culturas se le considera como el ‘secreto de la eterna juventud’ por su gran poder antioxidante para combatir el envejecimiento. Neutraliza los radicales libres y además se le atribuye poder anticancerígeno. Es bueno para regular la presión sanguínea y prevenir enfermedades cardiovasculares. También es bueno para la digestión, regula el metabolismo y ayuda a adelgazar porque es diurético y evita la retención de líquidos.
El té blanco es rico en vitamina C y E, por lo cual es un gran aliado para nuestras defensas por ello mejora y protege la piel, el cabello, las uñas… y fortalece los huesos y los dientes.
El té verde se ha hecho muy popular últimamente. Cuenta con muchas propiedades antioxidantes. Es rico en catequinas y polifenoles que previenen el envejecimiento celular. Es un buen digestivo porque ayuda a eliminar toxinas y es diurético.
El té verde es una bebida muy estimulante, con lo cual es un buen sustituto del café, un gran aliado en las dietas de adelgazamiento y disminuye el colesterol. También como el blanco tiene vitaminas C y E.
El té azul o también llamado Oolong o ‘dragón negro’, es de sabor más suave que el negro pero más fuerte que el verde. Procede de Taiwan y China y es muy codiciado por sus propiedades que ayudan a adelgazar. Según algunos estudios es el mejor té para los que quieren perder peso de una forma natural. Es antioxidante, aumenta las defensas y combate el hígado graso. También es bueno contra las enfermedades cardiovasculares y para prevenir algunos tipos de cáncer.
El té rojo es el conocido como el té de los emperadores porque su consumo está muy ligado a las costumbres y tradiciones de la China medieval. En los últimos años se ha puesto muy de moda ya que es un buen aliado en las dietas de adelgazamiento porque consume la grasa superflua y previene la retención de líquidos. Además, puede ayudar contra enfermedades como aterosclerosis, diabetes y las cardiovasculares. Como los demás, también cuenta con propiedades antioxidantes, mejora la autoestima y ayuda a combatir la depresión.
El té negro tiene un sabor muy acentuado. Sus hojas se recolectan y permanecen al sol hasta 24 horas para acelerar su oxidación. Es rico en L-tianina, un aminoácido que estimula, con lo cual es ideal para despertarte por la mañana. Tiene menos antioxidantes que el blanco y el verde pero es muy rico en minerales como cinc, calcio, cromo, magnesio, manganeso, hierro, potasio, fósforo, flúor y aluminio. Previene la formación de caries, es bueno para los huesos, mejora el rendimiento intelectual, reduce el riesgo de ataques cardiácos…
Junto a los tés verdaderos hay una buena variedad de infusiones para todos los gustos, entre las que podemos encontrar las de fresa o cereza, para los más golosos, de frambuesa, muy fuerte y ácida, las de papaya, con un gran poder antioxidante, las de frutas del bosque, para los más sibaritas… Y para aquellos que gusta de bebidas afrodisiacas, recomendamos el té de canela o el de chocolate con menta. Delicatessen con miles de años de historia.
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