King Gizzard and the Lizard Wizard, la elevación a la enésima potencia del fuzz más fiestero

Texto e imágenes: Àlex Caballero (Barcelona)

Sin poder llegar a tiempo a la sala para ver a Stonefield ni a Orb, algo de lo que me pude resarcir mínimamente en la parte final del concierto, resulta tan sorprendente como reconfortante ver la Razzmatazz de Barcelona llena hasta la bandera (semanas antes del show ya se había colgado el cartel de sold-out) para ver a ese dragón australiano de siete cabezas llamado King Gizzard And The Lizard Wizard sobre las tablas.

Sobretodo teniendo en cuenta que vivimos en una era en la tanto el rap, como el trap, como el reggaeton o el urban en general no paran de copar minutos y visitas en youtube, litros de tinta en la prensa generalista, millones de clicks por minuto a lo largo y ancho de la red y de colgar carteles de sold-out por todo el estado español tanto en salas como en estadios.

Y aún más todavía sabiendo que lo de King Gizzard And The Lizard Wizard pasa por recuperar toda esa movida tan añeja y fechada como es el hard rock setentero de carácter progresivo y psicodélico, ahí es nada. Creo que el mérito es supino y hay que reconocerlo y decirlo bien alto y claro.

Sobre el concierto cabría destacar prácticamente todo, no hubo nada que reprocharles a los australianos llegando incluso a superar todas las expectativas rubricando uno de los mejores bolos que he podido ver este año (entre los cinco mejores seguro) cumpliendo la holgada duración de una hora y tres cuartos para ser exactos.

Dotados de una evidente alegría sobre las tablas, unas muy sobradas ganas de pasárselo bien y hacérselo pasar aún mejor al respetable, una compenetración y una química entres ellos más que notable, un sonido absolutamente atronador, unas visuales (que iban relacionadas normalmente con el disco en cuestión que estuvieran tocando en ese momento) en las que la psicodelia colorista era la gran protagonista y una entrega más allá de toda duda (supongo que lo de ser el último concierto de la gira europea también ayudó a la exaltación de los ánimos), hay que admitir que esta gente sabe cómo montar una fiesta en toda regla y salir como los absolutos triunfadores de ella.

Sobre el set-list diré que para mi fue muy exagerado.

Como no podía ser de otra manera los Gizzard comenzaron con un trío maravillas extraído de su último álbum llamado Infest The Rats Nest (2019), empezando con Venusian 2, continuando con Mars For The Rich y cerrando el bloque con la descomunal Planet B, sin duda una de las más laureadas. Acto seguido volvieron a completar otro bloque, esta vez de cuatro temas, pertenecientes al Polygondwanaland (2017), disco que además en su momento pusieron a disposición de todo el mundo de manera gratuita autorizando a las discográficas a editar sus propias versiones del mismo sin restricciones.

De él cayeron Crumbling CastleThe Forth ColourDeserted Dunes Welcome Weary Feet The Castle In The Air. Acto seguido el repaso a su discografía pasó por el Plastic Boogie de su Fishing For Fishies (2019) y el Hot Water de I’m In Your Mind Fuzz (2014), para volver a encarar otro bloque completo de tres canciones pertenecientes al Nanogon Infinity (2016) con Robot Stop, Big Fig Wasp y Gamma Knife.

El broche previo al final del concierto lo pusieron This Thing, de nuevo del Fishing For Fishies (2019) y Billabong Valley, del Flying Microtonal Banana (2017). 

Pero lo curioso es que lo mejor estaba todavía por llegar.

Con más de una hora de concierto a las espaldas, los Gizzard empezaron a entonar los primeros acordes de Head On/Pill del Float Along/Fill Your Lungs (2013), un tema de 16 minutos que se convirtió en una bacanal en forma de jam eterna, nada menos que 30 minutos de duración, con Orb Stonefield sobre las tablas cambiando de instrumentos con los componentes de los Gizzard dejando cierta libertad a algunos de ellos para tirarse al público y hacer crowd-surfing por encima del respetable convirtiendo el final del concierto en una fiesta descomunal.

Tanto es así que incluso el cantante de los Gizzard pidió al público que lo llevara en volandas hasta el final de la sala para entregarle una cerveza a su técnico de sonido en mano localizado en la parte más alejada del escenario para acabar de vuelta sobre las tablas en calzoncillos y rociando de cerveza de manera continuada a las primeras filas de la sala en una comunión musical, física y emocional absolutamente desbordante. 

¿Cuándo vuelven por favor?

+ Info: King Gizzard and the Lizard Wizard + Stonefield + ORB / 19 octubre 2019 / Sala Razzmatazz (Barcelona)

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