Que en Euskadi se come bien no es ninguna novedad, que son los reyes de los pintxos tampoco, así que al entrar en un bar “vasco” las expectativas suelen ser altas.
En euskera para decir cocina usan una palabra que viene a significar “lugar junto al fuego”; esa palabra es sukaldea. Hace unas semanas fui a conocer un bar de pinchos-restaurante en la zona de Atocha, Sukaldea Atotxa, un lugar podrás comer de lujo.⠀
El local está muy cerca del museo Reina Sofía y el ticket medio es de 20€ por persona. Además, allí puedes degustar las cervezas checas Pilsner Urquell y Kozel Dark de barril, unas cervezas con gran tradición y gran sabor.⠀
Tras probar los pintxos que a continuación os muestro, pude comprobar que la cocina de este local es una cocina cuidada, que se toma su tiempo para sacar lo mejor de una materia prima de primera, lo que se traduce en un gran sabor.
Solomillo con pimientos confitados y pimiento del padrón.
Una de las cosas que más me gustaron es la calidad de la materia prima, en este caso es una carne de buenísima calidad y con el punto exacto de cocinado.
Tortilla con cebolla caramelizada.
Hecha con mimo, sumamente jugosa y con un sabor buenísimo, solo por eso, merece una visita.
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Croquetas de boletus y jamón ibérico con trufa.
Madre mía la cremosidad de estas croquetas, y además llenas de sabor.
Boletus edulis salteado con mantequilla y ajo tostado, yema de huevo, aceite de trufa y virutas de jamón.
El pintxo estrella de la noche, como bien nos contaron después, no todos los boletus son iguales, de hecho hay unas 300 especies distintas. El más apreciado, y también más caro y difícil de encontrar fresco, es el boletus edulis, por lo que no siempre es posible hacer esta delicia. Un pintxo lleno de sabor, absolutamente delicioso.
Delicia de Idiazabal en tempura con piparra y salsa de Pedro Ximenez.
Un buñuelo de queso y con un punto picante, …no digo más.
Bikini de Carrillera de ternera con provolone.
Un sandwich con unas carrilleras melosas y el punto del queso fundido.
Pintxo de Foie con mermelada casera de higos.
Tengo una lucha mental entre si este fue mi favorito o lo fue el de boletus, me tomaría diez más de cada por ver quién desempata.
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Arroz con leche con galleta de caramelo.
De esos hechos despacito y con cariño, cremoso y con el punto crujiente de la galleta.
Si estás por la zona, yo no lo dudaría, es más, iría a la zona a propósito a disfrutar de una cocina bien hecha. Hoy tendré que firmar Antonio sukaldean.
