ENTREVISTA IÑIGO VELASCO

ENTREVISTA A IÑIGO VELASCO
FUNDADOR DE ESCUELA DE SABER

Escuela de Saber y Seebook se unen para ofrecer audiolibros de historia en un nuevo formato

La lectura es importante. Da igual cómo se practique. Y en pleno siglo XXI, en Seebook no pensamos que la lectura tradicional en papel sea la única forma admisible de leer. Por eso en 2014 lanzamos nuestras tarjetas de descarga de libros digitales, los primeros ebooks que se pueden firmar o comprar en librerías. Y como ya os hemos anunciado en este blog, este año vamos a aplicar el mismo concepto formato físico a los audiolibros.

Y empezamos con seis títulos de divulgación histórica del catálogo de Escuela de Saber, una audio-editorial española pionera en aplicar un concepto que en otras latitudes ya ha alcanzado el éxito que merece.

Entrevistamos aquí a Iñigo Velasco, fundador y CEO de esta iniciativa: 

Íñigo, ¿cómo te gusta denominar lo que haces? ¿Audiocursos, audiolibros, audioensayos, podcasts?

Es una cuestión difícil y me ha supuesto un quebradero de cabeza. Podría decir que todos valen, pero con matices, y es precisamente este matiz el que intentaré explicar y por el que nos diferenciamos de otros formatos hechos hasta la fecha:

La principal característica de Escuela de Saber es que todos los temas han sido escritos expresamente para ser escuchados. Por lo tanto, nos salimos del formato tradicional de audiolibro, que consiste en ponerle voz a una obra ya previamente escrita.

Por otro lado, intentamos que los autores adapten sus conocimientos científicos a un lenguaje divulgativo y no queremos que profundicen hasta un nivel excesivamente académico, por eso les ponemos un límite de media hora por capítulo. Un ensayo entiendo que sería más profundo.

Por último, los podcast suelen ser particulares que hablan durante un rato sobre un tema histórico, como si fuese un programa de radio. Nosotros vamos más allá en cuanto a divulgación del conocimiento, tanto por los autores como por el contenido.

Si tuviera que definirlo en una sola frase, diría que intentamos hacer accesible el conocimiento. Tender puentes entre la universidad y la sociedad. Por ello también hemos optado por el formato audio.

En España el audiolibro sigue siendo prácticamente un desconocido. Muchos afirman que aquí este formato no va a triunfar nunca. Las razones aducidas son bastante curiosas y no dejan precisamente muy buena imagen de nuestro país: como somos de tradición católica, no hemos aprendido a ser introspectivos como los países protestantes del Norte; como aquí hace tan buen tiempo, no sabemos estar tranquilos en casa para concentrarnos; como somos tan ruidosos, interrumpones y tertulianos, no hemos aprendido a escuchar; nos gusta tanto tener un empleo a la puerta de casa que no disponemos de horas muertas para concentrarnos conduciendo o en el transporte público; etc. ¿Qué les dirías a todas estas voces agoreras?

Es cierto que el audiolibro no ha llegado a España como en otros países. Esto me recuerda a una anécdota de cuando comenzaba internet, las conexiones eran malas y no existía demasiado contenido. Un conocido me dijo que “yo a esto de internet le doy un año” (risas). Es una cuestión de costumbres, de tendencias. En EE.UU., cuna de este tipo de formatos, hay mucha tradición de escuchar audiolibros porque la gente pasa muchas horas en el coche. Una vez que descubres la posibilidad de leer escuchando mientras das un paseo, conduces o tomas el sol en la playa, lo incorporas a tus hábitos y simplemente amplías el abanico de posibilidades de disfrutar de la cultura. Es cuestión de tiempo.

¿Qué te llevó a liarte la manta a la cabeza e iniciar una empresa que a bote pronto parece tan arriesgada?

Por mi profesión, comercio internacional, he pasado muchas horas viajando, en coche, avión, tren… Descubrí a la empresa americana que me inspiró y me pareció una buena idea para aprender y practicar inglés al mismo tiempo. Después quise encontrar algo parecido en español, temas relacionado con nuestra historia, sin éxito. Fui desarrollando mi modelo de negocio mentalmente casi sin querer. Un día lo tienes en la cabeza y piensas: lo va a hacer otro y se me va a adelantar. Es ahí cuando ya no hay vuelta atrás, solo tenemos una vida y hay que luchar por cumplir tus sueños.

¿Cuáles son las temáticas presentes hasta ahora en Escuela de Saber?

En esta primera etapa hemos creado dos áreas principales: Historia de ciudades e historia de España y mundial. La historia de las ciudades me parece muy interesante, casi más para la gente que vive en ellas que para turistas. Cuando conoces la historia de tu ciudad la ves con otros ojos: las batallas, la estructura social en cada época, los principales monumentos… En cuanto a la historia general, ha sido interesante porque he optado por temas generales de los a que mí mismo me apetecía saber más (nunca estudié historia). Que te los expliquen los mejores especialistas es un verdadero lujo.

Más adelante nos encantaría ampliar el catálogo de audiolibros a temas de historia americana, Incas, Mayas, Aztecas. También a otras ramas del saber como la filosofía, las ciencias o la música.

Tú has conseguido persuadir a 18 profesores universitarios españoles de primera fila para que te escriban un libro que les va a servir muy poco para sus sexenios y que no se va a publicar en papel. Y, además, los has persuadido para que hagan algo que a la mayoría les resulta especialmente difícil: redactar de una forma divulgativa y apta para la audición. ¿Cómo has logrado semejante hazaña?

Pues dicho así lo parece, pero no es para tanto: lo conseguí yendo a hablar con ellos y proponiéndoles el proyecto tal y como aquí lo explico. Nada que se salga de lo normal. La verdad es que les estoy muy agradecido. Pero también pienso que probablemente estén más abiertos a divulgar su conocimiento de lo que pensamos. El problema es que muchas veces el mundo universitario y la sociedad van por caminos separados, aunque no debería ser así. Que no haya cursado estudios específicos de historia no significa que no me interese mucho de lo que allí se estudia.

Es curioso, hay bastante unanimidad entre los profesores en que les ha costado resumir y escribir con un tono un poco más divulgativo de lo que lo hacen habitualmente. Pero todos han visto con muy buenos ojos la iniciativa de escribir cambiando el registro para llegar a más gente.

¿Cuáles son las reacciones de tus lectores —perdón, ¡de tus oyentes!— una vez han roto el hielo y han escuchado alguno de tus audiolibros de historia?

Esto me hace especial ilusión. A veces me escriben para darme las gracias por la iniciativa. Hace poco un recién jubilado me dijo que ya no podía vivir sin ello. Eso es una gran satisfacción. También es cierto que lo que más cuesta es incluir este hábito entre tus rutinas. Todo el mundo tiene una buena excusa para no leer más. En este caso, aunque lo pongamos muy fácil, sucede algo parecido.

¿A qué tipo de oyentes crees que pueden interesarles más tus audiolbros?

Están hechos para un público bastante amplio. Hay que tener en cuenta que son contenidos preparados por profesores universitarios y/o investigadores, así que hay que tener cierta base. Salvo excepciones, no es para estudiantes de secundaria. En mi opinión, el público objetivo es aquel que nunca estudió historia y se quedó con ganas de saber un poco más, pero al que un manual o monográfico sobre un tema en concreto le parece demasiado.

¿Qué te decidió a iniciar una colaboración con Seebook y a llevar tus audiolibros a las librerías en nuestro formato?

Hoy día estamos en un momento de vacío tecnológico. Pasa no solo con libros, también con música o TV. Quien más, quien menos ya utiliza formatos digitales, pero no todo el mundo compra por internet o sabe dónde buscar. Creo que la experiencia de ir a una librería, rebuscar entre los títulos y pensar con qué te apetece estimularte intelectualmente todavía no se ha logrado en internet. Las librerías tienen algo especial.

Además, nuestro público objetivo en muchos casos es gente mayor, que no navega demasiado. La posibilidad de comprar nuestros audiolibros en una librería es una forma de llegar donde están ellos y decirles “Aquí estamos, te lo ponemos fácil”. Y Seebook también ofrece la opción de escuchar en streaming, “de la tarjeta directo al móvil”. ¡Ideal para inexpertos!

Seebook consigue llenar este vacío. Tiene una magnifica cadena de distribución y funcionan muy bien. Serios y profesionales. Además están abiertos a cualquier idea o sugerencia que podamos hacerles quienes contactamos con ellos.

¿Nos permites que pongamos aquí una muestra de uno de tus cursos? ¿Cuál propones y por qué?

Por supuesto, la que queráis. Tienen un éxito especial El Imperio Romano de Pedro López Barja de Quiroga o la introducción a La Revolución Rusa de Pedro Piedras Monroy.

Así pues, y con el permiso concedido, os dejamos aquí una generosa muestra de dos horas de La Revolución Rusa, en la que podréis apreciar todas las funcionalidades de nuestras tarjetas Seebook: escucha en streaming directamente desde el móvil, con bajo consumo de datos y de memoria, o bien descarga de la muestra completa tanto en MP3 como en M4B para iTunes.

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