Amor y amistad contra guerra y barbarie
por Charo Sardina
La ciudad del alma dormida es una historia de amor en una España prebélica en la que los odios pueden más que la propia vida. Los acontecimientos se desarrollan en el Bilbao de los años 30. Ignacio es un periodista de un medio local que escribe sobre deportes pero que por azar tiene que informar sobre el crimen de una joven en un barrio de dudosa reputación.
Para asesorarse sobre el tema echa mano de la experiencia de un antiguo policía y juntos emprenden una investigación. Al tiempo, Ignacio se prenda de Irene, una muchacha de Guernica que trabaja en su librería favorita.
Los amores y desamores de Irene e Ignacio se turnan con la indagación sobre el crimen de la joven meretriz, pero la guerra trastoca todos los planes. El silencio se impone en la investigación, hay interés para que no se descubra, mientras los jóvenes amantes nunca imaginarán lo que se les viene encima.
Hay que decir que esta historia no es una más sobre la Guerra Civil, pero sí es este el marco donde se desarrolla y por ende se describen los escenarios ya tan manidos después de 80 años.
Me ha gustado la forma de contar la historia de Félix G. Modroño, el autor de La ciudad del alma dormida. No hace un abierto alegato de buenos o malos, sino que utiliza la contienda para dar forma a su historia de amor y barbarie y también, por qué no, de amistad, encarnada en Kepa, el amigo de Ignacio. La ciudad del alma dormida es una novela amena, sencilla de leer y no recomendable para los de lágrima fácil.
Félix G. Modroño es un escritor vizcaíno, de Portugalete, que vive en Santander. Ha publicado otros títulos como Villalpando, paisajes y rincones, en homenaje al pueblo zamorano donde nacieron sus padres. Su primera novela fue La sangre de los crucificados, el inicio de la saga protagonizada por el doctor Zúñiga, un peculiar investigador del siglo XVII. Tras dos obras históricas publicó La ciudad de los ojos grises, su primera novela sobre Bilbao en la que retrata el Bocho de principios del siglo XX.
