VOLVEMOS AL HORARIO DE VERANO

Cinco ideas para hacer más llevadero el cambio de hora

Volvemos al horario de verano, y con el cambio de hora otra vez a preguntarnos si de verdad es tan importante alterar la rutina de nuestros horarios, con el ajetreo que ello conlleva que, muchas veces, supera lo anecdótico para convertirse en serio. Otra vez a cambiar hábitos y costumbres sin que sigamos muy convencidos de su eficacia en el ahorro de energía pero sí en el cambio que experimentan nuestros cuerpos por ello. 

Nos gusta el cambio al horario de verano porque los días son más largos pero no nos gusta porque parece que hay que madrugar más, porque la primera semana es de noche cuando suena el despertador, porque descontrola los horarios de comida…

En cuanto al cambio de invierno, que la noche se eche encima ‘de pronto’ es bastante deprimente para la mayoría de la gente. Es como si el día se acabara antes. 

Sea como fuere, el cambio de hora no deja indiferente a nadie. Y algo hay que hacer para que no nos afecte. 

1.- Para adaptarte mejor al horario de verano, mentalízate unos días antes de que sobre todo los primeros días te costará más levantarte, pero a cambio disfrutarás mucho más de las largas tardes. 

2.- Olvídate lo antes posible de que ‘han cambiado la hora’ y sigue con tu vida normal. Intenta comer e irte a dormir a la misma hora de siempre.

3.- Piensa en positivo. Con el de verano disfruta de la luz del atardecer a las 10 de la noche. No hay nada igual. Con el cambio de invierno, piensa que todos los días es como si te levantaras una hora más tarde. 

4.– El cambio de marzo es el primer paso para la llegada del verano, de las largas horas de luz, de las vacaciones de Semana Santa y del puente del mayo. El cambio de octubre nos anuncia que ya está ahí la Navidad y con ella las vacaciones y… el puente de diciembre. 

5.- Si con el cambio de verano ahorramos luz, la ventaja del cambio de octubre se tiene que sentir de otra manera: ¿qué me dices de esas tardes de domingo de invierno sentado en el sofá con tu pareja, tu mantita y tu peli preferida? 

¿Por qué en España tenemos siempre una hora más?

Hasta 1884, el horario se establecía en cada país de forma unilateral. Fue entonces cuando 27 países se reunieron en Washington para reorganizar el horario mundial según los meridianos. Se dividió la Tierra en 24 partes de arriba a abajo para adjudicar una franja horaria a cada zona. Sin embargo, España no unificó su horario con el meridiano de Greenwich que, además de por Londres, pasa por Barcelona como sí hicieron Gran Bretaña y Portugal y nos pusimos el mismo horario –a excepción de Canarias- de los países del centro de Europa.

La costumbre de cambiar el horario viene ya de muchos años atrás  y no es solo una costumbre de España. La gran idea de cambiar el horario para aprovechar más las horas de sol en verano se le atribuye al constructor británico William Willet  quien, en 1907, la llevó al Parlamente Británico. El constructor proponía adelantar 80 minutos en verano, para que las tardes tuvieran más luz y así  ‘ahorrar 2,5 millones de libras’. Lo que Willett proponía era adelantar los relojes 20 minutos a las 2 de la madrugada durante los cuatro domingos de abril. Y que luego atrasarlos de igual manera durante los domingos de septiembre.

Al principio se rechazó la idea, pero el estallido de la I Guerra Mundial la devolvió al Parlamento. Sin embargo, fue Alemania el primer país en llevar a cabo la medida a causa de la necesidad de ahorrar carbón durante la confrontación. El proyecto británico fue aprobado en 1916.

En España llevamos haciendo el cambio de hora desde 1974 y desde el año 2000 lo hacemos el mismo día que el resto de Europa, tanto en verano como en invierno. O sea, los últimos domingos de marzo y octubre.

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