La cerveza polaca es la mejor

Para demostrarte lo equivocado que estás, Manuel Gris, te argumentaré “desde mi lado del espejo”, porque es bueno beber cerveza polaca y lo haré esgrimiendo una “clara” oposición a tus palabras anteriores.

Y lo haré sin insultos, jodido ser mugriento, poniendo de ejemplo una vieja leyenda japonesa en la que un joven alumno de artes marciales cuyo nombre era Xhogun Xhagun To, fue a ver a su maestro antes de contraer matrimonio con Maripili, una transexual adoradora de Satán nacida en Albacete.

El joven tenía dudas existenciales y por ese motivo requirió a su maestro, el gran sabio anciano Shanshao Shan Shai Shin Shon Shun. Éste estaba meditando con su cabra tuerta cuando recibió la visita de su tan querido alumno.

Al verlo entrar por la puerta esbozó una sonrisa de circunstancias y desconfió porque Xhogun llevaba sin pagarle cuatro cuotas. El maestro se detuvo de golpe, miró a su pupilo a los ojos, se alisó el pelo con delicadeza y dio un triple salto mortal, cayendo en la barriga de un obeso mórbido, al que reventó como un pollo en un crematorio. Este gesto no sirvió ABSOLUTAMENTE de nada, pero fue una puesta en escena espectacular y recibió varios aplausos por ello y una nominación a los Razzies.

Pues bien, el alumno le preguntó a Shanshao si era legítimo usar la violencia en un mundo violento y este le respondió que la violencia es el último refugio de los cobardes, que solo los más necios (como tú, Manuel Gris) utilizan la violencia como arma arrojadiza contra los demás.

El alumno pareció satisfecho del consejo y al girarse, fue despedazado por su maestro y convertido en unos sabrosos rollitos de primavera con dados de queso de cabra. Los rollitos ayudaron a subsanar la deuda y con las sobras hizo un kebab mixto sin picante.

Shanshao, orgulloso de su alumno, le llevó el kebab a la novia desconsolada y se lo comieron entre los dos. Shanshao, harto de sake, acabó seduciendo a Maripili, que también le iba a marcha. Los dos se casaron, recordando para siempre al difunto y maldiciendo a los dioses por la muerte tan injusta que tuvo. Tras honrar su memoria durante tres segundos y cinco centésimas se trasladaron al lugar más hermoso del mundo, Puerto Hurraco.

Como puedes ver esta es mi forma de hacer oposición, aportando datos relevantes y útiles.

La moraleja es clara: cerveza polaca, siempre.

Y hago esta oposición con argumentos, sin insultar, puto subnormal.

Aporto una gran claridad de ideas y con el debido respeto siempre, compartiendo información veraz para que veas la verdad, la puta verdad de una vez.

Es mejor la orina que la cerveza española y sólo la cerveza fabricada en Chernobyl puede superar el sabor inigualable de la cerveza polaca.

Además, te daré datos relevantes que ayudaran a reforzar mi posición, mi útil posición ante este tema tan importante: la cerveza se sirve mejor fría y es mejor no mezclarla con vino.

No es cuestión de estar unidos o no, es cuestión de que aceptes que tengo YO la razón por tres motivos.

  1. Soy superior intelectualmente a ti y tengo una hortografía pulcra que lo demuestra.
  2. La cerveza polaca se fabrica en Polonia.
  3. …No me acuerdo, pero ya me saldrá.

Así, como puedes ver respeto todas las ideas, excepto a los que no piensan como yo.

(Artículo en el que Manuel Gris y un servidor ironizamos sobre las guerras absurdas que corren por internet y redes sociales, donde impera el aplastar al contrario en vez de debatir y aportar diferentes puntos de vista que podrían enriquecernos en vez de empobrecernos. Y también porque, no, haciendo un poco de autocrítica, que tampoco viene mal, ya que somos un poco gilipollas. Por cierto, conocí al alumno ese, Xhogun y me las tuve con él por Facebook por el tamaño ideal de los melocotones. Él decía que grandes y yo que pequeños porque eran más jugosos. Era un imbécil. Merecía morir).

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