Reflexiones desde mi espejo

Blog de Opinión

Manuel Gris

Todo por poder dar más de diez pasos

Hace bastantes años tuve la oportunidad de conocer a un tipo bastante peculiar en una de las tantas fiestas/barbacoas que preparaba un muy buen amigo mío por motivos que, en realidad, poco importaban. El caso era beber, comer, tratar de follar, y poco más.

¿Os acordáis cuando la vida era eso y nada más? Que tiempos aquellos…

El caso es que con ese chaval, cuya nacionalidad no recuerdo muy bien porque ya eran las siete de la tarde y andábamos todos más allí que aquí, tuve una conversación muy interesante en la cola del lavabo.

Sin venir a cuento el chico se me puso al lado, apoyó una mano en mi hombro y me dijo Mira a toda esta gente ¿Quiénes son?, ¿por qué te los ha puesto delante la vida? ¿Verás a alguno desnudo algún día? (en ese punto ya creía que me estaba tirando los palos, pero por suerte siguió hablando), es curioso como toda la gente que se pone cerca nuestro, que nos habla, que nos folla, seguramente están cambiando nuestro destino, ¿no crees? Es decir, quizá tu destino es llegar a presidente, pero esa de ahí te va a pegar un herpes y acabarás muerto en el hospital; o ese de allá va a darte una paliza por coger la última cerveza y, ¡pam!, coma o tetraplejia y a la mierda lo de ser futbolista. La gente está para jodernos, ¿no lo ves? No sirven más que para jodernos. Tras esto entro en el lavabo, colándose, y vomitó en la bañera y parte del suelo; todo sin cerrar la puerta. Después salió a la terraza a fumar y no recuerdo verle más en toda la fiesta.

Tampoco recuerdo mucho más de la fiesta, pero ese tampoco es el caso.

Me ha venido a la memoria esta historia, más o menos verídica, porque entre unos y otros, entre los que no dicen claramente la verdad y los que entienden a cada segundo lo que les sale de los huevos, mucha gente va a acabar perdiendo algo peor que el trabajo, la felicidad, la pareja o la capacidad de comer cuando quiera: un familiar, o vuestra propia vida.

Porque una cosa es que haya gilipollas en nuestra sociedad, o que la picaresca española siempre esté presente, y otra muy distinta que os haya poseído un pasotismo total con respecto a la realidad y la nula empatía por las familias que van a sufrir, los sanitarios que se están dejando los huevos en su trabajo, o el poder volver todos a la normalidad, sin rozar siquiera la estúpida y fascista “nueva normalidad” que algunos ya se han tragado tan cubierta de vaselina que casi les hueve la boca a los huevos de nuestros gobernantes.

El mareo generalizado y los vaivenes de nuestro gobierno, han llevado a la sociedad a un estado de hibernación mental tan profundo y severo que ni siquiera se plantean lo que hacen ni porqué, no tratan de pensar antes de sacar a los niños sin protección a la calle, a los ancianos de paseo sin las mascarillas puestas o sin que toquen NADA, sino que directamente se toman esto como un sálvese quien pueda y toman las calles a base de aglomeraciones, paseos, carreras, ciclismo, y demás actividades que nada tiene  que ver con la teoría de gafapasta sabelotodo de las perspectivas de cámara o la maldad de los “enemigos del estado”.

Porque ya no hay excusas, solo hay que salir a la calle y abrir los ojos; escuchar lo que se dice fuera de vuestro circulo de felicidad, y abrir los ojos; o leer fuera de los mamporreros de los que mandan y, acertasteis, abrir los ojos. Y todo el que no lo haga pues que se empiece a preparar para ser el tonto útil del gobierno, al que usarán para escurrir el bulto y quitarse de encima las próximas muertes debido a las manadas de becerros que buscan dar más de diez pasos sin chocar con una pared.

Aquel chaval hablaba con sabiduría, completamente borracho pero con sabiduría, y es que da igual lo listo que te creas o lo controlada que pienses que está tu vida: siempre puede aparecer alguien que, debido a su existencia, le ponga punto y final a tus sueños.

¿Qué haréis el día 11 de mayo?