5 veces que lloraste con un videojuego

Videojuegos para llorar

¿Nunca te has involucrado tanto con un videojuego y con sus personajes que, en determinados momentos, se te ha caído la lagrimita? Si la respuesta es afirmativa -y en caso contrario, eres un sincorazón- seguro que habrás vivido alguno de estos momentos.

¡Atención! Se vienen spoilers, ten cuidado si no te quieres destripar la historia de alguno de estos juegos. 

Hellblade: Senua’s Sacrifice

Quizá era demasiado suponer -y confiar- que la peligrosa batalla mental y real que Senua libra desde que Hellblade comienza hasta que termina iba a acabar con “y vivieron felices y comieron perdices”.

HellbladeSi no era suficientemente duro el hecho de que Senua había vivido toda su vida repudiada por su gente por culpa de las voces que escucha en su cabeza (y tú también oirás constantemente gracias a un magnífico trabajo de Ninja Theory), añade a la ecuación que la única persona que consigue comprenderla, aceptarla y quererla tal y como es, es torturada y salvajemente.

Con esa pesada carga, es muy difícil controlar al menos un par de lágrimas de frustración compartida cuando descubres que, a pesar de todos los riesgos y de todo el empeño, todo lo que has hecho no sirve absolutamente para nada.

Mass Effect 3

Después de casi 3 juegos completos, Shepard -y tú- ha visto y vivido mucho. Ha ganado compañeros y amigos verdaderos, algunos se quedaron por el camino y otros siguen aquí contigo, apoyándote.

Algunas misiones fueron un éxito y otras fracasos que te hicieron tambalear, has visto nuevos mundos, reído y encontrado respuestas a preguntas que nadie podría imaginar cuánto podrían influir en el futuro del universo.

Has descubierto el amor, puede que incluso más de una vez. Pero lo más importante de todo es que has conseguido unir a todas las razas del universo conocido, dejar a un lado sus diferencias y hacerles ver que tienen mucho más en común de lo que pensaban. Ya sabes por dónde voy, ¿eh?

Mass EffectSí, ese momento del juego en el que se te presenta la batalla definitiva, no parece que tengas todas las de ganar y tienes que ir, compañero por compañero, amigo por amigo, despidiéndote de Garrus, Wrex, Tali, Liara y los demás. Pensando en Mordin o Legion, que se quedaron por el camino.

Sincerarte con cada uno de ellos antes de la batalla pensando que puede ser la última vez que los ves es una avalancha de sentimientos que poca gente ha podido gestionar manteniendo la compostura. 

Gears of War

Aquí hay dos opciones: o se te rompió el corazón en una situación que ahora mencionaremos, o en las dos.

Desde el principio, Dom es un personaje que nos acompaña como un hermano durante toda la historia y es imposible no acabar cayendo en las redes de su humor socarrón, amor por la familia y lealtad.

Por eso, desde bien temprano, uno de los objetivos de Dom es salvar a María, su esposa, que fue capturada por los Locust tiempo después del Día de la Emergencia (y, para más dramatismo, de que sus hijos fallecieran).

Gears of WarPor fín la encuentras y descubres que ha sufrido mucho y durante mucho tiempo por culpa de la plaga; que lamentablemente no va a volver contigo a casa y que debes acabar con esto.

La fe que Dom había profesado durante todo ese tiempo buscándola te había contagiado y confiabas en que la pareja se reuniría y podría por fin ser feliz. Pero nada más lejos de la realidad. Tu corazón, ya hecho trocitos con ésto, se pulveriza cuando Dom decide sacrificar su vida para salvar al equipo durante un ataque de los Lambent.

The Last Guardian

Aunque el golpe no es menos duro, para aquellos que tienen mascota jugar a The Last Guardian puede ser todavía más sufrido.

Empatizar y establecer lazos con otros personajes o seres en el mundo de los videojuegos es más fácil y frecuente de lo que estamos dispuestos a aceptar.

Sin embargo, cuando te encuentras con un perro-pollo-loquesea que se comporta de forma tan precisa como lo haría tu perro o tu gato hace que la conexión sea casi instantánea.

The Last Guardian

Por eso, cada gesto, cada sonidito, cada resbalón y cada golpe te llevará durante toda la aventura desde la ternura y cariño por Trico hasta el profundísimo dolor. Casi sin darte cuenta, vuestro camino, unido por la casualidad, os unirá más pero también te hará sufrir mucho cada vez que le pase algo malo a Trico; casi como si a tu propia mascota le sucediera. Prepara los pañuelos si todavía no lo has jugado, porque la vuelta a casa la acabarás haciendo solo.

Ori and the Blind Forest

Probablemente, Ori and the Blind Forest tenga el récord de “cómo llevar al jugador al borde del llanto en menos de 10 minutos” tan solo con la introducción de la historia.

Como mencionábamos antes, la empatía y los lazos que entablamos con los personajes en los juegos -si están bien diseñados y desarrollados, por supuesto- suceden con una facilidad pasmosa. No es excepción el caso de Ori, al que cogemos cariño casi al instante. ¿Qué clase de monstruo no lo haría al ver a ese ser de luz desamparado y solito por el mundo; por bonito que sea éste mundo?

Ori and the Blind ForestPor eso no es de extrañar tampoco que le cojamos cariño igual de rápido a Naru, quien acoge y cuida de nuestro debilitado Ori, que disfrutemos del nacimiento de su amistad, de ese tierno equipo que cada día lucha por sobrevivir en un mundo en el que están pasando cosas extrañas. Y estamos hablando de todo ésto que sucede en tan solo unos minutos mientras lo observamos con una encantadora banda sonora y una voz que nos narra la historia.

Quién nos iba a decir que nos iba a dar tantísima pena ver cómo la luz de Naru se apagaba, si no hacía más que unos minutos que acababa de dar luz a nuestras vidas.

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