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Reflexiones desde mi espejo

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Manuel Gris

El presente en diez puntos

Siempre he defendido que el problema principal que tiene la raza humana es que es completamente gilipollas.

Sin más.

Es una especie capaz de inventar grandes artilugios, de descubrir nuevos medicamentos, de viajar hasta el fin del mundo por simple curiosidad, pero a la hora de la verdad no es más que un conjunto de descerebrados con instintos primarios a flor de piel que utilizan el motivo que sea para comportarse como realmente son: unos gilipollas.

Hagamos una lista de lo ocurrido los últimos días y, con calma, analicemos:

_ Un virus desconocido aparece en nuestras vidas.

_ Mata, sin que entendamos bien cómo funciona ni qué es ni de dónde ha salido, a miles de personas en todo el mundo. Personas, añado, que no han podido despedirse de sus seres queridos ni se sabe dónde están los cuerpos (muy parecido a los “cadáveres de las cunetas” que llenaban muchas bocas hace poco, en mi opinión).

_ Las economías de todos los países, en mayor o menor medida, están siendo destruidas, provocando una crisis global que va a llevarnos a un mundo muy diferente al que teníamos hasta entonces. Un mundo que los que están en la sombra desean alcanzar desde hace años (aquí apago en modo conspiración).

_ Particularmente en España, no pasa un día en que el gobierno no nos mienta, nos oculte información, nos de noticias falsas, o se ría en nuestra cara mediante ruedas de prensa inútiles y comunicados laberínticos. Además, para más inri, van intercalando escandalo tras escandalo para que suframos un ictus por sobrecarga de ataques a nuestra libertad y, así, lleguemos al punto 6 sin preguntarnos por qué.

_ En USA un policía mata mediante una técnica de bloqueo muy discutible a un delincuente al que detuvieron por causas que, a estas alturas, nadie se ha molestado en descubrir.

Es decir, que la policía de los Estados Unidos volvió a matar a un inocente como, demasiadas veces, ha pasado antes con todo tipo de personas (no solo negras).

_ Todo el planeta, de todos los ámbitos culturales, se alza en armas contra un “racismo” (es decir, separarnos y crear una lucha de unos contra otros uuuuna vez más) “presente en nuestra sociedad” (aja…) y, debido a ello, muchos delincuentes, autodenominados “anti-fascistas” muchos de ellos, se dedican a atacar, quemar, robar, asaltar y en definitiva comportarse como descerebrados, a todo hijo de vecino con un razonamiento igual de idiota y absurdo que aquellos homosexuales que llevan camisetas del Che Guevara.

_ La gente de bien, por esa estupidez que las redes sociales lleva de un lado al otro por el simple hecho de buscar aplausos y likes, se dedica a alabar a los que han incitado a todos los delincuentes del punto 6 a hacer lo que hacen.

_ Nadie se acuerda de los muertos por el virus. 

_ Nadie pide justicia para ellos ni les llora.

_ Llaman a ese de ahí “facha” y “racista” por no seguir al pastor.

Conclusión:

El problema de raíz de estos diez puntos es la completa falta de inteligencia humana, del sentimiento de que estás haciendo el ridículo, y la seguridad que te da no sentirte solo cuando levantas el puño por una causa estúpida y sin razón. El problema de raíz es que nadie, absolutamente nadie, se preocupa por pensar por sí mismo u opinar sin miedo.

Lo dicho, amigos, nos hemos vuelto todos gilipollas y todavía nadie nos ha colocado un espejo delante para que nos demos cuenta.

Hace poco alguien me dijo que no podía opinar sobre algo por no tener estudios académicos sobre sociología o por compartir en un debate videos de Youtube o de Facebook (que son, a día de hoy y desde mi punto de vista, sinónimo a lo que hace años era ir a una biblioteca y coger citas de otras personas para crear un discurso), y eso me hizo pensar en lo clasista que se ha vuelto la gente que, al mismo tiempo, dice luchar contra la discriminación de clases, el racismo, y, en definitiva, “su” verdad repitiendo, igual que hice yo pero sin añadir ellos razonamientos propios, una y otra vez frases y puños en alto sin argumentos detrás.

¿Hay solución?

Espero que sí, aunque lo veo difícil, la verdad, porque  que alguien llame racista a todo un colectivo solo por la mala acción de un “profesional” que va a pagar por su delito me suena, sospechosamente, a lo que hacían los nazis de Hitler y los fascistas de Mussolini; pero, claro, decir esto es de “fachas”, ¿no?