‘La la love you’, me voy muriendo mientras… ¡cantas!

Sabes esa sensación de tomarte una taza de Cola-Cao bien fresquita una mañana calurosa de verano, con 8 años, sin colegio, descalzo, en calzoncillos en el salón de tu casa, viendo Phineas y Ferb en la tele y pensando únicamente en cuál será el sabor del helado que te merendarás esa tarde.

Pues ahora coge esa escena tan relajante, empieza saltar como un loco, métele adrenalina en vena a ese niño, aparta de una hostia la mesita auxiliar que tu madre había comprado para acompañar al sofá, quítate los calzoncillos, súbete a la mesa que está junto a la ventana y enséñale el culo a los vecinos.

Dios ¡ESO ES LA LA LOVE YOU!

Un puro soplo de aire fresco que se ha convertido en un huracán, un vendaval de guitarras, saltos, letras pegadizas con un perfecto sabor (para mi gusto) a maravillosos 80 y un ritmo que inevitablemente te hará levantar tu cerveza y querer más, más y más, joder deberían sonar 24/7 en altavoces de tamaño king size instalados en plena Gran Vía.

La vida sería muchísimo mejor así.

En serio, no se me ha ido la pinza. En 2013 descubrí con ellos la verdadera pócima secreta para conquistar lo que quisiera, y ese Agus, que en aquel momento era un adolescente descubriendo la vida, ahora baila a través de un agujero de gusano volviendo a esos recuerdos que me revientan el cerebro en una supernova de luces de colores y bolas de discoteca con mucho punch.

Una experiencia inolvidable

El viernes pasado, La la love you dio su concierto, en solitario, más grande hasta la fecha (que me corrijan si me equivoco), y fue como en las grandes ocasiones.

Poca luz, muchas voces y sudando como comadrejas (no sé si las comadrejas sudan, pero es mi artículo, así que durante estas líneas sí, sudan).

En torno a 1.000 personas reventamos el 8 y medio (para unos), Sala But (para otros). Un público entregado que conocía todas las letras, un grupo repasando sus hits más icónicos, una sala con una atmósfera perfecta y … ¡manos gigantes de goma espuma! ¿Hay algo mejor que las manos gigantes de goma espuma? No.

Fue increíble veros tocar el cielo con las manos, romper el espacio – tiempo y volar hasta Laponia con nuestra Irene particular de la mano.

Celia, Rober, David, Rafa… gracias por darle nueva vida al indie. Entre un hiper saturado mar de lo que  llaman ‘música urbana’, necesitamos héroes del pop indie que resistan en la trinchera y que nos permitan poner a prueba nuestras suelas y nuestro equilibrio con los vasos cada viernes.

Los nikis, Dinamita pa los pollos, Un pingüino en mi ascensorLa la love you, en mi condición de ‘indie fest boy’, os elevo al olimpo de los grupos españoles que deberían ser eternos y sonar cada dia de nuestras vidas. ¡Vivan las letras frescas y eclécticas!

Amén.

PD: Nos vemos en Valladolid el próximo 2 de abril en Valladolid, el 3 en Salamanca y el 4 en Santander. Y sí, yo estaré en todos ellos.

¡Vamos insensatos! ¡Corred a por vuestras entradas!

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