La fruta madura / Daniel Escriche
Simplemente, una historia de amor
Charo Sardina
La fruta madura es la primera novela de Daniel Escriche, un escritor vasco afincado en Barcelona que, no obstante, ha publicado previamente otro trabajo La naturaleza del fuego, en 2015. Sin embargo, La fruta madura es un buen relato, una novela entretenida, imaginativa, nostálgica.
Bien estructurada y con una historia que engancha, La fruta madura relata la vida de Mario Vizarri, un escritor argentino de éxito que, no obstante, no encuentra la inspiración. Para reencontrarse con su musa viaja a Barcelona donde decide buscar trabajo ’de lo que sea’ para estudiar a las personas, conocer nuevas situaciones, ver otros puntos de vista que le lleven a iniciar un nuevo trabajo que ya le apremian desde su editorial.
Así conoce a ‘el Avi’, un viejo frutero que le da trabajo como ayudante en su puesto del Mercado de Gracia. Mario encuentra una gran fuente de información en su jefe y empieza a tomar las primeras notas de su próxima novela. Paralelamente, hay varios personajes más que entran en acción, Neus, una presentadora de televisión, harta de la vida y de su propia existencia, y Diego, un joven que llega a Barcelona para buscar sus propias raíces y las de su padre, un hostelero moribundo. Al final, un destino inesperado les aguarda a todos ellos.
La fruta madura se lee fácil. El escritor vasco narra con sencillez y agilidad una historia de amor, de un amor lejano en el tiempo que solo el empeño de un hijo entregado y de la casualidad logran sacar a la luz. Daniel Escriche va alternando las historias de los protagonistas sin que, hasta el final, el lector sepa por qué. Cada historia, la de Mario, la de Neus o la de Diego, parecen diferentes y en realidad lo son, cada uno con sus problemas, sus anhelos, sus rutinas… y ninguno tiene mucho que ver con el otro. Pero quizá haya un punto en común que ellos no sospechan o quizá solo sea una astucia del escritor para mantener el interés del lector. Eso no te lo cuento y dejo que lo descubras como lector.
Esta primera obra de Daniel Escriche es una novela corta pero entretenida. Se lee fácil y en un rato. Puedes saborearla casi en una tarde y de corrido. Los personajes se antojan entrañables y humanos. Y la historia, con cierto toque melancólico.