‘La última paloma’, de Men Marías

¡Coge aire antes de empezar!  

por Charo Sardina.

Antes los crímenes de ficción eran más sencillos. Alguien aparecía muerto con un tiro en el pecho o, quizá, aplastado contra el asfalto después de caer desde el séptimo piso de un edificio de apartamentos. Sin embargo, ahora la ficción –tanto en literatura como en cine y series de TV- se ha sofisticado. Ahora, los crímenes tienen que ser más rebuscados, el asesino tiene que sacar de sí la quinta esencia de la maldad humana. Pues bien eso es lo que me estoy encontrando en las últimas publicaciones que llegan a mis manos.

Y, por supuesto, esto ocurre también en La última paloma, el nuevo libro de Men Marías, una escritora granadina que no escribe sino que boxea, por la forma de contar, como a perdigonazos, los acontecimientos que se desarrollan en la pequeña ciudad de Rota. Una forma de narrar que te asfixia porque no te deja tomar aire hasta el último párrafo.

La última paloma arranca con una joven muerta y mutilada muy cerca de la base americana de esta ciudad gaditana. La sargento Patria Santiago y su cabo mayor Sacha Santos se encargan de investigar el caso. La historia enlaza el presente con el pasado, con la década de los 50 cuando los americanos inauguraron la base. Los hechos de hoy se mezclan con sucesos que acaecieron en aquella época, pero los viejos del lugar callan. Nadie quiere recordar lo qué pasó.

Hay más muertes, todas sanguinarias, macabras, vomitivas. Y, por supuesto, un asesino que no se deja ver hasta el final. La sargento Santiago, una mente encrespada que aviva un corazón resquebrajado, se implica hasta la médula porque comparte con el criminal un fondo por el que se autoinculpa.

Como muchas veces digo de otras obras, esta, La última paloma, no es apta para sensibles. Pero si puedes con todo, te entretendrá y no podrás dejarla hasta descubrir al asesino en las últimas páginas del libro. Eso sí, ¡respira antes de empezar! Quizá luego no puedas hacerlo.

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