‘La sinfonía del unicornio’, de Tiffany Calligaris

Una novela al más puro estilo de cuento de hadas y magia

por Olga López López.

He de empezar diciendo que no conocía a la autora, Tiffany Calligaris, ni nada escrito por ella, pero al ver que la magnífica editorial Minotauro apostaba por ella, supe que la historia merecería la pena. La sinfonía del unicornio es la primera entrega de una bilogía que acabará con la próxima entrega de título El crescendo del dragón.

Una novela al más puro estilo de fantasía

Si sois amantes de la fantasía, pura fantasía, esta es vuestra novela. No os vais a encontrar fusiones con otros géneros que a veces están tan de moda últimamente.

La sinfonía del unicornio es un cuento de hadas que nos lleva al reino de Estarella donde las criaturas fantásticas viven a su antojo y que otorgan sus poderes a los que se topan con ellas. Hablamos de criaturas como unicornios, dragones, ave fénix, zorro de nueve colas, etcétera, durmientes por el momento por un hechizo y con una profecía que si se resuelve volverán a la vida.

En esta novela se nos habla de princesas, príncipes y reyes, en alianzas que forman, en matrimonios que se acuerdan o en conspiraciones que se urden en las sombras. Y como suele suceder en este tipo de historias, un acontecimiento hace que todo el engranaje se ponga en marcha y marque el acontecer del rumbo de los personajes.

La conjugación de conceptos básicos como profecía, historia de amor subyacente y magia conforman la fórmula mágica para que las novelas de fantasía sean adictivas para el lector y Tiffany Calligaris lo logra con esta primera entrega.

Atracción por los personajes en una historia bien construida

En La sinfonía del unicornio aparecen muchos personajes y lo más importante es que cada uno evoluciona emprendiendo su propio camino del héroe;  y nos encontramos con que algunos de ellos que son secundarios se transforman en protagonistas por sorpresa. Grata sorpresa, por cierto, pero no lo desvelaré.

Tiffany Calligaris en su forma de narrar la historia entremezcla la tercera persona con la primera. Con el uso de esta primera persona el personaje se acerca al lector, le cuenta cómo vive la escena, cómo la siente y qué espera. Lo veo muy acertado ya que el público al que se dirige la narración es juvenil y puede engancharles más este recurso a continuar con la lectura.

Para terminar, dejo una reflexión: la fantasía nos abre las puertas a un mundo muy distinto, a un mundo mágico, a una historia que lo que busca es evadirnos y sumergirnos en ella y olvidarnos por unos instantes de nuestra realidad, en nuestros días, una realidad distópica.

Así que no denigremos a la literatura fantástica, amadla pues es el instrumento para hacernos soñar.