El estrés es la respuesta del organismo a situaciones de peligro. Y el estrés ocupacional es más común de lo que crees. Las exigencias de las empresas, la competencia, la inseguridad de uno mismo… pueden hacer que el ambiente de trabajo sea hostil y nos cree una sensación de agobio difícil de torear.
Entonces puede empezar la taquicardia, la tensión muscular, la sensación de opresión… Dormir y comer mal será lo habitual, te dolerá el estómago, sufrirás jaquecas, estarás más cansado de lo normal… Todo ellos son síntomas de estrés, un nerviosismo que condiciona tu vida.
Pero, además, este estrés puede ser el desencadenante de que baje nuestro rendimiento, de que tomemos malas decisiones, de accidentes laborales… e, incluso, de que caigamos enfermos. Según las estadísticas, más del 15 % de las enfermedades cardiovasculares en hombres y el 20 % en mujer están relacionadas con el estrés en el trabajo. Y eso sin contar las que tienen que ver con dolencias estomacales o problemas psicológicos.
Por todo ello, aquí hemos recopilado 10 consejos que pueden ayudarte a aliviar el estrés del trabajo. Diez fórmulas muy lógicas pero avaladas por expertos y que si te lo propones no te será difícil seguir.
1.- Para luchar contra el estrés, lo primero es reconocer que se padece. Si ya lo sabes, busca el foco del problema: unos plazos que cumplir, exceso de trabajo, un posible despido… Pero también busca una alternativa que te de una ‘vía de escape’.
2.- En cualquiera de los casos intenta mantener la cabeza fría. Y no pienses tanto en el problema. Hay que analizar los miedos y si son racionales o no, y que se puede hacer para superarlos.
3.- Para combatir ese estrés es muy importante prepararse para ello. Empieza por salir hacia el trabajo con suficiente tiempo. El miedo a llegar tarde también te acelerará el pulso y ya empezarás mal la jornada.
4.- En el trabajo, organízate bien. Haz las tareas por orden y hasta que no acabes una no empieces la siguiente. Prioriza y deja para el final lo menos importante.
5.- Mantén tu puesto de trabajo ordenado para que cada cosas esté en su sitio y la limpieza y orden de tu mesa se refleje en tu mente. Cuando hay estrés no vale eso del ‘desorden ordenado’.
6.- Haz descansos de diez minutos cada dos horas. Relájate, pasea, piensa en otra cosa, cambia de conversación… Te encontrarás mejor cuando vuelvas a tus tareas. Si no haces descansos por ‘miedo a perder tiempo’ terminarás tan cansado que tu productividad bajará muchos enteros.
7.- Ante los primeros síntomas de agobio, haz estos sencillos ejercicios de respiración: inhala despacio por la nariz cogiendo aire durante cuatro segundos y exhala por la boca echando el aire durante otros cuatro. Esta operación puedes repetirla durante un par de minutos. Esto te ayudará a relajarte y tener uno tiempo para despejar tu mente.
8.- Ten en tu cabeza pensamientos positivos para que puedas echar mano de ellos cuando te entre el agobio. Es absurdo preocuparse por errores pasados, que ya no tienen solución, o problemas que puedan venir. En la mayoría de los casos tus terrores no se cumplirán. Piensa que no eres adivino, por lo cual lo que tú creas que va a pasar podría no suceder. Carpe diem.
9.- Si crees que el problema puede tener solución, habla con la persona implicada, el jefe, compañeros… A lo mejor se pueden hacer cambios que alivien la situación.
10.- Cuando estés fuera del trabajo, olvídate de él y disfruta de tu familia, amigos y ocio. También haz algo de deporte y estiramientos, intentan mantener unos hábitos de comidas y descanso saludables. Y evita la automedicación y el alcohol. Si estás muy nervioso, ello te puede descontrolar. También puedes hacer algo por los demás, será una forma de olvidarte de ti mismo. En una palabra, desconecta.
