El Baile de Madame Kalalú, Juan Carlos Méndez Guédez

Un riesgo calculado

Lorena Cañamero

datos_kalaluLos humanos somos animales de costumbres, eso es indiscutible. Y los lectores más. A no ser que alguien muy cercano, e insistente, nos recomiende un libro, es realmente complicado que te arriesgues con nuevos autores o temáticas diferentes a tus gustos. Pero lo cierto es que, en la mayoría de las ocasiones, los riesgos merecen la pena.

En uno de esos riesgos calculado llegó a mis manos El Baile de Madame Kalalú, de Juan Carlos Méndez Guédez (Barquisimeto, Venezuela, 1967). Si tenía alguna duda sobre la aventura que comenzaba, antes de llegar a la página diez ya me tenía totalmente cautivada.

Hay ocasiones en las que un buen libro te introduce tanto la historia que sientes el frío del protagonista, el olor de un perfume o el tacto de una caricia, y eso es algo que ha conseguido Juan Carlos Méndez Guédez en El Baile de Madame Kalalú. Una novela negra, con una mezcla de amor, aventuras, humor y acción, y cuya banda sonora, sin lugar a dudas, es la más pura salsa caribeña. Inevitable.

La acción, que se desarrolla entre España y Portugal, nos trae la historia de Emma, la cabecilla de una banda de ladrones de arte. El personaje principal nos hace llorar, reír y resulta adorable desde la primera a la última página. Este personaje está tan bien construido que te engancha sin remedio y es completamente diferente de otros personajes femeninos que completan tramas, y acompañan héroes, sin terminar de encajar en los argumentos.

Este autor venezolano, afincado en Madrid, ha conseguido con Emma definir un personaje perfecto en la forma y en el fondo. Una mujer no muy agraciada físicamente pero con un cerebro privilegiado que la sitúa por encima de sus enemigos y sus compañeros de correrías.

Capaz de mimetizarse con el escenario y crearse mil personalidades, a cual más maravillosa, Emma nos acerca a un mundo barriobajero en el que destaca, como una luz, su amor por la belleza y el glamour. Incluso en sus peores momentos sus monólogos nos acercan a sus aventuras y sus ‘adquisiciones’, decididas más por una cuestión de estética que monetaria.

Decía Emerson que “no es la belleza lo que inspira la más profunda pasión. La belleza sin gracia es un anzuelo sin cebo. La belleza sin expresión cansa”, y esto es lo que ha logrado Méndez Guédez con El Baile de Madame Kalalú. Nuestra Emma, porque acaba siendo casi de la familia, es una incansable buscadora de la belleza, pero siempre con alma. La belleza vacía la deja fría.

Juan Carlos Méndez Guédez conseguía en 2014, con Los Maletines, situarse entre los más notables autores de la literatura latinoamericana.Esta obra oscura y dura le dejó necesitado de un respiro y eso es lo que le ha proporcionado Emma. Con El Baile de Madame Kalalú este autor no solo demuestra que no hay estilo que se le resista sino que, además, nos deja enamorados de su prosa y con ganas de su siguiente obra.

Lo dicho, hay veces que los riesgos merecen la pena y son recompensados con nuevos autores que sumar a nuestra lista de preferidos.

Si quieres leer el primer capítulo pincha aquí. El Baile De Madame Kalalu.

@l_canamero

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