‘The House That Jack Built’, Festival de Sitges

Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges 

The House That Jack Built: Una visión cinematográfica con firma propia

por Àlex Caballero

Otro de los directores asiduos al Festival, el controvertido y siempre polémico Lars Von Trier, llega a Sitges con su comedia más negra, ácida y corrosiva hasta la fecha (género al que suele acudir en contadas ocasiones), con la que exponer todas y cada una de sus filias más discutidas, aparecen tanto los Nazis como su acentuada aversión por las mujeres, de la misma manera que expone su descomunal ego y su sobrevalorada (por él mismo sobretodo) capacidad intelectual para tratarnos a todos del género tonto (eso como poco) y demostrar, una vez más, que su capacidad para incomodar, acudir a lo políticamente incorrecto, a lo humanamente imposible y revolver mentes y entrañas hasta la diarrea mental y el vómito convulsivo, sigue tan intachable y redundante como el primer día. 

Siendo la película más personal y autobiográfica de todas las que he podido identificar dentro de su filmografía, el simpático (o eso es lo que nos quiere hacer creer Trier para iniciar el viaje) asesino en serie que sufre de trastorno obsesivo compulsivo encarnado por un Matt Dillon nuevamente en la cresta de la ola interpretativa (lo de recuperarlo ha sido un acierto mayúsculo), el cual nos narra su propia historia con voz en off ayudado por un segundo personaje llamado Verge (al cual descubrimos más tarde en la piel de un Bruno Gantz envuelto en un halo de misterio) con el que mantiene disertaciones intelectuales sobre la importancia del arte en las cosas (ya sean sobre arquitectura o el arte de la guerra) equiparando su macabro arte de asesinar y coleccionar cadáveres a la pintura, la escultura o el cine (siendo el caso concreto con Trier), The House That Jack Built se hace algo indigesta en sus pajas mentales sobre el arte (esos montajes visuales que van acompañados de las conversaciones la lastran en duración), pero sumamente divertida, disfrutable y brutalmente honesta en sus segmentos sobre los asesinatos (el personaje de Jack lo es todo en la película, es la película en sí). 

Construida a través del relato en primera persona de cinco “incidentes” separados por segmentos titulados y finalizada por un epílogo al que creo que le sobran minutos por todos lados, el filme se centra en cinco de los 61 asesinatos que dice haber cometido su protagonista, narrando minuciosamente cada uno de ellos con los más disparatados detalles (sobre todo pre y post asesinato) desde un punto de vista muy analítico y concreto para introducirnos de la manera más inmersiva posible dentro de la cabeza de Jack, algo que acaba por conseguir casi del todo Trier al tirar la propuesta desde los impulsos más oscuros e incorrectos de la comedia negra consiguiendo empatizar sobremanera y de manera más sólida con el asesino que con la víctima, a las que trata de insignificantes insectos con una capacidad intelectual prácticamente nula. Curiosa también la elección del tema Fame de Bowie que acompaña al protagonista en todo momento del metraje añadiendo una nueva broma interna de Trier haciendo un paralelismo con la fama que tiene, la que lo persigue y la que realmente anhela el propio Trier con su trabajo. 

Lo que realmente propone la película de Trier es su personal visión sobre su arte y la percepción que el público tenemos de él. Dato que se puede convertir en un arma de doble filo en la película ya que nos deja a todos a la altura del betún suponiendo que Trier sea Jack, las víctimas su público, y el arte de asesinar y coleccionar cadáveres en una cámara frigorífica sea equiparable a su cine y la colección de esqueletos en el armario que acumula desde hace años el director danés. Si así es, lo que nos está diciendo Trier es que nada ni nadie le hará apartarse de su visión cinematográfica y que muy pocos son los elegidos para entender realmente lo que ocurre dentro de su cabeza, para el resto, risas mil. Sin duda alguna una de las comedias más bizarras del año y una de las películas  más incendiarias y discutidas del Festival este año. En lo personal me sigo quedando con experimentos tan incómodos como Dancer In The DarkDogvilleLos Idiotas Anticristo como sus tops más impresionantes. 

Puntuación 8