El Salón de Nueva York es una pasarela de nuevos modelos en la que las marcas europeas de coches se exhiben como en las mejores muestras de este lado del ‘charco’ porque el público norteamericano ha dejado de buscar grandes automóviles patrios para concentrarse más en marcas de renombre y modelos universales.
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La muestra neoyorkina, junto a las de Detroit y Los Ángeles, sigue apostando por los modelos con firma europea para goce y disfrute del exigente público norteamericano que cada vez se inclina más por deportivos pequeño pero potentes y todocaminos ágiles y muy equipados.
Así, en esta edición del Salón de Nueva York han triunfado los fabricantes alemanes, como Porsche, Audi, BMW o Mercedes y también los japoneses como Mazda, Nissan o Toyota.
Entre los modelos más glamorosos de la muestra de la Gran Manzana hemos podido ver unas cuantas novedades de la marca de la estrella, como el Mercedes Clase C Cabrio, un precioso automóvil descapotable, y los soberbios Mercedes-AMG C63 Cabrio y E43 4Matic, supermodelos de altas prestaciones. Sencillamente, espectaculares. O el GLC Coupé, un imponente SUV con carrocería de coupé, e ideal tanto para grandes viajes como para el día a día. Los directivos de la marca alemana pueden estar contentos con el público norteamericano ya que 2015 ha sido el mejor año de su historia en ese país.
Frente a todos ellos un pequeño roadster, el Mazda MX5, ha exhibido su nueva generación galardonada con el premio Coche Mundial del Año 2016 y Diseño Mundial de Coche 2016. Pero, sin duda, ha llamado mucho la atención su nueva variante con techo duro, el precioso Mazda MX5 RF. Por algo el MX5 es el roadster más vendido del mundo.
Las versiones más deportivas de la industria japonesa no han podido faltar en esta pasarela norteamericana como el Nissan GT-R, un supercoche que no pasa desapercibido y que se renueva cada año para ofrecer lo último en aerodinámica y dinamismo, o el Toyota GT86, que muestra una nueva versión muy atractiva con su carrocería coupé de dos puertas.
Otro supercoche pero esta vez de corte europeo es el Audi R8 Spyder, una variante sin techo tan superdinámica como elegante, que alcanza los 318 km/h y que se ha podido ver en Nueva York.
Pero, además, del gusto por los descapotables, a los conductores norteamericanos empiezan a gustarles los todoterrenos europeos, como el nuevo Maserati Levante, un automóvil de gran empaque que te asustará cuando su morro por el retrovisor de tu utilitario. O el nuevo Range Rover Evoque Convertible, un precioso descapotable con carrocería de todocamino. Éxito de ventas, seguro.
Frente a ellos, no obstante, también han brillado los más genuinos deportivos del mercado estadounidense. Nos referimos a las nuevas versiones del Camaro Z1 Convertible, que se vuelve más radical, del Corvette Z06, del Dodge Víper o del Ford GT… Todos ellos deportivos extremos muy al estilo americano.
Y como no podía ser de otra manera, también han llamado la atención en esta muestra neoyorkina innovaciones norteamericanas a lo grande como el Lincoln Navigator, un ejercicio de estilo en forma de un gran SUV con alas de gaviota, esto es con puertas que se abren hacia arriba, un gran interior de tres filas de asiento y espacio en su maletero habilitado como si de un armario se tratara para que cada cosa tenga su sitio. Ello sin menospreciar a los ‘brutales’ Nissan Titan Warrior Concept y Toyota Tonka 4Runner, dos todoterrenos japoneses para asustar al más pintado.
