Primavera sound 2025 – Gala inaugural en el Parc del Fòrum

Llegando al recinto del Fòrum para coincidir con mis queridas Hinds, con las que me quedé sin entradas para el Apolo en la presentación de su flamante ¡Viva Hinds!, un disco que ha supuesto un antes y un después tanto para la formación, como para su validación dentro de la escena nacional, era mi oportunidad para disfrutar, en formato grande, con temazos tan redondos como Boom Boom Back, Stranger, En Forma o Superstar, todos ellos contenidos en su cuarto álbum de estudio sacado a la luz a partir de su reciente asociación con los genios de Sonido Muchacho.

Para todos aquellos que se quejaban de la dudosa calidad en directo de los Hinds, Carlotta y Ana, secundadas por una banda totalmente femenina, dieron una lección de pop gritón, rabioso y meloso a partes iguales, como pocas bandas nacionales son capaces de conseguir hoy en día sobre un escenario.

Su indiscutible habilidad en directo, crecida y mejorada con creces desde sus inicios, deja en evidencia cualquier cuestionamiento sobre su calidad o efectividad. Público entregado, banda en total comunión con el respetable, una actitud de lo más fresca y vitalista, y una batería de hits incontestables nos dejaron un principio de tarde con sabor a chicle y caramelos de fresa de la más deliciosa.

Momento para el recuerdo cuando las Hinds se sacaron de la manga esa gloriosa versión del Spanish Bombs de The Clash, del disco London Calling, que Strummer escribió para una novia española que tuvo en aquellos días. Para que luego digan, hasta sus referencias musicales fueron de alabar.

Y si hace un momento hablábamos de la batería de hits que han conseguido reunir las Hinds en su nuevo disco, cuando hablamos de la banda de Guille Milkyway, la cosa se extrapola a una carrera de más de 25 años de historia, cinco discos tan redondos como el sol y una retahíla de éxitos inagotable.

Con La Casa Azul no hace falta conocer las canciones, ser un seguidor acérrimo de sus discos o haber conectado con su propuesta en algún momento de tu vida. Ver como los de Milkyway defienden sobre las tablas esos 25 años de carrera, es un espectáculo que te atrapa desde la primera hasta la última nota.

Sin llegar a esos conciertos de más dos horas que La Casa Azul ha dado recientemente en su gira de celebración, la concentración del setlist perfecto para una hora de concierto, se materializó con momentos tan preciosos, emotivos y bailables como No Hay Futuro, Ataraxia, Podría Ser Peor, La Fiesta Universal o La Revolución Sexual, por nombrar algunos, aunque podría poner el setlist completo de catorce temas sin que ninguno de ellos desentonara.

En este caso, aún mayor comunión con el público, la mayoría de los que estaban allí estaban para ver a La Casa Azul y dejarse la voz y las caderas al son del combo catalán que además jugaba en casa de verdad, ya que todos residen en Barcelona. Ha sido mi primera vez con ellos, e intentaré que no sea la última. Eso sí, la sombra de Fangoria es muy alargada.

Con los Caribou de Dan Snaith la cosa cambia, no todo podía ser del agrado de un servidor. Sin duda estamos ante uno de los genios de la electrónica contemporánea aplicada al pop de altos vuelos, no lo vamos a negar y a los hechos me remito.

Siendo su último y más reciente Honey (2024) el disco que más he conseguido disfrutar en su amplia discografía, ya sea como Daphni, como Manitoba o como los propios Caribou, su propuesta en directo no consigue afectar mis emociones reduciéndose a un espectáculo visual y sonoro de una calidad incuestionable, el formato reducido sorprende sobremanera cuando te pones a calcular las capas de sonido que envuelven sus canciones, siempre me han resultado un grupo más técnico que emocional y eso ocasiona que, sobretodo en sus directos, mi conexión con la banda sea más bien justa. Eso no quita que dieran un concierto tan sobrio como perfeccionista y por ello, casi perfecto.