El Museo Carmen Thyssen acoge el proyecto ‘Se hizo carne’, una reflexión artística en clave de realidad virtual

Nuevos horizontes en un espacio que es ya una referencia museística en nuestro país. El Museo Carmen Thyssen de Málaga, consciente de cuáles son las tendencias que viene marcando la actualidad, acaba de presentar una instalación que centra su funcionamiento en las bondades de la realidad virtual.

Se trata de una iniciativa que lleva por título ‘Se hizo carne’ y que ha contado con la participación multidisciplinar de diferentes artistas de la provincia de Málaga.

El acto de presentación contó con la comparecencia de la concejala de Cultura, Noelia Losada; de la directora del museo, Lourdes Moreno; y de los artistas implicados, entre otras personalidades del mundo del arte.

Una rueda de prensa en la que se definió el entramado de la muestra, así como las pretensiones que esta alberga, sirvió para dar a conocer el potencial artístico que la ciudad esconde y el tinte de vanguardia con el que este espacio busca estar en armonía con las últimas innovaciones.

En concreto, el proyecto se ha convertido en la primera propuesta audiovisual con estas características tecnológicas que forma parte del Thyssen.

Para hacerlo posible ha contado con la dirección artística de Ernesto Artillo, con el sonido de Susana Hernández y con el planteamiento tridimensional de Alberto Martínez.

Juntos configuran un tridente que ha dado lugar a una obra en la que el visitante, a través de unas gafas de realidad virtual y unos auriculares, es capaz de adentrarse en un escenario inmersivo en la que el apartado sensorial es el verdadero protagonista.

Un trasfondo casi filosófico

El contenido persigue despertar en el usuario todo tipo de inquietudes relacionadas con los sentidos, llegando incluso a proponer una reflexión sobre las crisis identitarias que se suceden en la época del denominado metaverso.

Además, está fuertemente influenciado por el episodio que trascurre en el libro segundo de la Biblia en el que Dios se le aparece a Moisés en forma de zarza ardiente, evidenciando que a pesar del fuego no se consume y dirigiéndose al profeta con las siguientes palabras: “Yo soy el que soy”. La preponderancia del cuerpo sobre el resto de elementos se consolida aquí como un concepto inapelable.

Para Ernesto Artillo, resulta crucial entender como espectador que la interacción excesiva con las nuevas tecnologías está distanciando al ser humano de su propia capacidad de sentir a través de artefactos tan elementales –y potentes al mismo tiempo- como una mirada, un aroma o una caricia.

Por su parte, Susana Hernández incide en este tema y resalta el contraste que vivimos entre el plano material, que es caliente y orgánico, y el plano virtual, que crece desde la frialdad del artificio. Bajo estas coordenadas, el espectador podrá sumergirse en un ambiente abierto a la ensoñación permanente.

La tecnología al servicio del arte

El encargado de abordar el apartado técnico es Pablo Becerra, perteneciente a VREstudio, la empresa dedicada al desarrollo de soluciones tecnológicas que está detrás de esta propuesta creativa.

Las herramientas empleadas para el desarrollo de ‘Se hizo carne’ han proporcionado una experiencia virtual completa, prácticamente a la altura de los entornos más avanzados en este campo, como son los videojuegos y las plataformas de juegos de azar.

De hecho, uno de los grandes referentes en la creación de espacios en 3D es un casino en vivo que fue lanzado por la compañía Evolution el año pasado. Este integra la realidad virtual para que los jugadores puedan sentir a través de internet sensaciones muy similares a las vividas en el plano físico.

De este modo, las imágenes están construidas a base de millones de polígonos y con un tratamiento minucioso que les aporta a las salas de juego y sus componentes una lograda apariencia de hiperrealismo. El sector de los videojuegos encabeza también el plantel de modelos a seguir, y es que la llegada del motor visual Unreal Engine 5 está facilitando la creación de partidas gráficamente mucho más evolucionadas.

‘Se hizo carne’ es un proyecto que pertenece al programa de Proyectos Artísticos Colaborativos del Museo Carmen Thyssen de Málaga, está ubicado en la Sala Noble, tiene una duración de apenas cinco minutos y podrá visitarse hasta el próximo seis de marzo.

Más contenido en YB