De la mano de Diamond Films, líder de la distribución cinematográfica independiente de Latinoamérica que aterrizaba recientemente en España, llega este verano Malas Madres (29 de julio).
La cinta, protagonizada por Mila Kunis (El Destino de Júpiter, 2015), Christina Applegate (Vacaciones, 2016) y Kristen Bell (Verónica Mars, 2016), cuenta la historia de unas madres superadas por el día a día que en un momento de desesperación deciden tomarse unas ‘vacaciones’ de su exigente empleo de ‘supermadres’. Los problemas comenzarán cuando el motivado grupo por la liberación materna se enfrente a la líder de la asociación de padres, una convencida del ideal de ‘madre perfecta’.
Malas Madres es claramente una parodia de la situación que vive el modelo actual de familia, en el que las mujeres asumen, generalmente (siempre hay gloriosas excepciones), miles de tareas para las que parece que un día de 24 horas no es suficiente.
Jon Lucas y Scott Moore escriben y dirigen esta comedia que describe con todo lujo de detalles, y muchísimo humor, el infierno en el que ha convertido la vida de miles de mujeres en el mundo. Divididas entre sus propias obligaciones laborales, las clases extraescolares, los cumpleaños infantiles y las miles de normas, cuya infracción podría suponer ser tachada como ‘mala madre’. Las mujeres en la actualidad nos hemos convertido en entrenadoras personales, cocineras, dietistas, personal shopper, asistentas, secretarias, organizadoras de eventos, etcétera. La lista es interminable.
La actriz norteamericana, de origen ucraniano, Mila Kunis nos sorprende en esta ocasión con un personaje un poco alejado de su perfil habitual (Con Derecho a Roce o Ted). En un entorno controlado y aséptico, como es el ecosistema de un colegio, la actriz consigue llevar el humor subido de tono y políticamente incorrecto al que nos tiene acostumbrados a otro nivel. Enfrentada a Christina Applegate, en el papel de presidenta de la asociación de padres y máxima autoridad en el colegio, las peleas entre las dos actrices son épicas. La guerra por la bollería industrial es brutal y no pueden quedar supervivientes.
En España ya existe desde hace tiempo el famoso Club de las Malas Madres, en el que se defiende la posibilidad de que las madres también sean personas y que, como tales, también tengan derecho a divertirse y disfrutar de un minuto de tiempo libre. Con posts que tratan temas como el peligro de creerte imprescindible, la importancia de una buena resaca tras una fiesta con más malas madres, como vestirse para una fiesta en una piscina de bolas, o superar la sensación de ‘me siento juzgada’, este club parece que ha servido de inspiración a los guionistas de esta película.
Esta claro que a muchos hombres, o mujeres no metidas en el papel de madre, el argumento de esta película les parecerá un caso claro de exageración o de ciencia ficción. Pero consultadas fuentes informadas, es decir todas las madres que me rodean, tengo que decir que, dejado de lado los momentos cómicos, la película Malas Madres podría concursar en la sección de documental de cualquier certamen de cine.
+ Información sobre este tema: #malasmadres, todo un movimiento reivindicativo
