‘Gritos Sucios’, una antología Splatterpunk

Un hito en la literatura de horror española

por Olga López López

El nacimiento de un movimiento

Lo primero de lo que he de hablaros, antes de entrar en profundidad en el libro, es del significado de literatura o movimiento splatterpunk.

El movimiento splatterpunk surgió en los años ochenta como una reacción a la tradicional historia de terror.

Los ambientes góticos mutan, el monstruo deja de tener un carácter sobrenatural, no es el prototipo de monstruo clásico, ni de la lucha del bien contra el mal. En este nuevo resurgir se habla de la fragilidad del cuerpo humano y de la carne.

El término splatterpunk se dice que fue acuñado por David J Schow (escritor y guionista estadounidense de terror) en el año 1986 en una convención mundial de fantasía acontecida en Providence. El splatterpunk no cayó bien entre muchos autores de terror.

En su momento Robert Bloch (escritor de terror y autor de la novela Psicosis) para criticar este movimiento dijo que: «Hay una distinción entre aquello que inspira terror y aquello que inspira náusea».

Un paso más allá en el género de terror

Con el splatterpunk se pretendió realizar una revolución del género. Ya en los años sesenta y setenta en el cine habían aparecido películas que se declinaban más hacia lo explícito y gore, y en la literatura se pedía esta nueva estética.

Se trata de un género literario de horror marcado por altas dosis de violencia, brutalidad, sexo, con escenas de naturaleza extremadamente gores. Pero no sólo queda ahí, sino que expone las facetas del ser humano más ruines y bestias criticando la ausencia de moralidad.

Y así es, la literatura splatterpunk no busca complacer al lector creándole ambientes cómodos busca su incomodidad, su repulsión, hasta suponerle un ataque frontal  para hacerle removerse por dentro.

Antecedentes y exponentes del splatterpunk

Autores como Poppy Z.Brite, Jack Ketchum, Richard Laymon o Clive Barker son los exponentes de esta literatura.

Como su antecedente Juventud caníbal, la antología italiana de horror del año 1996, Gritos sucios busca reivindicar este subgénero, pero esta vez con autores de lengua española. Gritos sucios supone un hito en España ya que da un carácter de oficialidad a la existencia del movimiento en nuestra lengua.

Gritos sucios, una variedad relatos en una edición muy cuidada

Doce autores componen esta antología: Bob Rock, Fernando Codina, Ariel S.Tenorio, Juan Díaz Olmedo, Fran Mateu, Francis Novoa, Tetsuo Kochi, Francisco Negrete, José Ángel Conde, Sergi Soler Blanch, Lou Wild y Alberto Ávila Salazar.

El relato de este último, que también ha realizado el prólogo, aparece oculto entre las páginas del libro a través de palabras marcadas con gotas de sangre que los lectores tendrán que ir recomponiendo. Un detalle muy convenientemente acorde con la temática de la obra.  

La portada del libro está realizada por Robert Morgan, artista visual y cineasta muy galardonado, y las ilustraciones de cada relato están realizadas por Afthevenet.

Entre los doce relatos que componen esta antología hay que resaltar la variedad de estilos. Obviamente, todos comparten las características del género. Vamos a encontrarnos dioses que obligan a realizar cultos o sacrificios, protagonistas deleznables, asquerosidades varias, fluidos corporales, canibalismo, sexo explícito y mucha, mucha sangre.

A modo de interludio y para los fans de Jack Ketchum, Ediciones Vernacci ha incluido un fragmento, de imperdible lectura, de la última entrevista a este gran escritor.

 El libro finaliza con las reflexiones contenidas en el epílogo de Vicente Garrido, criminólogo de reconocido prestigio.

Si duda, esta antología es ideal para los amantes de lo extremo.

Así que, ¿queréis ver el lado oscuro?  ¿os atrevéis a ser salpicados por el horror más extremo?