Una italiana en serie

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por Maria Chiara Franco

‘El Principito’, la adaptación audiovisual de la novela no defrauda y vuelve a recordarnos la importancia de no olvidar

La novela escrita en 1943 por Antoine de Saint-Exupéry es un clásico que acompaña a muchos de nosotros desde la infancia. Por eso cuando salió la adaptación animada del cuento, dirigida por Mark Osborne (Kung Fu Panda, Bob Esponja la película, Monstruos VS Aliens) en 2015 había tantas expectativas cuanto miedo a que la animación no estuviera a la altura del texto original.

Por si no te acuerdas de la historia, un aviador se encuentra en el desierto del Sahara debido a una avería de su avión. Estando lejos de la civilización y no pudiendo hablar con nadie, nos cuenta cómo y por qué empezó a estudiar para piloto, mientras intenta arreglar el motor de su avioneta.

Descubrimos que la elección de esta carrera fue consecuencia de un dibujo. Cuando era niño diseñó un boa que estaba digiriendo un elefante y al enseñar su obra a los adultos, todos ellos simplemente veían un sombrero. Cuando él intentaba explicarles lo que era en realidad, le aconsejaron de dejar el arte y dedicarse a los estudios. Y así fue.

Mientras está recordando aquellos tiempos en el desierto del Sahara, le aparece de la nada un principito que le pide de dibujar una oveja y… “cuando el misterio es demasiado impresionante es imposible no obedecer”.

Así empieza a conocer al principito, un niño rubio y sabio cuyo asteroide de origen es el B-612. Antes de llegar a la Tierra había estado en otros pequeños planetas en los que encontraba adultos que por una razón u otra confirmaban cada vez que “las personas grandes son muy muy extrañas”.

No obstante la categorización como libro infantil por su estilo, es un cuento que trata temas muy profundos sobre la vida.

El largometraje, cuyas técnicas utilizadas son el 3D y el stop-motion, distinguiendo dos dimensiones narrativas, nos enseña al aviador, ya devenido mayor, que intenta arreglar un avión para poder volver a ver al Principito  del cual se despidió hace años.

Mientras tanto, conoce a su nueva vecina, una niña muy madura por su edad que acaba de mudarse ahí con su madre, que le ha literalmente programado cada día de su vida y que ha decidido comprar casa en aquel barrio para que su hija entre en el colegio más prestigioso de la ciudad.

Cuando las historias del excéntrico vecino y de la niña se cruzan, esta última descubre su infancia y con ella el valor de no olvidar que lo único que importa es el corazón.

El aviador todavía conserva los dibujos que hizo cuándo conoció al Principito y en la obra están recopilados en varios papeles en los que cuenta la historia del encuentro. Éstos papeles son iguales al libro. Es como ver las páginas que acabas de leer en una pantalla. Precioso.

No obstante la animación haya añadido personajes como el de la niña, que en el texto original no está, es un largometraje fiel a la novela puesto que estas figuras son utilizadas para poder contar la historia que ya conocíamos y además añadir tramas como la del principito que con el pasar de los años ha sido atrapado en el sistema que lo ha convertido en un adulto más…

Lo único que he echado en falta en esta animación, ha sido la personalidad del rey del asteroide 325 que se puede resumir con su frase en el libro: “hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer. La autoridad reposa, en  primer término, sobre la razón”. La esencia de este personaje se ha perdido en la adaptación y con ella su importante mensaje.

En general, es una una “historia contada en imágenes” como la definiría Syd Field, el gurú de los guionistas norteamericanos, que me ha hecho sonreír, pensar y llorar. Y si a todo esto le añadimos música de Hans Zimmer, obtenemos un atmósfera mágica.

No obstante lo fundamental es invisible a los ojos, esta obra de arte te ayuda a acercarte a lo que más importa y sobre todo te recuerda de no olvidarlo.  

Ficha Técnica:

Dirección: Mark Osborne / Producción: Dimitri Rassam, Aton Soumache, Alexis Vonarb / Productoras: Onyx Films, Orange Studio, On Entertainment / Guión: Irena Brignull, Bob Persichetti / Fotografía: Kris Kapp / Música: Hans Zimmer, Richard Harvey / Duración: 108 min