‘El Camino de Santiago’ de Francis Novoa

El urbanismo literario más bizarro

por Olga López

Antes de entrar en profundidad en el contenido del libro me gustaría definir lo que comúnmente la gente de a pie, el pueblo, todos, llamamos bizarro o entendemos por bizarro.

Según la RAE la definición de bizarro es generoso, valiente o espléndido, cualidades que desde luego tiene de sobra El camino de Santiago pero al considerarme ciudadana del mundo, extrapolo el significado del término bizarre del inglés o francés a la obra que tengo entre manos, así que bizarro aquí significaría algo extravagante, raro o insólito.

En El camino de Santiago nos vamos a encontrar a un protagonista cuyo nombre no nos es dado pero al que todos llaman Santiago por su gran parecido al actor Santiago Segura que nos va a contar a lo largo de la novela en primera persona las peripecias que le ocurren desde que tras aceptar un trabajo basura de una ETT para una obra cae desde una altura considerable a un sumidero lleno de excrementos y a raíz de este hecho adquiere la cualidad de transformarse en cualquier persona. Y aquí es donde empieza la gran aventura y lo insólito de la historia.

Un camino urbanita en 25 etapas

Ya os digo que las doscientas páginas que tiene la novela se hacen cortas, la historia avanza rápida y ágil, habrá lectores que incluso entre capítulos estallen en carcajadas.

Santiago avanza entre metamorfosis por cada capítulo-etapa (David Beckham ,George Clooney, Nacho Vidal, Jennifer López, etcétera) evolucionando y rectificando aquello que le hacía ser un mediocre y falto de autoestima a una persona más segura en sí misma hasta alcanzar el éxito.

En este caso la ciudad de Madrid se convierte en el escenario perfecto para dar cabida a la historia, nos pasea por barrios y calles y se sirve de ello para afianzar lo fantástico de la historia y hacerla pasar por real.

Lo cómico y absurdo como vía para una crítica social dura.

¿Sabéis qué es una de las cosas más difíciles de hacer para un escritor? Hacer reír y que la historia te enganche desde la primera línea sin bajar el ritmo. Pues aquí se hace.  

Lo costumbrista Francis Novoa lo transforma en absurdo aderezado con toques de humor ácido y dosis de sexo. ¿Es bruto? Si. ¿Es efectivo? Sin duda. Pero esta novela no queda solo en un entretenimiento de risa superficial, no.

El camino de Santiago supone una dura crítica social, a los trabajos basura en las ETT, a la importancia que se da a la imagen física de las personas y su relación con el éxito, a las relaciones personales por conveniencia, al abuso de los alquileres de los pisos,  a la inmigración, a la frialdad que puede existir dentro de la propia familia y pareja y sobre todo, al poder de la riqueza. Además destaco que el lector se va a encontrar pequeñas perlas y referencias a frases de célebres películas.

Sin duda, Francis Novoa sabe utilizar bien su pluma y hacer que lo bizarro adquiera la relevancia que debe tener

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