Lanzarse al mundo laboral puede ser muy duro. Nos encontramos en una época en la que no sobran los trabajos y la competencia para los puestos disponibles suele ser muy fuerte. A la hora de encontrar trabajo, uno de los factores que marcan la diferencia es la experiencia laboral de los candidatos.
El tema de la experiencia es la historia de la pescadilla que se muerde la cola. En muchas empresas solicitan un determinado tiempo de experiencia para optar a la oferta de trabajo –para muchas vacantes piden haber desempeñado una función igual o similar a la que se ofrece durante, al menos, un mínimo de dos años-. Surge así un gran problema para los aspirantes que no tienen experiencia: no pueden optar a trabajar porque no tienen experiencia y no pueden conseguir esa experiencia necesaria porque muchas empresas se empeñan en no contratar a trabajadores sin experiencia. Afortunadamente existen alternativas para salir de ese círculo vicioso que no conduce a ninguna parte.
Aunque tengamos un currículum sin experiencia, podemos trabajar para dejarlo lo más presentable posible. Basa tu estrategia en la táctica de la distracción, es decir, si tu punto débil, donde flaqueas, es la experiencia, desvía la atención todo lo posible de ese punto y dirígela a desarrollar y llamar la atención sobre las fortalezas de tu currículum. Quizás tu expediente académico es brillante o dominas a la perfección uno o varios idiomas o, aunque no hayas desarrollado una actividad de manera profesional puede que sí la conozcas y la domines porque la hayas realizado –por ejemplo, edición de vídeo-, aunque no hayas cobrado por ello.
La entrevista sin experiencia
Una vez que hayas sido seleccionado para una entrevista de trabajo habrá una serie de puntos en los que deberás incidir para sacarle punta a tus opciones de ser contratado.
- Manifiesta una actitud positiva: acude a la entrevista con confianza. No le tengas miedo. Al fin y al cabo, es solo una entrevista de trabajo. No te muestres dubitativo. Al contrario, exprésate con seguridad y aplomo y no te dejes arrugar por la situación. Muestra un gran interés por aprender y seguir creciendo como trabajador y como persona. Tener un poco de ambición está bien visto, pero tampoco te pases de la raya.
- Convence al entrevistador de que estás preparado para el puesto: deja claro que tú eres la persona ideal para el puesto que ofrecen. Infórmate de en qué consiste ese puesto de trabajo y, en concreto, cómo se desarrolla en esa empresa. Comenta, siempre con seguridad y confianza en ti mismo, qué puedes aportar a la empresa. El que conozcas muy bien la empresa y el trabajo que realiza hablará muy bien de ti.
- Actividades relacionadas: aunque no tengas experiencia como tal, sí que es posible que hayas realizado o desempeñado puestos que tienen cosas en común con el trabajo al que optas. Descubre cuáles son y coméntalos en la entrevista.
- Saca a relucir tu expediente: si tu expediente académico es notable y guarda relación con el puesto de trabajo, coméntalo. Si destacaste académicamente en ese campo, hay muchas posibilidades de que también puedas hacerlo en el mercado laboral.