por Elena Rubio Viagel
Tal vez sea volar muy alto, y puede que la caída duela menos que nunca haber saltado.
Todo son riesgos, y a veces el riesgo habría sido no haberlo tomado nunca.
Puede que sea soñar mucho, y que de repente la realidad te frene. Pero a lo mejor todo llega y la vida tiene algo grande para ti.
Y que si al final, el haber saltado sale bien, te dejará una sonrisa de por vida. Y que si en cambio, sale mal, te quedas sin impulso y empiezas a caer, disfruta la caída.
No esperes el impacto y adelántate a él.
Piensa que en el último momento siempre hay algo que la frena.
Salta, joder. Salta.