TENET

Cristopher Nolan ha vuelto

Ya será el cuarto café que me he tomado y no consigo estabilizar el entendimiento de la película que vi anoche. Sin duda, las ganas post cuarentena de volver al cine, hizo todavía más magnifica esta obra; que, aunque suene bienaventurado, en unos años estarán estudiando en las mejores clases de producción cinematográfica.

Creo que después de teclear un poco, me siento capaz de equilibrar mi cabeza y contaros mi opinión al respecto, repito para los haters, mi opinión.

La cosa es que desde que vi Memento, he situado a Nolan entre los mejores del panorama moderno, pero ha sido en esta película, en la que me ha volado la cabeza. Sin vaselina ni cenas que valgan, te viola el entendimiento de la linealidad temporal, haciéndote dudar de si el tiempo va hacía delante o solo es que no sabemos concebirlo de otra forma.

Antes de seguir quebrando vuestro entendimiento, voy a introduciros un poco en la trama, siempre evitando spoilers. Seguramente la trama os suene muy conocida. La película trata de una amenaza, que puede suponer el fin del mundo y un grupo de espías entrenados mucho más que la media, tienen que ingeniárselas para conseguir atrapar al magnate loco que quiere arrasar la tierra.

Así en principio podría ser cualquier peli de James Bond o una nueva entrega de Misión Imposible, pero no.

¡Aja! Con las paradojas temporales hemos topado. 

Es que lejos, pero que muy lejos del género de espías o de cualquier película de viajes en el tiempo, se encuentra Tenet.

Esta película, con el permiso de mi selectiva ignorancia, es de las pocas donde las paradojas temporales no se basan en la consecuencia o, mejor dicho, hacen de las causas su principal atractivo para entender la narrativa. Parafraseando a Maquiavelo, en esta ocasión los medios si justifican el fin.

Con esto lo que quiero señalar, es que el director magistralmente nos muestra las acciones más allá de un simple viaje en el tiempo. Vemos lo que pasa durante el viaje en el tiempo, con una magnífica dirección hacía detrás.

Con la soberbia de un director de cine, que es capaz de regenerar el conocimiento de cualquier espectador, Tenet reinventa el cine de espías en un grado muy superior de lo nunca visto.

Haciendo gala de un desproporcionado espectáculo palindrómico, nos demuestra la fuerza y la potencia que alberga el séptimo arte y últimamente estábamos olvidando. En su forma más compleja de producción, al menos que yo conozca, nos sumerge a cada instante en una parábola de confusión, en la que el espectador siente el placer de sentirse ignorante, frente al megalómano espectáculo visual.

¿Y qué me dices de la producción?

Una exclamación semejante a un “¡BUFF!” sería lo primero que articularía. No es para menos, ya que estamos asistiendo a la primera gran obra post-confinamiento y para más salseo, a la segunda película más cara de la era Nolan.

Es en esta ocasión donde el director, se aventura a darle una vuelta a la ciencia ficción y no duda en vestirla de elegancia inglesa, con un manto de física cuántica que la hacen merecedora del título de Sir.

Asistimos a una obra faraónica en su producción, ya que su complejidad en las diferentes fases, se ven latentes en el producto final. Es necesario citar una intervención que hizo el director a la prensa, para poder graduar el nivel de complicación: 

“El lado visual de la película es enorme en escala, pero nuestro recuento de tomas de efectos visuales es probablemente más bajo que la mayoría de las comedias románticas.”

Tal vez la grandilocuencia de mi admiración por esta obra os nuble el criterio, no es para menos. Usar la palabra prodigiosa para referirme a la puesta en escena no sería suficiente; tremendas luchas hacía delante y hacía detrás, persecuciones imposibles que fulguran tu ansiedad y un sinfín de acción trepidante ejecutada de forma brillante, a pesar de su elevada dificultad.

Menciones a parte

En esta ocasión hay dos cosas por las que estuve especialmente atento; la primera era la banda sonora y la segunda, Robert Pattison.

El primer elemento, me venía gracias al entusiasmo por uno de mis músicos más aclamados, Hans Zimmer. Sorpresa la mía cuando me di cuenta que él no tenía nada que ver, esta vez la obra estaba al cargo de Ludwig Göransson.

Admirable trabajo continuista del estilo de Zimmer, por lo que no me hizo extrañar nada las maravillas sonoras de otras obras y sin duda alguna, el trabajo sonoro de Tenet es otro punto, por el que prestar atención.  Aunque debo admitir, que me ha dado lástima no escuchar a Hans Zimmer en esta brillante obra. Un detalle sonoro sobre la película, cuando la veáis fijaros en los sonidos, ya que están usados rebobinados hacía atrás.

Hablando de Robert Pattinson. En este film y tras las muchas críticas y halagos que esta recibiendo por ser el nuevo Batman, debo de decir que nos demuestra que, por fin, ha roto la crisálida de capullo y nos da unas grandes pinceladas de la eclosión como actor a tener en cuenta.

Por ir acabando……odnabaca ri roP

La nueva película de Nolan esta muy alejada de las normas del Fast Food Cinema de los últimos tiempos, donde las narrativas Quick Resolution han tomado el poder y han plagado la escena cinematográfica de vacíos blockbusters adulados por devoradores insaciables de supercontenidos.

Espero que la industria creativa del cine, en este nuevo contexto dedique un trabajo más selectivo a la hora de hacer películas, porque si antes la gente no iba por ser caro, ahora veremos quien va a ir al cine por que sí, con el bicho suelto.

Finalizado mi momento crítica, debo decir que Tenet no es apta para todos los públicos y mucho menos para la gente simple de cerebro terraplanista. La obra es digna de ver, de poder ser en salas con dolby atmos, sigue sin duda la estela estilística de Nolan y como siempre en sus películas y en esta más que otras, si parpadeas te lo pierdes.