Carta a José Mediavilla

Carta a José Mediavilla

por Manu Gutiérrez

Hola José,

Tú y yo nunca nos llegamos a conocer, y a pesar de eso tu marcha deja un gran vacío en el interior de muchos de nosotros que crecimos al compás de tu voz, viendo como dotaba de fuerza un “¡no puedes pasar!” que hacía tambalear al demonio de las minas Tirilth… y por supuesto acompañaste la cordura de Andy Dufresne hasta que consiguió escapar “limpio tras arrastrarse por millas de mierda” de Shawshank Redemption.

Fuiste mil rostros y una única voz. Ian Mackellen, Morgan Freeman, Leonard Nimoy y una decena más de actores… y tu voz los acompañó con cada uno de sus personajes.

Me encantó que te atrevieras con Youtube y emplearas tu hermosa voz para leernos a Tolkien, Lorca y Miguel Hernández por citar tan solo unos pocos. Siempre tuviste fama de ser una persona amable con sus fans, que no te daba miedo acercarte a las convenciones para recitar los poemas que más te enamoraron y repetir las frases que más nos marcaron en el cine, videojuegos y televisión. “La guerra nunca cambia”, y esa simple frase aún me pone la piel de gallina.

Con tu marcha el doblaje español sufre una de las pérdidas más grandes desde el maestro Contastino Romero. Has sido la razón para que muchos jóvenes hayan querido entrar conscientes y gustosos a un mundo tan hermosamente aterrador como es el mundo de las artes escénicas y el doblaje. Fuiste la llamarada para gente que ha luchado contra la marea para poder surgir entre la muy poco flexible selección artística del frío negocio que es el cine. Atendiendo mesas por el día, y compartiendo humor, llanto, sentimiento por las noches en un garito rancio por el salario que alimenta un “gracias” y un “me ha encantado tu espectáculo”. Eso es amor. Y tú has alimentado e inspirado ese amor en miles de jóvenes con tus interpretaciones. Actor o actor de doblaje ¿Acaso importa?

Lo que importa es que, aunque tu no estés, tu legado permanecerá en el corazón de miles de personas que hoy en día luchan por su sueño, y aún nos acunará a los que a día de hoy aún revisitamos los clásicos de nuestra infancia y te encontramos desde el Inspector Gadget hasta aquel pobre gigantón de “La Milla Verde”. Aún saldrás a la palestra para defender de forma imbatible el uso del doblaje cuando hay talento tras un micrófono.

Querido José Mediavilla, ahora sé que tú y yo jamás nos conoceremos, pero yo no te olvidaré en la vida.

Un abrazo.