“Live fast, die young, and leave a good-looking corpse”
¿No es evidente que iba a iniciar esta reseña con esta cita? Por que Die Young tiene mucho de eso, de juventud y diñarla por ser un descerebrado que acaba en manos de unos psicópatas. De esos que viven entre declaración de la renta y hacer punto de cruz con la piel de adolescentes. Die Young nos propone ser un prototipo de ocio para estos anormales ¿Te atreves?
Hay algo que tengo que dejar claro. Me encanta el género Slasher en televisión. No es de extrañar que cuando un juego comparte ese género, me interese de inmediato. Hemos visto maravillas como Until Dawn, Dead by Daylight y de la mano de los chicos de IndieGala nos llega ahora Die Young.
¿La trama?
Daphne, la protagonista, viven a todo gas. Lo hacen rápido y a lo loco. En una de estas últimas locuras deciden agarrar una barca, y adentrarse en una isla, cercana a Turquía, que no aparece ni en los mapas. Una isla desierta e idílica.
La propuesta acaba con un grupo de locos atrapando a los jóvenes. Daphne se despierta en el interior de un pozo, justo cuando la entrada se abre, y alguien suelta un mapa con indicaciones sobre los sitios que tenemos que recorrer para salir de allí con vida.
Desde ese momento controlamos a nuestra protagonista. Salimos del pozo y tenemos una isla enorme y preciosa a nuestra disposición que deberemos recorrer, evitando a los tarados de turno. Estos querrán hacerse unos calzoncillos de leopardo con nuestra cara, y eso entra en conflicto de los intereses de nuestra prota con querer llegar a vieja.
El argumento arranca así, con un video introductorio que dura apenas un minuto. Acto seguido nos dejan una brújula y un mapa y nos piden que exploremos.
En Die Young prima la expedición a lo desconocido. No hay límites, solo impedimentos. ¿Nuestros objetivos? Muy simples: encontrar a nuestros amigos (los que aún vivan) y escapar de ese infierno.
¿Cómo se juega?
Al principio deberemos ir con mucho cuidado de no ser descubiertos por estos lunáticos mientras recolectamos materiales y fabricamos herramientas que nos permitan avanzar. Y encontraremos obstáculos que nos impidan acceder a ciertos lugares de la isla: una puerta cerrada, un salto imposible, una pared que no podemos escalar. Pero si hay algún sitio inaccesible, significa que antes debemos investigar otros lugares para encontrar esa llave, o esos guantes que nos permitan escalar sin machacarnos las manos.
Es un concepto que no es nuevo, pero está bien ejecutado en este juego.
Tenemos un sistema de crafteo bastante sencillo. Vamos encontrando materiales para elaborar objetos en un menú, y necesitaremos encontrar las “recetas” que nos permitan crear objetos nuevos.
Por otro lado, el control del personaje es un placer. Daphne es muy ágil. Corre, se esconde, salta y escala que es un gustazo. Junto a nuestra vida, deberemos cuidar de dos barras; la de estamina y la de hidratación. La segunda incide en la primera, y la primera es la que debemos atender para que no quedarnos vendidos en mitad de una persecución o de una escalada peligrosa. La hidratación se recupera bebiendo agua, y la estamina descansando.
A la hora de las confrontaciones tendremos múltiples opciones. Al principio primará el sigilo. La isla está llena de recovecos, y los chicos de Indiegala se han currado un diseño de niveles bastante fino para que elijamos nuestros pasos. Si hay que pasar por un sitio lleno de estos lunáticos, nos daremos cuenta de que hay múltiples accesos. Hay caminos secundarios, sitios donde escondernos, ventanas que podremos abrir, étc.
Aunque tendremos armas, la confrontación directa es un suicidio. Si queremos acabar con ellos, deberemos usar el sigilo, el entorno, y nuestro ingenio.
Y es un gustazo cuando pasas de ser presa a depredador.
¿Gráficos?
Cuando hablamos de Die Young hablamos de un juego indie. Elaborado con Unreal Tournament 4, ha nacido y crecido en el entorno de Early Acess. Es decir, saliendo en plena gestación a la venta, para que la gente pagara por jugar antes a un juego que aún no estaba terminado, con la promesa de que mejorarían lo actual y añadirían el contenido que cerraría el juego con el tiempo. Digo «promesa», porque esto no lo cumplen todos.
No es el caso del juego de Indie Gala.
Salido en 2016, actualmente se encuentra terminado y bien optimizado; tanto para sobremesa como para consolas.
No es especialmente redondo y se notan rápido las costuras. Puede que por un holgado presupuesto o por mentes que se inician en el mundillo. Podremos apreciar ciertos bugs en muchas animaciones, pero ninguno que rompa la experiencia.
Donde sí que creo que brilla es en lo jugable y en lo visual. No es que estemos ante un título realmente vistoso, pero hasta donde llega lo hace realmente bien. La isla es bellísima, y consigue ese puesto de “co-protagonista” misterioso a su discurso.
Tiene lugares realmente hermosos, con cascadas, campos de girasoles, bosques y plantaciones. Y la escalada de Daphne nos permite movernos no solo en horizontal, sino con una verticalidad que está muy bien diseñada. Está dibujada a mano, y se aleja de propuestas procedurales que crean un entorno artificioso y aleatorio. Aquí se nota que la isla cuenta con un diseño de nivel muy cuidado. Está llena de secretos, de recovecos por los que perdernos, paisajes que admirar. No nos coge de la mano, pero nos invita a mirar dentro de ella.
¿Merece la pena?
Permitidme un preámbulo a la conclusión. Ya he dicho antes que me encanta el género Slasher, pero también lo odio; cuando los protagonistas solo son amebas sin cerebro esperando al matarife.
Die Young tiene lo que adoro del Slasher más confrontativo. Aquí no somos una simple marioneta, sin nombre ni pasado, esperando el cuchillo.
Daphne es un personaje profundo, con una historia detrás, que la convierten en una guerrera. Maldita sea si lo es. Pasa por cosas horribles, y lucha por seguir adelante. Correrá, luchará, escalará, y llegado el momento, le echará ovarios para vivir rápido, y no morir joven.
Como ya he dicho, es increíble pasar de ser presa a ser depredador.
La trama es algo más que “Cinco idiotas y el señor del hacha”. Hay mucho oculto en cada texto que encontramos. En los extraños personajes que pueblan su mundo. En las localizaciones. Hay un discurso fuerte sobre el fanatismo y la política.
Con esto solo quiero decir que Die Young no solo es un juego recomendable. Es una experiencia fuerte, con bases y personalidad. Bebe de otros juegos mayores con una evidencia clarísima. The Forest, Mirror’s Edge o Diying Light, pero sabe encontrar su propio centro, y de ahí crecer hasta ser algo completamente independiente.
Lo recomiendo. Vaya si lo recomiendo.