El festival Documenta Madrid 2025 y el Museo Reina Sofía dedican una retrospectiva a la cineasta alemana, referente del cine feminista y experimental, con proyecciones en 16 mm y una clase magistral.
El cine como gesto cotidiano y político
Del 8 al 17 de mayo, el Museo Reina Sofía acoge el ciclo «Ute Aurand. Gente, lugares, vidas», una retrospectiva que recorre la obra de una de las cineastas experimentales más influyentes del panorama europeo. La propuesta forma parte de la 22ª edición de Documenta Madrid, el Festival Internacional de Cine Documental del Ayuntamiento de Madrid, y ofrece tres sesiones en formato 16 mm, además de una clase magistral con la propia autora.
Aurand, nacida en Alemania en 1957, ha construido una filmografía íntima, basada en lo cotidiano, alejada de las fórmulas narrativas tradicionales. Su trabajo encarna una forma de estar en el mundo, conectada con la vida, el ritmo, la respiración y la memoria.
Feminismo, archivo y resistencia
Esta retrospectiva se alinea con el foco temático de Documenta 2025, centrado en la imagen de archivo como herramienta de resistencia, memoria y creación colectiva. El cine de Aurand es también un acto de preservación: un archivo viviente de lo cotidiano, donde lo personal se vuelve político a través de un lenguaje visual íntimo y artesanal.
Además de su papel como directora, Aurand ha sido una activa programadora y archivista fílmica en instituciones como Arsenal (Berlín), promoviendo el cine de mujeres y la experimentación formal. En este sentido, la tercera sesión del ciclo se convertirá en un espacio de diálogo entre su obra y la de otras creadoras como Margaret Tait, Renate Sami o Marie Menken.
El 16 mm como forma de resistencia
Las películas de Ute Aurand, rodadas en 16 mm y proyectadas en su formato original, son pequeños actos de vida: instantes capturados con honestidad y precisión, que rehúyen el artificio digital y reivindican un cine artesanal. Su estilo recuerda al cine diario de Jonas Mekas o Anne Charlotte Robertson, donde el montaje rítmico y la cámara cercana a lo íntimo proponen un discurso emocional y feminista.
Con esta retrospectiva, el Museo Reina Sofía y Documenta Madrid ponen en valor una obra que resiste al algoritmo y a la lógica de la industria, apostando por una experiencia cinematográfica que es, ante todo, humana.