‘The Cat Lady’: una joya oculta

 

 

A veces en las manos de uno caen pequeñas joyas ocultas. Juegos tan sobresalientes en su desarrollo, que en su simpleza encuentran las herramientas para contar una historia adulta y profunda. A fin de cuentas, la depresión es un mal real que nos atañe a todos. Cuando Susan Ashworth dice adiós a sus gatos, los únicos que llorarán su muerte, antes de suicidarse a base de pastillas, solo tiene un pensamiento claro: gracias por nada.

The Cat Lady es una aventura gráfica de terror. De un terror feista e introspectivo que juega con la tristeza más absoluta en un mundo horrible.

Fue creada por el desarrollador polaco (residente en Inglaterra) Remigiusz Michalski, y nos invita a adentrarnos en el mundo de una mujer suicida que encuentra una razón para vivir que, a su vez; está supeditada por la misma muerte.

La historia

Susan Ashworth, nuestra protagonista, se despierta después de ingerir un bote de pastillas en un prado donde conocerá a una maltrecha vieja que nos dirá que se nos ha cedido el don de la inmortalidad para enfrentarnos a cinco parásitos.

Cinco lobos con piel de humano que habitan en nuestro contexto y que se alimentan de las desgracias ajenas, de la muerte y el dolor. Una vez cumplamos dicha misión, podremos morir si así lo deseamos todavía.

El juego está ligado a un arte bastante turbio que juega con el blanco y negro solo para remarcar los colores más sucios y horribles.

Creado a base de ilustraciones malamente animadas, y con un control absurdamente simple (se puede jugar con una sola mano) deberemos ir resolviendo los distintos puzles que los escenarios y el argumento nos brinda, mientras encontramos objetos útiles para resolverlos, y charlamos con los distintos personajes que pueblan esta pesadilla lúcida.

¿Es bueno el juego?

El juego es algo más que eso. Es una muestra viviente de como una buena idea y un concepto sólido puede brindarnos con poco presupuesto una experiencia inolvidable.

The Cat Lady es un juego al que se le nota el bajo presupuesto por todos lados, y sin embargo sabe como causar aprensión con unas melodías simples pero macabras, y un trabajo de doblaje notable por parte de los pocos personajes que pueblan su mundo.

En especial mención a Lynsey Frost, la voz protagonista, llena de diálogos ingeniosos y carismáticos, y que no les cuesta trasportarnos a un personaje que está cansado de vivir. Ve la felicidad que la rodea y se asquea pensando en todo el dolor que la viste.

El juego también sabe ser temible cuando el discurso se torna sórdido. El feísmo de su arte también sabe usarse para causar malestar, tensión o suspense ante la presencia de un infierno interior plagado de pesadillas, así como de los psicópatas que viven entre nosotros: los parásitos de un cuento sombrío y los principales antagonistas de esta aventura.

The Cat Lady es un juego que requiere un esfuerzo en el jugador, y eso es algo a agradecer cuando últimamente se nos regalan esfuerzos ya mascados y solo debemos digerirlos.

Requiere comprensión emocional para entender el por qué los personajes actúan como lo hacen, y nunca será gratuito. Requiere un esfuerzo mental para resolver unos puzles lógicos acorde al contexto que habitan. Y por último, requiere un esfuerzo por parte del jugador para ir desentramando un argumento duro, adulto y complejo, que trata a los seres humanos como los grises de alguien ajeno. Nosotros somos ese gris, y de nosotros dependerá ver el color que puebla su mundo acromático.

Recomendado; sin dudarlo.

Solo así puedo plantearme este artículo de opinión. Es un juego barato, fácil de jugar para cualquiera que disponga de un apéndice móvil y dedos articulados, y ante todo es un juego necesario para entender la tristeza ante la pérdida. Ante la culpa que uno siente, por no saber afrontar la pena, y por no saber entender la felicidad que nos rodea.

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