T2 Trainspotting, nos quedamos con la nostalgia

 

fck20 años después de las truculentas historias de nuestros protagonistas, la realidad nos vuelve a unir al día a día de este elenco de personajes. Esta nueva realidad nos acerca a los protagonistas madurados, donde se enfundan su traje de persona seria (o a intentarlo) y se encomiendan a la búsqueda de trabajo, de un porvenir. Arrastrando un lastrado pasado, el presente se vuelve una carrera de obstáculos donde las bajadas son más rápidas que las subidas.

Al igual que sus protagonistas que lo intentan, quieren y no pueden, la película es un calco a sus ritmos de vida. Es un querer siempre arrancar con mofas y escenas hilarantes que te recuerdan y homenajean a la que fue una obra maestra.

Muy lejos de querer remarcar este film como una mala película, la obra tiene muchas cosas buenas, aunque lejos del asombro de su predecesora. Las actuaciones de los protagonistas, donde Renton, Sick Boy, Spud y Begbie siguen conservando su esencia, son partes remarcables, ya que desde el minuto uno que empieza el film nuestro recuerdo nos lleva 20 años atrás a aquel momento que decidimos ver la primera parte; fruto de este viaje temporal es gracias a la banda sonora, fiel al espíritu noventero, incluye temas musicales como Lust For Life de Iggy Pop o Born Slippy de Underworld o nuevas incorporaciones como Radio Ga Ga de Queen que junto con elementos cómicos complementarios la transforman por completo.

Notorio trabajo del director en sus efectos técnicos de rodaje, honrando a los que en 1996 a todos nos cautivaron y donde cierran un trama argumental muy bien trabajada; en este punto quiero romper una lanza a favor de Danny Boyle, ya que tras investigar he encontrado que esta película fue planificada hace ya 20 años atrás, pero el director decidió no rodarla a pesar de tener todo el proyecto hecho, es más hay rumores en la red que afirman que los actores firmaron un contrato para que pasados 20 años se volvieran a juntar para rodar T2 Trainspotting.

Esta semiobra maestra alimentada por el voraz recuerdo del espectador y el buen sabor de boca de aquel “viaje” que les hizo disfrutar, a mi parecer es justa, solo vive de una nostalgia que todos tenemos de aquella película donde Danny Boyle demostró tener un estilo muy personal. Proyecto, donde una vez más, se vuelve a lo antiguo para arrastrar a los viejos fans de aquella época, convirtiendo, siempre desde mi punto de vista, un film de culto en un producto explotable; opinión alimentada por el final abierto que nos demuestra que una tercera parte podría ser posible, aunque eso sí, cada vez de pegada más débil.

Desde luego es una película que todo amante del cine debe ver, pero aviso a navegantes, no estamos ante nada que nos vaya a ser relevante en un futuro, es más seguiremos recordando los pinchazos de heroína de la primera película.

@CumonDice