Es cierto que esta vez la película solo presentaba un encanto, queridos lectores. Estaba nominada al Oscar® a mejor guion original y eso, la verdad que me resultaba muy curioso. Después de verla entiendo muchas cosas y el porqué de esta candidatura.
Aunque la estética visual nos recuerde mucho a la típica historia de antena 3 de los domingos por la tarde, esta ficción da un pasa más allá de todo eso y consigue crear una experiencia tensa y atractiva para los amantes de este género.
Escándalo, es un escándalo
Dos décadas han transcurrido desde que el apasionado y muy comentado amorío entre Gracie Atherton-Yu y su entonces joven esposo Joe capturó la atención y provocó controversia en todo el país. Ahora, con sus hijos al borde de completar su educación secundaria y a punto de graduarse del instituto, la intrigante y compleja trama de sus vidas se convertirá en el foco de una nueva película.
Para este proyecto, la reconocida actriz Elizabeth Berry se sumergirá en la vida cotidiana de la familia Atherton-Yu. Elizabeth, en su esfuerzo por comprender y retratar fielmente a Gracie, a quien interpretará en la gran pantalla, pasará tiempo significativo con ellos. Sin embargo, esta incursión de una figura externa en su entorno íntimo comenzará a desentrañar y perturbar la dinámica familiar existente. La presión de estar bajo el escrutinio público y el proceso de adaptación de su historia personal a un guion cinematográfico desatará tensiones y desafíos inesperados dentro de la familia.
El director nos cuenta esta historia con aguda maestría, con la que secuencia a secuencia va calando en la cabeza del espectador e hilando preguntas relacionadas con la trama y sobre todo, con los personajes. Se entiende con ello la originalidad de la historia y con ella, su nominación.
Resulta que lejos de parecer un film argumental lineal, la historia se va bifurcando en pensamientos y sentimientos propios, con los que a cada personajes empiezas a encontrarles una razón de ser. De esta forma, te consigue trasladar a un momento empático con la trama y con los pesares que los personajes sufren o han sufrido.
Secretos a voces y escándalos en privado
A estas alturas de la vida decir que Natalie Portman y Julianne Moore, son dos pedazos de actrices es algo tan evidente como que el aceite y el agua no se van a mezclar. Es a la primera a quien hay que darle una mención especial por su trabajo. Su personaje se somete a una metamorfosis interna al ritmo evolutivo de la trama y consigue darnos una alta dosis de veracidad, difícil de conseguir cuando se pretende conseguir una meta interpretación dentro de la misma película.
Algo destacable es la tensión que genera todo su montaje. Desde los planos cerrados y las pausas dramáticas de los personajes, hasta la música que introducida a golpes de bajo y montajes rítmicos con lo que vemos.
Muy lejos de poder parecerse a una tele chaqueta de Antena 3 de domingo por la tarde, estamos ante una muy buena historia que huye lo previsible y juega con el entendimiento del espectador. Añadiendo elementos que incitan a la intriga del espectador y le obliga a usar la imaginación y el entendimiento para pensar cuestiones, con las que cerrar del todo lo que acaba de ver.
