Rick y Morty T4

Rick y Morty T4, humor irreverente a las órdenes del entretenimiento puro

La cuarta temporada de Rick y Morty termina. Y desde luego, es una demostración de fuerza. Justin Roiland y Dan Harmond, no pierden un ápice de frescura, y siguen evolucionando a medida que pasa cada capítulo.

Venga ya… Es duro que te partan una temporada por la mitad, y más duro es saber que una tirada de Rick Y Morty tendrá solo cinco capítulos. Y más duro se hace cuando ves que son tan BUENOS. (Así, en mayúsculas)

Aún recuerdo cuando comencé a ver la serie, recomendación de un colega. Lo primero que te entran por los ojos, una suerte de prejuicios a la irreverencia arquetípica del humor animado, es que te encuentras frente a una sucesión de gags escatalógicos. ¿Te ha pasado a ti también? Bien, pues sigue mirando. No apartes tus ojos del “caca, culo, pedo y pis”, porque entre líneas hay un universo de inteligencia bizarra y un contexto tan sumamente filosófico que puede destruir líneas de pensamiento.

Pues Rick y Morty es algo más que humor irreverente. Es mala leche condensada en la filosofía más nihilista que alguien pudo ver jamás en televisión. Su humor se basa en el que “nada importa”, y tu frente al televisor, eres una mota de polvo en un macrocosmos de infinitas variables. El universo es una ecuación, y tu yo individual es igual a 0. Como bien dice Morty en cierto capítulo:

«Nadie existe por un propósito. Nadie pertenece a ningún lugar. Todos vamos a morir. Ven a ver la tele”

Dicho de otra forma. No te quiebres la cabeza, y disfruta.

Rick y Morty T4

Y es la filosofía que se mantiene en la última temporada; se expande, se enaltece, te golpea y te hace reír a carcajadas con uno de los mejores show televisivos jamás creados con ánimo de hacerte pensar, mientras te dice que no lo pienses demasiado (A excepción del rey, South park, pero eso es otra forma de cagarse en todo).

¿Qué tenemos en esta mitad final de la temporada 4?

Tenemos un viaje en tren que reventará más de un cerebro. Un Mindfuck que revierte la retórica literaria de la meta-realidad, dentro del meta-cine. El capítulo da para artículos de 200 páginas fácil, y es que destrozar la 5º pared (Sí, no está mal escrito: 5º, no 4º), con sus personajes revelándose contra el narrador de su propia historia, es aprovechado para hacer lluvia dorada sobre las aspiraciones del fandome. Aún me duele el estómago de reírme de esos flash-fowards sobre los rumoreados finales especulados por internet que acaban con Morty preguntado “¿Es eso canon?” y Rick respondiendo: “Podría haberlo sido”.

Tenemos una vuelta de tuerca sobre Aliens que parasitan humanos y crean su propia sociedad.

Las respuestas a que pasaría si tuviéramos la capacidad de “guardar partida” como si nuestra vida fuera un videojuego.

Tenemos la descendencia de Rick con una madre de lo más peculiar.

Y sí, al final de temporada tenemos respuestas para algunas de las preguntas surgidas en temporadas anteriores, y paro de contar. Solo diré una palabra: Beth.

La temporada termina, y os aseguro que lo hace por todo lo alto. Hay tantísima imaginación y creatividad detrás de cada capítulo de , que me sorprende que siga a mejor cada capítulo. Tiene un listón altísimo y no hacen más que destrozarlo y dejarlo atrás a cada capítulo.

Si aún no habéis visto la serie: Vedla.

Si aún no habéis visto la segunda mitad de la temporada 4 en HBO España: ¿A qué estáis esperando?