‘Radical’, la realidad supera la ficción

¿Alguna vez os habéis preguntado qué es el cine? ¿Qué debe ofrecerme una película para que piense que es buena? Desde luego, yo no tengo una respuesta definitiva, solo un acercamiento basado en la emoción o la veracidad con la que empaticemos con lo que nos cuentan.

La verdad detrás de esta introducción es que soy un enamorado de las buenas historias, especialmente si están basadas en hechos reales. En esta ocasión, lejos de entrar en detalles cinematográficos, la historia contada por el director es un pellizco en el corazón del espectador. Una hazaña que nos hace recobrar la esperanza en el ser humano y en la fuerza que nos da un poco de confianza.

Hechos reales, muy reales

Inspirada en eventos reales, esta narrativa detalla la vida y los desafíos de un educador en una ciudad mexicana ubicada en la frontera, un lugar marcado por el abandono, la corrupción y una alarmante tasa de violencia.

Enfrentándose a un entorno hostil y a estudiantes que han perdido la esperanza y el interés por el aprendizaje, este maestro decide implementar una estrategia educativa revolucionaria.

Su método radical tiene como objetivo despertar la curiosidad, fomentar el interés por el conocimiento y liberar el potencial oculto de sus alumnos.

A través de este enfoque innovador, busca no solo mejorar el rendimiento académico de sus estudiantes, sino también descubrir y pulir las gemas de brillantez que cada uno de ellos lleva dentro.

Esta historia es un testimonio del poder transformador de la educación y de la creencia de que, incluso en las circunstancias más desafiantes, es posible generar un cambio significativo.

El poder de la confianza

Aunque la película se centra en Sergio Juárez, el profesor, la historia que trasciende es la hazaña de Paloma Noyola, una joven estudiante mexicana que saltó a la fama internacional en 2013, cuando la revista Wired la presentó como la «próxima Steve Jobs».

Esta extraordinaria joven proviene de Matamoros, Tamaulipas, una zona marcada por la pobreza y la violencia relacionada con el narcotráfico.

Sin embargo, contra todo pronóstico, Paloma demostró que el talento y la dedicación pueden florecer incluso en los lugares más adversos.

Gracias a los innovadores métodos de enseñanza de su maestro, Sergio Juárez Correa, quien promovió el autoaprendizaje, el pensamiento crítico y la solución de problemas, Paloma no solo sobresalió académicamente, sino que también obtuvo el puntaje más alto en el examen nacional de matemáticas en México.

La historia de Paloma no es solo un testimonio del poder de la educación, sino también una inspiración para todos nosotros en el mundo del arte y el cine. Nos recuerda que las grandes historias, aquellas que realmente importan, pueden surgir de cualquier lugar, independientemente del contexto socioeconómico.

Creo que es justo, queridos lectores, que conozcáis a esta mujer por la hazaña que logró y que alimentéis vuestra curiosidad investigando más sobre sus logros.

Cine, esa es la cuestión

Como comenzaba esta nueva entrada de mi sección, ¿cómo podemos identificar el buen cine? La respuesta es diversa y, como todo en la vida, los gustos varían.

Desde luego, esta película no es un alarde técnico, ni mucho menos una producción enorme, pero sin duda es cine. Y lo afirmo por la sensación que me dejó al terminar de verla. Me sentí pleno, cómplice de conocer una historia fantástica que llenó mi alma y consiguió emocionarme. Sí, Yellowbreakers, lloré como nunca.

Aunque así es, queridos lectores, esta película conecta con tu lado humano, te emociona y te hace partícipe de una hazaña con la que volver a tener esperanza en la humanidad. Como dice el título, un giro radical a las formas preconcebidas de ver las cosas. Una de esas gestas que, sin duda, es necesario conocer.