Ninja Turtles: Caos mutante, la mejor película de superhéroes del año

Con permiso de la inacabada Across The Spider-Verse, la nueva versión de las tortugas ninja es la guinda de este gran verano cinéfilo.

Tras los intentos en acción real con la trilogía noventera y las dos entregas de la década pasada, los mutantes adolescentes vuelven donde más cómodos están: la animación desenfadada. Lo hacen a través de Paramount, el estreno cinematográfico de Nickelodeon Animation y dos directores ya consagrados en este “género” -si Del Toro me permite la expresión- como son Jeff Rowe y Kyler Spears.

Pero el nombre que más se respira en la cinta es el de Seth Rogen  (productor, guionista y voz de uno de los personajes), el eterno adolescente que tanto nos ha hecho reír con títulos como La Entrevista, Supersalidos o The Boys.

Un tono desenfadado y sucio

Sé que hablar de animación rompedora es un topicazo y después de grandes trabajos como  Los Mitchell contra las máquinas o Into the Spider-Verse, el estilo del dibujo ya no lo sea, pero aquí va más allá. El trazo es más grueso y expresivo, los dibujos huyen del preciosismo -de hecho algunos son feos y guarros- y toda la estética bebe mucho de la nostalgia noventera y urbana propia de Brooklyn.

El villano, Superfly (al que da vida Ice Cube), es puro Cronenberg… Su plan es matar a todos los humanos, algunos de sus matones son desagradables, ciertas bromas y referencias pop son bastante agudas y consiguen traspasarte ese olor de pizza neoyorquina y esas ganas de gritar el famosísimo de p*** madre que tanto nos hizo reír en el doblaje de nuestra infancia.

Bendita adolescencia

Por encima de ser tortugas, e incluso de, además, ser mutantes, está el hecho de que Donny, Ralph, Mickey y Leo son adolescentes y se comportan como tal. Discuten con su padre, tienen las hormonas disparadas, les encanta la pizza y tienen miedo de no ser aceptados por el resto…

Un miedo bastante lógico debido a que su padre y maestro, Splinter (una rata mutante) sufrió el odio de los humanos en su intento de vivir como ellos. Pero los humanos no solo no aceptamos a los mutantes… April  O’ Neil una joven periodista y nueva amiga de las tortugas comprende a los jóvenes mutantes pues los ve igual de marginados que ella.

«La cinta trata de lo que significa ser aceptado» dijo Seth Rogen

Algo que puede sonar pasteloso, pero en el tono de esta película pocas cosas lo son.

Memorias del subsuelo y ¿secuela?

Como en aquella obra de Dostoyevski, las tortugas ninja sufren el abandono de la sociedad, la oscuridad de las alcantarillas y el ver las luces de fuera como el sol que no alcanzas… Y en el subsuelo de nuestra memoria también han estado encerradas tras los fracasos de volverlas a ver en pantalla grande, pero esta vez todo ha salido bien y el final nos abre el apetito de cara a esa secuela ya confirmada y a la serie animada que traerá Paramount+. 

 

Hasta entonces, id al cine y ¡KOWABUNGA!