Y aquí tenemos la segunda lista con mis 25 favoritos del ámbito internacional. Es curioso como la lista nacional estaba plagada de propuestas urbanas, y en cambio en ésta, lo que más abunda es el rock en el significado más amplio de la palabra.
Tenemos reggaeton y algo de rap, pero el folk, el hardcore y el pop es lo que más he escuchado este año fuera de nuestras fronteras.
25. ABBA – VOYAGE
Empezar la lista con un fogonazo de pop luminoso, bailable y tan necesario (o no) para la actualidad musical como este Voyage es todo un lujazo. Siendo una de las bandas más masivas, hereditarias, legendarias y referenciales de todos los tiempos, que ABBA se hayan vuelto a juntar para realizar un disco de la calidad y la efectividad de Voyage me ha hecho una ilusión descomunal.
Sin esperar demasiado de ello y pensando que su nuevo disco se iba a convertir en la excusa perfecta para volver a salir de gira mundial con sus éxitos de toda la vida, la cosa ha dado un vuelco considerable al tener entre manos algunos de los hits más irrefutables e indiscutibles (que no todos) de la formación sueca.
Plagado de baladas épicas, temazos rompepistas, sonidos ochenteros actualizados y unas voces tan reconocibles que casi hacen que se te caigan las lágrimas de la emoción, ahora solamente nos queda rezar para poder verlos en directo en todo su esplendor 40 años después de su disco anterior.
24. SLOPE – STREET HEAT
Después de entregar dos lejanos Ep ‘s que los pusieron en el punto de mira de la escena hardcore europea (Helix , 2004 y Losin’ Grip 2017), han tenido que pasar cuatro años para que finalmente el combo alemán se decidiera a soltar su magnífico debut.
Escuchándolo te das cuenta de que esto es algo más que un grupo de hardcore al uso, algo que está ocurriendo y bastante en la escena. Slope son una banda que toma influencias del hardcore y del metal, pero que no le hace ascos a la experimentación rítmica y estilística tomando de aquí y de allá del groove, del funk y mucho de la filosofía punk.
Para que nos entendamos podríamos estar hablando de unos Living Colour fusionados con unos Dog Eat Dog pasados por el tamiz europeo. Con un sonido claramente anclado en la escena hardcore, por su crudeza, y contundencia, sus desarrollos instrumentales y esa capacidad que tiene su base rítmica para ampliar y deleitar con su variable personalidad estilística, hacen de ellos una entidad única y diferenciada del resto.
A estas alturas de la película, la única manera de revitalizar, exponer y actualizar el hardcore era añadirle variables a las que pocos o nadie estábamos acostumbrados a escuchar en el estilo para sorprender y hacerlo llegar a las nuevas generaciones. ¿Se ha conseguido?, eso ya no lo sé, pero está claro que la jugada es maestra.
23.THRICE – HORIZONS / EAST
Las insondables variaciones estilísticas que han ido probando, adquiriendo y ejecutando a lo largo de su carrera, con parón incluido, han hecho de Thrice una de las bandas más interesantes y sorpresivas de su generación. Con una base que sigue anclada en el rock de diferentes vertientes, Horizons / East incide una vez más en la experimentación, en el no encasillamiento y en el cambio.
Puede que su personalidad musical no se haya visto nunca disipada del todo, pero sus influencias a la hora de construir cada nueva obra afloran de manera distinta haciendo que cada uno de sus discos suene diferente y suponga un nuevo reto tanto para el oyente como para ellos mismos.
Aquí nos encontramos con una banda que potencia los estribillos hasta prácticamente el rock de estadio presentando unas referencias mucho más clásicas y reconocibles. Y no digo esto como si ahora sonaran a Led Zeppelin ni mucho menos, sino que conservando totalmente su personalidad, se han cascado un disco que tiene un sonido grandilocuente y estudiado que bebe directamente del rock en su máxima expresión.
22. KANYE WEST – DONDA
32 cortes (con skits incluidos) y un total de dos horas y once minutos para cerrar su nuevo disco, es material más que suficiente para que los haters de Kanye vuelvan a criticar la desproporcionada y excesiva creatividad del de Atlanta. No hay problema, los que lo amamos como artista hacemos lo mismo pero justamente al revés, en vez de criticar, celebramos que lo que tenemos entre manos es uno de los discos más personales, únicos, inspirados y mastodónticos de Kanye.
Homenajeando a su difunta madre, el primer corte es el acompañamiento vocal de los latidos finales del corazón de Donda West, el disco llegó a sufrir cinco veces el retraso en su salida hasta que a finales de agosto aparecía en las plataformas digitales por sorpresa.
Portada en negro, en referencia al dolor del duelo por su madre muerta, Kanye ha querido entregar su nuevo álbum, de la manera más especial posible, y por ello lo ha confinado a un aparato digital que ha puesto a la venta y con el cual puedes remixar, modificar, cambiar y anular las diferentes pistas con las que cuenta cada tema. Una maravilla que, una vez más, solo Kanye West (y su amplio plantel de colaboradores para el disco) era capaz de realizar.
21. ACTORS – ACTS OF WORSHIP
El segundo largo del cuarteto de Vancouver llamado Actors, vuelve a incidir en el post-punk como era de esperar. Pero no todo lo que era It Will Come To You (2018), es lo que nos vamos a encontrar en este Acts Of Worship.
Mientras la oscuridad en su universo sigue presente como un básico ineludible, las cualidades para el pop electrónico de carácter agradable y accesible, han salido a flote en un disco que suena más épico, más bailable, más grandilocuente y más disfrutable que nunca. Nada hacía presagiar que lo suyo iba a dar un salto cualitativo tan evidente, considerable y efectivo como el logrado en Acts Of Worship.
Ya sea por esos deliciosos apoyos vocales de Shannon Hemmet junto a las voces de Jason Corbett, o por esos efectivos riffs electrónicos y guitarreros que manejan a placer el otro cincuenta por ciento del combo, pero todo aquí es una fiesta indiscutible. Puede que les falte ese carácter más apesadumbrado y quejoso del que suelen hacer gala estas bandas, ellos mismo jugaron esa carta con su debut, pero lo que han ganado en detrimento de ese ajustado patrón del estilo en libertad creativa y entrega incondicional es incuestionable. Si no bailas con esto, es que estás muerto.
20. YOUNG THUG – PUNK
Aunque Young Thug haya titulado su disco como el estilo musical más prostituido del planeta, no estamos aquí para discutir o afirmar que el trap es el nuevo punk, como se ha dicho en varias ocasiones. Lo que sí que vamos a decir es que estamos ante el disco más introspectivo, desnudo y personal del mc de Atlanta, de eso no hay duda.
Envuelto en un halo más orgánico que de costumbre gracias a los arreglos instrumentales del disco (esos punteos de guitarra son pura maravilla) y un carácter sumamente delicado y apacible, Punk suena tan puro dentro de su universo como experimental en el del resto del mundo.
Contando con un lista de productores con infinidad de nombres importantes (más de 20) entre los que nos encontramos con Metro Boomin, Kanye West, Nate Ruess o Cardo, la de colaboradores vocales tampoco se le ha quedado nada corta. Quizás las más destacables o sorpresivas han sido la de Juice Wrld en Rich Nigga Shit y la de Mac Miller en Day Before, de la que Thug ha dicho que se grabó justo el día antes de la muerte de Miller el 7 de septiembre de 2018. Una absoluta maravilla sonora que te acuna, te lleva y te eleva sin remedio gracias a ese registro vocal tan característico de Thug y sus deliciosos ritmos de tonos rosas y lilas.
19. MANCHESTER ORCHESTRA – THE MILLION MASKS OF GOD
Lejos quedan los días en que los Manchester Orchestra nos deshacían por dentro con regalazos de la talla de su impresionante debut I’m Like A Virgin Losing A Child (2006) o de su magistral Mean Everything To Nothing (2009), incluso de esas maravillas que Andy Hull facturó bajo el nombre de Right Away, Great Captain! en la década pasada, pero la vida sigue y los de Hull han continuado facturando discos más que notables durante el resto de su carrera.
Llegamos a 2021 y The Million Masks Of God nos presenta a unos Manchester Orchestra crecidos, en su punto justo de maduración y con una capacidad para impresionar prácticamente intacta. Su entrega ha cambiado las formas, ahora el rock de estadio está presente como un ingrediente extra, la grandilocuencia y la calidad no se ven interferidas y la voz de Hull sigue siendo el reclamo perfecto para los que nos enamoramos en su día de su peculiar tono.
18. HALSEY – IF I CAN’T HAVE LOVE, I WANT POWER
Cuarto largo de la artista de New Jersey que, a sus 27 años, ha querido ser madre y ha relatado los claroscuros de su maternidad en un disco producido, nada menos, que por el tándem dorado formado por Trent Reznor y Atticus Ross. Una jugada tan sorprendente como efectiva que nos presenta a una Halsey mucho más musculada, guerrera y directa.
Escudada dentro del rock alternativo de carácter comercial y mainstream, Halsey ha construido un disco que cruje, sangra y expele feminidad por los cuatro costados. Con una portada del todo representativa con el concepto del álbum y de clara inspiración mariana, el ménage-à-trois formado por Halsey-Reznor-Ross ha resultado en el disco de Halsey con más influencias rock de su repertorio con el añadido de adoptar ciertos sonidos y esquemas de la música industrial como era de esperar del dúo de productores en cuestión.
No nos vayamos a confundir, esto no es un disco de metal ni mucho menos, pero las referencias manejadas por el equipo que ha trabajado en el álbum, pasadas por el filtro de la artista, han dado lugar a una obra diferente a lo esperado. El álbum venía precedido de un mediometraje protagonizado por la propia Halsey y dirigido por Colin Tilley estrenado justo antes del lanzamiento del álbum en formato IMAX.
17. HIGHER POWER – 27 MILES UNDERWATER
Firmados con la legendaria Roadrunner para su segundo disco y tomando como referencia el sonido noventero, los americanos Higher Power sacan a relucir unas influencias que bien nos podrían sonar nostálgicas, pero que en el disco se revelan como una refrescante opción para una escena que necesita de estas propuestas para seguir viva.
Equilibrando de manera providencial su tormenta perfecta de riffs y gritos desgarrados, con una capacidad para las melodías vocales e instrumentales más que sorprendente, 27 Miles Underwater es un catálogo de canciones infalibles para cualquier amante del hardcore en su más extensa representación y que además ha contado con las mágicas manos del productor Gil Norton (Foo Fighters, Jimmy Eat World, Pixies, Terrorvision, Counting Crows) consiguiendo un sonido crujiente, accesible y envolvente. Quizás la evidencia más clara puedan ser los Glassjaw de Palumbo o la última época de Snapcase.
Referencias de las que se pueden extraer varias más, como sus variaciones sobre el metal alternativo o incluso el post-grunge en algunos casos, pero la base es indiscutiblemente el hardcore de la vieja escuela. Un disfrute máximo para esos cuarentones que miran al pasado como si todo en esa época fuera mejor.
16. CARCASS – TORN ARTERIES
La definición de precisión quirúrgica vuelve a estar representada por los cirujanos más prestigiosos del death melódico con un disco que limpiará tus arterias cargadas de grasa animal con un repertorio de riffs imbatibles y una colección de alaridos más efectivos que una lavativa para tu colon.
Si Surgical Steel (2013), su anterior largo, nos confirmaba la buena forma, las ganas y la importancia de una banda que todavía tiene mucho que decir en la escena metal, en Torn Arteries la dupla formada por Steer y Walker nos vuelve a dejar una obra tan sólida y monolítica como cabía esperar de ellos.
Devolviéndole algo de luz a la propuesta, esa portada de fondo blanco es un identificador claro del carácter del disco, y emparentado con aquel discutido Swansong del 96, del que mucha gente renegó, Torn Arteries es un puñetazo directo a tu estómago, a tu colesterol y a tu conciencia animalista como solamente ellos saben hacer.
15. LUCY DACUS – HOME VIDEO
Tercer largo de la Dacus y su mejor hasta la fecha. Concebido como un álbum autobiográfico y anclado en el folk de carácter pop, su honestidad en las líricas y su maravillosa habilidad para penetrar tus emociones con su deliciosa voz, lo convierten en una obra que nos habla en primera persona de sus diatribas vitales.
Home Video es un disco nostálgico que transita por los claroscuros emocionales a los que se ha visto expuesta en la vida, de la misma manera que lo hace con las dualidades que le han supuesto su fe y su opción sexual. Bisexual y cristiana, la Dacus nos relata su vida adolescente en su Richmond (Virginia) natal, desvelándose como una autora que atrapa, dibuja y expone sus mejores galas instrumentales (no estamos hablando de un disco de folk al uso) y que demuestra, una vez más, la valía de una artista de habilidades literarias nunca suficientemente reivindicada.
14. SNAIL MAIL – VALENTINE
La que consiguió encaramarse a las primeras posiciones de mi podio personal del 2018 vuelve a colarse en la lista con un segundo disco mucho más calculado, estudiado y consciente. Sofisticando y madurando su propuesta, algo que deja muy claro su portada con respecto a la de su primera referencia, con tan sólo 22 años y de nuevo bajo el sello Matador Records, Lindsey Jordan entrega un Valentine plagado de recovecos misteriosos y con una capacidad de sorprender y agradar fuera de toda duda.
Quizás yo esperaba una continuación directa de aquel Lush y por eso me he quedado un tanto frío con su nueva personalidad tan abrumadora, pero está claro que esta joven artista tiene un potencial y una claridad artística indiscutible. Seguridad, creatividad y unas ganas enormes de llevar su propuesta por otros derroteros (sin salirse del indie-rock obviamente) y a otros niveles (quizás no superiores, pero sí que jugando en otro liga), Valentine es una maravilla sumamente disfrutable para los amantes del indie, imprescindible para los fans de Jordan y crucial en la evolución de una artista tan prometedora.
13. QUICKSAND – DISTANT POPULATIONS
La revitalización de una banda tan importante en los 90 para el post-hardcore como Quicksand, su debut (Slip, 1993) sigue siendo uno de los clásicos más referenciales del género, el pasado 2017 con el notable Interiors, ha tenido su ansiada continuación con este sobresaliente Distant Populations.
No van a ser ellos los que se distancien del estilo que los vio nacer y que ellos mismos se dedicaron a moldear, Distant Populations es un nuevo clásico a añadir a su imbatible catálogo conformando una tetralogía envidiable.
Riffs crujientes, voces cargadas de emoción, ritmos cambiantes y discordancias deliciosas es lo que nos vamos a encontrar aquí, nada más, ni nada menos. Aquí no hay experimentos, salidas de tono, cambios desconcertantes o nuevas personalidades, Distant Populations es un disco de post-hardcore al más puro estilo Quicksand, y eso es lo que la mayoría queríamos y necesitábamos.
12. DEAFHEAVEN – INFINITE GRANITE
Que la rueda creativa de los Deafheaven evoluciona y transita por el cosmos musical de manera providencial y sorpresiva, es algo que han dejado claro a lo largo de 10 años de carrera, pero la conversión completa que han realizado para su último Infinite Granite es de una belleza, una valentía y una naturalidad apoteósica.
Puedo entender que para los se enamoraron de su única y explosiva mezcla de blackmetal y shoegaze se hayan quedado algo huérfanos al escuchar uno de los discos más preciosos y evocadores del año, pero bajo mi punto de vista, esta nueva encarnación de los de San Francisco era tan necesaria y evidente dentro de su evolución como lo es de natural.
Dejando aparcado su carácter más agresivo, experimental y complejo, su nueva sensibilidad musical navega por espacios mucho más luminosos, amplios y sencillos. Cargados de sinuosidad y delicadeza, su majestuoso dream pop sorprende, agrada y provoca la adicción suficiente como para acudir a él de manera continuada aún a sabiendas que el viaje existencial dura prácticamente una hora. Para los amantes de sus anteriores erupciones descarnadas, quiero decirles que si aguantan hasta el final del disco el regalo que les tienen preparado es una delicatessen de órdago. Mombasa es el tema que cierra el disco y lo hace de una manera desproporcionada, excesiva (dentro del contexto del disco) y maravillosa. Mención especial al trabajo vocal de un George Clarke absolutamente claro, entendible e incluso sensual y etéreo. Una nueva capacidad vocal a sumar a sus ya de por sí sorprendentes habilidades, que le imprime una nueva personalidad a una de las bandas más libres y personales que han salido de la escena metal en los últimos 10 años.
11. THE ARMED – ULTRAPOP
The Armed son un colectivo proveniente de Detroit y autoproclamados como una banda punk. Algo en lo que estoy bastante de acuerdo en cuanto a actitud se refiere, pero que desgranando las referencias e influencias de este Ultrapop, su cuarto largo de estudio y el primero firmado con el sello Sargent House, nos ofrece un variopinto paisaje estilístico que va desde el ambient atmosférico, pasando por el pop de carácter esquivo o incluso el math-rock de infinitas permutaciones, desplegando una capacidad para descolocar, impresionar, perturbar e incomodar única en su especie.
Su productor favorito, Kurt Ballou, vuelve a estar detrás de las tablas consiguiendo un sonido que acentúa esa incomodidad sonora que promueve el colectivo en sus obras, todas ellas odas al nihilismo sonoro de alto voltaje. No es fácil entrar aquí, hay que saber paladear el caos de manera especial para ello, no es una obra para todos los gustos, por mucho que tanto su portada como el título del disco hagan pensar en un disco amable de neo-soul, pero si te atraen los experimentos sonoros, los sonidos extremos, la pasión desmedida y las matemáticas musicales, este es tu disco del año.
10. DINOSAUR JR. – SWEEP IT INTO SPACE
Duodécimo disco de estudio de la banda capitaneada por el incombustible J. Mascis. Que Dinosaur Jr. no tiene disco malo en toda su carrera es algo que no se admite a debate, pero que a día de hoy sigan sacando discos tan disfrutables, perfectos y nostálgicos (en el buen sentido de la palabra) como este Swept It Into Space es digno de mención.
La intacta capacidad que conserva Mascis para combinar sus habilidades pop con el sonido más crujiente y distorsionado de la década de los 90 es algo sobrenatural. Poniendo el acento en su carácter más accesible y pop para la ocasión, los de Mascis conforman uno de los power tríos más destacados de la actualidad rock, eso contando que tienen más de 30 años de carrera a sus espaldas.
Si en su día fueron la referencia en la que se miraban bandas como Sonic Youth o Nirvana, a día de hoy siguen siendo la llama más activa y fortalecida de aquella olvidada etapa de finales de los 80 en la que todos querían sonar como ellos. Sucios, distorsionados, sinceros e infalibles como siempre, Dinosaur Jr. siguen siendo los auténticos jefes del cotarro.
9. JULIEN BAKER – LITTLE OBLIVIONS
![CRÍTICA] JULIEN BAKER - LITTLE OBLIVIONS](https://crazyminds.es/wp-content/uploads/julien-baker-little-oblivions.jpeg)
La Baker se ha liado la manta a la cabeza y, desplazándose conscientemente del folk depresivo y desnudo de sus dos primeras obras, nos ha regalado su disco más luminoso, pop, accesible, arreglado y producido. Obviamente las líricas siguen versando sobre sus altibajos emocionales y su accidentada vida con las adicciones, pero al vestirlo todo como un proyecto de banda al completo, en la que es ella misma la que toca prácticamente todos los instrumentos, le confiere un aire mucho más rítmico, fresco y atractivo pensado para un público más amplio.
No es que la hayamos perdido como artista folk atormentada con la que cortarte las venas con cada frase que suelta proveniente del dolor que produce el trauma, algo en lo que sigue siendo una experta, pero las ganas de engrandecer y aderezar su propuesta con un cuerpo artístico mucho más consciente, variado y musical, hacen de Little Oblivions una propuesta diferente a lo esperado. Tomando del indie rock de la misma manera que lo hace de la electrónica o incluso del dream pop, Julien Baker ha preferido mutar que volver a repetirse, y eso nunca es malo.
8. LORDE – SOLAR POWER
Uno de los discos más criticados, obviados e incomprendidos del año ha sido el tercer largo de la alabada neocelandesa Lorde. Mi relación con ella se vio algo tocada cuando tuve la oportunidad de ver en dos ocasiones su presentación en directo de aquel insuperable Melodrama del 2017.
Un disco que copó los primeros puestos de muchas de las listas con lo mejor de ese año, pero que en directo tuvo unos resultados bastante irregulares bajo mi punto de vista. Donde la mayoría esperaba encontrarse con un una digna continuación de aquel visceral y bailable segundo disco, Lorde ha entregado una obra sumamente relajada, de una luz cegadora y un carácter mucho más maduro y consciente.
Solamente con su título y esa portada, el disco ya llama la atención, pero aún más lo hace su contenido, una colección de canciones que bebe del soft rock y el pop de aires estivales con una calidad y una brillantez impresionante. Un salto estilístico y formal que la ha puesto en una situación complicada ante los fans incondicionales del sonido de aquel Melodrama, pero que por otra parte nos presenta a una artistas con capacidades ampliadas y una curiosidad musical que va mucho más allá de lo esperado.
7. UNTO OTHERS – STRENGTH
Con la problemática de haber tenido que cambiar su nombre por temas legales con tan sólo una referencia en formato largo, los que fueran los Idle Hands facturando uno de los debuts más sonados y sobresalientes del 2019, han pasado a ser Unto Others, una elección nada ideal si tengo que dar mi opinión al respecto. Dejando de lado el tema del nombre de la banda, hay que decir que Strength es la perfecta continuación de su alabado Mana. Empeñados en ese sonido gótico que bebe de influencias post-punk, Strength sube enteros en su carácter metálico consiguiendo la perfecta fusión entre riffs y melodías de escándalo con unos estribillos tan adictivos y pegajosos como si de una banda de pop chicletera se tratase. Su efectividad sigue intacta, pero las diversas variaciones que han sufrido en sus formas, entrega y enfoque, ampliando el espectro lo justo para sorprender y evolucionar sin perder un ápice de personalidad, hacen de este Strenght un disco a la altura de su predecesor, y eso era algo muy complicado.
6. MORA – PRIMER DÍA DE CLASES
Primer Día De Clases fue uno de los primeros discos de reggaeton que salieron este año y el único que ha mantenido el tipo desde entonces como para colarse en mi lista de favoritos del año. Mora es un tipo que ya había colaborado en el estudio con los grandes nombres de la actualidad del género, pero que hasta ahora no había dado el salto como artista independiente con un resultado de lo más irresistible. Su relación con el género y sus celebridades ha dado luz verde a un disco que ha tenido nombres tan destacados como Jhay Cortez, Arcangel, Lunay o Farruko entre sus colaboradores y del que se han extraído hits tan calientes y sonados como La Receta, Volando o 512, temas que han sonado y se han bailado hasta la saciedad durante este verano en cualquier garito de fiesta que se precie. Desvelado como un artista con un potencial exagerado para el género y una voz tan reconocible como agradable, Mora ha llegado al podio con su primer disco, y eso es algo que muy pocos pueden decir. Estamos de acuerdo en que el timing que ha aprovechado Mora ha sido el perfecto para su propuesta, el reggaeton romántico ha dominado las listas de éxitos sin discusión desde hace un par de años, pero la calidad y lo valioso de su reggaeton es indiscutible.
5. TURNSTILE – GLOW ON
Desde que se desvelaran como una de las bandas de hardcore más interesantes del momento con aquellos dos lejanos EPs (Pressure To Succeed y Step To Rhythm) del 2011 y 2013 respectivamente, su capacidad para añadir texturas extrañas al estilo y la habilidad para dirigirse hacia terrenos cada vez más experimentales y sorpresivos ha culminado en un disco tan accesible, sólido y evolucionado que ha conseguido las alabanzas de la comunidad internacional en consenso absoluto. Glow On es un disco único en su especie, una obra que transita nuevos horizontes para el estilo y que los coloca prácticamente fuera de él gracias a una personalidad arrolladora y unas maneras que los disparan hasta el Olimpo de bandas capaces de crear su propio estilo a partir de unos patrones que ellos mismos acaban dilapidando en su tercer largo de estudio. Tan solo escuchando el comienzo de MYSTERY (primer corte del disco) con esos flirteos electrónicos, ya sabemos que lo aquí nos vamos a encontrar es algo que va más allá de cualquier etiqueta. Emotivo, intenso, luminoso,casi cegador, así es Glow On y lo único que tienes que hacer es dejar que su luz te invada y te haga explotar el pecho de emoción.
4. DUKI – EN VIVO DESDE EL FIN DEL MUNDO / TEMPORADA DE REGGAETON
Para un chaval que hace tan sólo cuatro años salía de las llamadas Batallas de Gallos argentinas, su estelar ascenso hasta el Olimpo del trap cantado en español, ha sido tan meteórico que asusta. Colaborando con todos los artistas habidos y por haber de habla hispana dentro del estilo, lo conseguido por DUKI, tanto para él como para el trap en general, no tiene parangón. Una de las muestras más tochas de sus habilidades, su fuerza y su estatus de estrella se ha plasmado en un directo en un puto glaciar, como lo oyes, en un puto glaciar. Con motivo del estreno de su disco Desde El Fin Del Mundo, también de este año, Duko ha querido viajar hasta el mismo fin del mundo para grabar un directo de once cortes con un telón de fondo tan imponente como preciosista. Y por si fuera poco lo de haber sacado un disco largo a principios de año y un directo descomunal basado en ese mismo disco, Duko ha decidido invadir la otra vertiente más extendida de la escena urbana (por primera vez y conscientemente) facturando el disco de reggaeton del año. No se puede entender como un tipo que ha llevado el trap de habla hispana hasta lo más alto, haya sido capaz de pasarle la mano por la cara a toda la escena reggaetonera actual firmando un disco que repasa, amplía y mejora cualquier propuesta actual dentro del género con un registro sumamente vital, divertido, ameno, accesible y futurista. Más allá de toda la polémica, las drogas y los altibajos emocionales del argentino, su solidez, valía e importancia como artista quedan patentes una vez más con esta carambola magistral.
3. ELADIO CARRIÓN – SAUCE BOYZ 2
Puede que algunos estén pensando, ¿pero no había dicho que el mejor disco de reggaeton del año había sido el del Duko?, sí, y lo sigo diciendo, el de Duki es el mejor disco de reggaeton del año. Pero entonces ¿por qué aparece el disco de Eladio Carrión en una posición superior a la del Duki?, pues simplemente porque el disco de Eladio se sale en tantas ocasiones del manido patrón clásico del reggaeton para adentrarse en terrenos absolutamente ajenos al género, que considerar Sauce Boyz 2 como un disco de reggaeton al uso es un error de proporciones épicas. De la misma manera que Rauw Alejandro ha hecho sus incursiones en el house, el dance ochentero o incluso el drum n’ bass, Eladio ha tomado el relevo conscientemente y ha plagado su disco de ritmos exóticos y extravagantes para desmarcarse del estilo y conseguir la obra más fresca, original y sorpresiva de la temporada. Si con Monarca confirmó su valía y con SEN2 KBRN VOL. 1 (ambos de este mismo año) demostró que a ritmo de trap y soltando barras hay pocos que lo puedan igualar, la continuación de aquel impresionante debut del 2020 llamado Sauce Boyz se ha convertido en un sello de identidad único que lo posiciona como el artista de reggaeton actual más ambicioso, visionario y sin complejos de la escena internacional.
2. BILLIE EILISH – HAPPIER THAN EVER
Para una niña que ya lo ha conseguido absolutamente todo, con 13 años ya se había convertido en viral en Soundcloud, con 14 ya tenía un vídeo publicado en Youtube con millones de visitas, con 15 publicaba su primer EP y con 17 firmaba su primer disco largo reportándose la friolera de 6 premios Grammy en el 2020, firmar este Happier Than Ever se ha convertido en la jugada más arriesgada de su corta pero más que intensa carrera. El disco ha hecho números gordos como era de esperar, pero nada de lo contenido en él era lo que cabía esperar. Soltando algún que otro corte en el disco que se puede emparentar con su anterior personalidad (Oxytocin, OverHeated, Therefore I Am), el disco está plagado de perlas íntimas y personales de calado amable y claroscuro deudoras de un sonido clásico y atemporal. Folk minimalista, pop de cámara, rock de carácter contenido, desnudez instrumental y toneladas de sinceridad es lo que nos vamos a encontrar aquí. Obviamente el disco ha vuelto a producirlo su hermano Finneas, eso significa que el nivel es estratosférico en todos los sentidos y que los arreglos funcionan de maravilla a la hora de publicar un disco de sonido clásico sin necesidad de sonar fechado o añejo. Presentada como una diva rubia platino en portada y un carácter intencionadamente separado de ese sambenito que le han colgado de joven rebelde a lo fashion victim portavoz de la generación Z, su maduración como artista ha venido de la mano de su maduración como persona planteando los temas desde un punto de vista más reflexivo y consciente. Las temáticas sobre adicciones y traumas se juntan aquí con el paso a la edad adulta y las ideas sobre el futuro propio de una artista que la gente percibe de una manera muy concreta, pero que ella misma es la que se encarga de cambiar y tergiversar su propia imagen para no encasillarse y demostrar una valía como artista ilimitada.
1. WEEZER – OK HUMAN / VAN WEEZER
La efusiva creatividad artística de los Weezer se ha visto multiplicada por dos el año que han conseguido facturar sus dos discos más alejados entre ellos en forma y ejecución, que no en contenido, con OK Human y Van Weezer. Mientras la mayoría esperábamos encontrarnos en primera instancia con el disco más guitarrero y rockero de su carrera, Van Weezer llevaba ya tiempo en promoción e incluso se había presentado algún single, los de Cuomo van y se sacan de la manga su disco más desconcertante, imprevisible, meloso, delicado y grandilocuente con un Ok Human que los colocaba en una posición totalmente alejada de los riffs de guitarra y la contundencia rock, para abrazar el pop de cámara de arreglos orquestales y delicada sofisticación instrumental. Por supuesto que este mismo Ok Human podría haber sido un disco de sonido clásico de los Weezer sin necesidad de experimentar con cuartetos de cuerda ni delirios acústicos, pero es eso precisamente lo que hace tan especial e imprescindible dentro de su discografía. Con Van Weezer, en cambio, han presentado exactamente lo que se esperaba de él. El disco más contundente, cañero y guitarrero de toda su carrera. Tomando como referencia a Kiss, Van Halen y toda esa troupe que transitaba entre el hard rock y el glam rock de los 80, Weezer han musculado y potenciado su conocida fórmula pop hasta niveles inusitados. Pero todo esto no tendría ningún valor añadido a la mastodóntica carrera de la banda de Cuomo sino fuera porque las canciones contenidas en ambos discos son oro puro y suponen un top absoluto en la inagotable fórmula pop chicletera que practican desde sus inicios. Eso es precisamente lo que los hace tan grandes e imprescindibles dentro de su discografía, además de contar con el añadido de que sus cambiantes formas de ejecución les hace tener ese extra especial tan necesario a estas alturas de su historia.
