MANICOMIO, EL CIRCO DE LOS HORRORES

El pasado 1 de marzo las puertas del infierno se abrieron una vez más por el décimo aniversario de este infernal espectáculo. En esta ocasión para dejar escapar a Manu Satán y Javi Belceboss; el mismo demonio les encargó una de las misiones más psicóticas entre los mortales, entrevistar al mismísimo Suso Silva, bueno para los amigos Nosferatu, Lucifer o el más loco del manicomio.

IMG_7686Salidos del inframundo, donde se está más fresquito que en el metro de Madrid, rodeados de sumisos mortales, nos dirigimos con una delirante sonrisa en la cara hacia nuestro nuevo hogar, el Manicomio.

Algunos lo conocen como El Circo de los Horrores pero para nosotros iba a ser nuestro nuevo hogar. Cargados de maldades, una cámara para robar almas y ganas de revolver entrañas, nos encontramos con una preciosa puerta hecha de alambre de espino y cadenas oxidadas custodiando una grandiosa carpa; nuestra incredulidad nos confunde al ver salir de dentro infinidad de humo. ¿Se podrá fumar en el manicomio? Pasamos al interior y una muy amable señora llamada Yolanda nos atiende; nuestra atención estaba conmocionada con las dulces voces desgarradas que gritaban suplicando más latigazos. Manu Satán estaba como un diablillo con súcubos nuevos, daba saltos de agonía y su felicidad se reflejaba con su cámara y cada alma robada que conseguía; Javi Belceboss estaba montado en éxtasis entre tanta casquería y tétrica atmósfera, no veía el momento de hablar con el que allí conocían como el mayor chiflado e insensato del reino.

Tras una trastornada espera entre cachivaches de tortura, pasamos a la sala de espera del manicomio donde debíamos aguardar a la más maquiavélica del hogar, la gobernanta de bella alma oscura y sensato corazón negro.

Nosotros a la nuestro, pedimos consejos a unos mortales que deambulaban moribundos por la sala mientras acoplábamos nuestro capturador de almas. Ambos enviados del lucero del alba no podíamos creer donde estábamos, que ruja cancerbero, que giman las brujas, que alguien arañe una pizarra… ¡Empieza el show!

IMG_7703Una horda de simpáticos lunáticos babeantes de rabia, repulsivos adefesios con la esquizofrenia disparada, junto con las asquerosamente sensuales enfermeras acompañadas de la dulce gobernanta, nos vinieron a recibir. Emocionados con lo que para muchos sería el infierno, a nosotros aquella tierna guardería nos emocionó profundamente.

A golpes de pacífico látigo la gobernanta encarriló a todos los enfermos a su habitación, pero nosotros traviesos no queríamos dormir todavía; nos escapamos de la habitación y sorpresa la nuestra cuando vimos a la niña más chiflada y eso si, sonámbula del manicomio; aquella trastornada de la noche caminaba por los techos y como si de normal se tratara se peinaba colgada. Aquella divertida niña no se creía lo que veía, estaban todos boca abajo y muy asquerosamente nos invitó a jugar con ella haciendo malabares.

Estruendos agudos se escuchaban al fondo del pasillo, la gobernanta nos había pillado, aunque a pesar de nuestra incredulidad, ella no paraba de gritar “¡Malditos locos quien ha robado la viagra de la farmacia!” No podíamos parar de reír entre dientes por si tal vez habíamos sido nosotros, pero el miedo nos invadió el cuerpo; tres enfermeras diabólicamente sensuales salieron a escena a buscar a los malhechores; posturas descaradamente sexis, movimientos pélvicos insolentes junto con una belleza propia de la novia del demonio, hizo levantar el ánimo a todos los desquiciados del momento.

IMG_7714Por fin la hora del recreo llegó, pasamos con enajenada celeridad a la zona de recreo donde a golpe de descarga eléctrica, los allí presentes no paraban de brincar y dar saltos como auténticos poseídos del diablo. Tanto salto se vio interrumpido por el que allí todos adoran y veneran, el más chiflado y espeluznante personaje, Nosferatu.

Comandando a todos los chiflados internos, los cuales lo adoran como un rey, sentado en su terrorífico trono o silla eléctrica para los humanos, nos empezó a psicoanalizar y desenterrar los traumas, benditos traumas. Nada más allá de la tenebrosidad, este esquizofrénico vampiro sufre sus delirios y tras un tratamiento de alto choque, pasó de ser un ser de la penumbra excéntrico vampiro que se cree el padre de todas las bestias, a un simpático y amable hombre con quehaceres diarios llamado Suso Silva.

El espectáculo había acabado y este par de diablillos se habían quedado con ganas de más. Los aplausos resonaron con el estruendo de los tambores del averno. ¿Era la emoción lo que nos impregnaba? Como rezaba el cartel, “No son todos los que están ni están todos los que son”, unos versos profundos para redondear el romántico fuego de unos personajes torturados, y a su vez, eternamente apasionados.

Manu Satán y Javi Belceboss habían encontrado al ser que desde el infierno habían venido a entrevistar. Asentado en su trono y con una esquizofrénica simpatía, les descubrió su lado más humano y demostrada su mortalidad, nos avanzó algo que tal vez a muchos les dará autentico pavor.

¿Será la cuarta parte de este espectáculo el APOCALIPSIS?