Amy Stewart reforma la novela policiaca
por Rosa M. Panadero

Amy Stewart se documenta en las hemerotecas y nos dibuja la realidad femenina de 1916, una época en la que cruzar de un estado a otro con el novio de turno suponía trata de blancas y cohabitar sin tener licencia matrimonial suponía una afrenta a la moral. Constance Kopp tiene una paciencia sin límites, es la pequeña heroína del sentido común que intenta, por un lado, que las jóvenes no sean condenadas por delitos ridículos –a día de hoy, no habría espacio en las cárceles si se continuara juzgando por muchas de esas infracciones–, y por el otro, ahorrarle al contribuyente la manutención de esas condenadas hasta los 21 años. Las confesiones a medianoche de Constance Kopp es la tercera novela de Stewart después de Una chica con pistola y Mujer policía busca problemas, todas centradas en este singular personaje, Constance Kopp, que hizo correr ríos de tinta en la prensa local y nacional de los Estados Unidos en una época en la que las labores del hogar eran el único horizonte decente para una mujer.


