JLo en ‘Estafadoras de Wall Street’ y el Oscar® pa´cuando

Increíble giro el que ha dado JLo con Estafadoras de Wall Street en el Festival de Cine de Toronto. La artista, más dada a tararear lo del Anillo pa´cuando y roles de latina que llegar a lo más alto del sueño americano, como en Jefa por accidente y Sucedió en Manhattan, da el salto y se lanza a por el Oscar®. 

por Rosa Panadero

Jennifer Lopez, dirigida por Lorene Scafaria, comparte protagonismo con Constance Wu y acompañada por Julia Stiles, Keke Palmer, Lili Reinhart, Cardi B, Lizzo y Madeline Brewer, saca músculo en la pantalla grande y en la taquilla. JLo espera poner en pie a los asistentes a la ceremonia de los Oscar® por un papel de reparto en el que la actriz ejerce de bailarina exótica para desvalijar a sus clientes, despiadados agentes de la bolsa en Wall Street. Nunca el pole dancellegó tan lejos.

Una vieja historia

No es la primera vez que se plantea el poder femenino a través del sexo, posible desde la llegada del capitalismo: con la salida de la mujer del hogar para incorporarse al mundo laboral, esta independencia le permite abandonar el rol de cuidadora de los valores del patriarcado.

Así lo explican UTBH Leyre Khyal en el libro Prohibir la manzana y encontrar la serpiente. La tesis del youtuber es que gracias al capitalismo la mujer es menos ciudadana de segunda clase, por mucho que el feminismo 4.0 de Leticia Dolera, Barbijaputa y otras digan lo contrario.

Sí es más novedoso que lo haga en plan Robin Hood, quitándole a los ricos para dárselo a los pobres.

El capitalismo tiene estas cosas, ahora ya no se cazan ciervos para alimentar a la familia ni se desvalija a comerciantes en los bosques de Sherwood, sino que la riqueza fluctúa en los índices bursátiles controlados por los dedos codiciosos de los agentes de bolsa.

Una forma de ganarse la vida como otra cualquiera, hasta que la cosa se va de madre: no es lo mismo pagarle un paupérrimo estipendio a la stripper, que la stripper te drogue y le saque la pasta a un pobrecito padre de familia, respetado agente del Dow Jones.

Magic Mike y su precursor, Full Monty

Pero claro, el imperio de la noche cuando todos los gatos son pardos sirve de doble vida a muchos porque lo que ocurre en la oscuridad se niega a la luz del día. Y frente al raciocinio calculador diurno se yergue el erotismo nocturno, y lo que no puede ser es que manden los mismos en ambos lados. Tiene que haber un ying y un yang que equilibre ambos mundos.

Cuando es imposible competir en igualdad de condiciones hay que hacer uso de las habilidades que se despliegan por la noche. Y a partir de ahí, lluvia de ideas en torno a cómo usar la materia básica para ganarse el sustento.

Los primeros que lo idearon fueron unos parados que hacían cola en el SEPE británico. Eran los chicos de Full Monty a finales de los noventa, con un espectáculo en plan amos de casa en paro, que se prepararon –para lucir sus cuerpos domados a base de pintas de cerveza, nada de tabletas de chocolate de vértigo hasta el ombligo– un bailecito de striptease en el pub de Sheffield.

El efecto mediático fue mundial, con espectáculos de strippers masculinos actuando para audiencias femeninas enfervorizadas, que con total sororidad compartían el monedero y depositaban la calderilla en la bolsita suspendida por un elástico en las caderas del bailarín y, con suerte, se le caería la tanga al suelo por el peso de las monedas, efecto eureka de la manzana de Newton.

Dejamos los orígenes históricos de los TomasBoys y los Reyes Majos, y volvemos al siglo XXI con Magic Mike (2012), otra peli en la que un obrero (Channing Tatum) que trabaja poniendo tejados bajo el sol se transforma cada noche en male entertainer con los Kings of Tampa.

Lo hace para sacar pasta y montarse una fábrica de muebles, un pequeño IKEA local. Y es que el erotismo como fuente de ingresos secundaria nunca deja de producir billetes.

La segunda parte en 2015 fue Magic Mike XXL (a saber por qué lo de añadir la talla), con Joe Manganiello haciendo de Big Dick Richie (por cierto, lo de big dick, bien dotado en español, ha derivado a BDE o Big Dick Energy: tener carisma y no alardear de ello, todo lo contrario de la ostentación, el músculo y la agresividad, compárese a Barack Obama con Donald Trump. Quizá las feministas de boquilla puedan sermonear sobre el tema).

Erin Brockovich contra todos

Así que faltaba una versión femenina haciendo uso del poder sexual y, además, que distribuyera beneficios a los desfavorecidos.

Faltaba alguien que combinara su talento y posición de underdog como Erin Brockovich (Julia Roberts), una madre soltera con cuatro hijos de diferentes padres que vive en una caravana y consigue, como ayudante de abogado, poner contra las cuerdas a la empresa que envenenaba los acuíferos de California.

Por cierto, Steven Soderbergh dirigió Erin Brockovich en 2000 y Magic Mike en 2012, así que algo de Robin Hood tiene el director.

Y aquí es donde JLo da otra vuelta de tuerca en Estafadoras de Wall Street, y en vez de garrote vil, usa la barra de pole dance para hacer justicia. Y a falta del anillo pa´cuando, más bien el Oscar® pa´cuando, porque la taquilla estadounidense ha reventado con 33 millones en su primer fin de semana de estreno y en España lo hará seguro a partir del 8 de noviembre.

Y el efecto mediático será, cómo no, clases de pole dance para las amas de casa aburridas. De ahí a transformar el dormitorio en sala de acrobacias sólo hay un paso :)

Y si queréis leer el comentario de Ester Carro sobre la peli le encontrareis aquí.