Irina Palm
Inmensa Marianne Faithfull
Hay películas que te hacen reír, otras que te hacen llorar, pero hay algunas, las menos, que te hacen pensar.
Irina Palm, película dirigida en 2007 por el francés Sam Garbarski, es una de esas cintas que jugando con la risa y el llanto hace que cuando acabas de verla tengas la sensación de haber visto una maravillosa película.
El argumento de la película no puede ser más duro. Una abuela, Maggie, dispuesta a hacer cualquier cosa para ayudar a pagar el tratamiento de su nieto enfermo. Ante la dificultad para encontrar trabajo, provocado a medias por la crisis y por los años que la contemplan, Maggie decide comenzar a trabajar en un Sex-Shop masturbando a los clientes a través de un agujero en la pared bajo el pseudónimo de Irina Palm. La actitud de la abuela que llega a ser tan buena en su oficio que el gerente del local le dice que “tiene la mejor mano derecha de todo Londres”, convierte lo que iba a ser algo temporal en un trabajo muy rentable.
La película que podría haberse quedado en la anécdota sobrepasa todas las expectativas por una inmensa Marianne Faithfull (Faces in The Crow, 2011). Las miradas de esta actriz inglesa, llenas de profundidad y dignidad, acaparan toda la pantalla. Marianne Faithfull leva un paso más allá el prototipo de la mujer digna, luchadora y que no se da fácilmente por vencida ante la adversidad.
Una joya para no perdérsela.