Xavier Legrand, director de ‘El sucesor’: «Generación tras generación los hombres nos vemos aplastados por el patriarcado»

El director de Custodia compartida vuelve a llevar la violencia patriarcal a los cines con su segunda película: El sucesor

Xavier Legrand, director galardonado en Venecia y San Sebastián con su ópera prima, lanza su segunda película 6 años después y apuesta por un thriller seco que nos habla del patriarcado y la herencia del mal.

El sucesor nos cuenta la historia de Ellias Barnès (interpretado por Marc-André Grondin), uno de los modistas más reconocidos de París que un día recibe una mala noticia. Es entonces cuando el filme abandona el glamour parisino y se adentra en el frío y desconocido Quebec donde Xavier mezcla con soltura drama y terror para lanzarnos a la cara grandes e inquietantes punzadas sobre la genética malicia.

ENTREVISTA

La película comienza con una larga escena en un desfile parisino ¿Cómo consigues que un sitio cargado de glamour resulte tan inquietante a ojos del espectador?

Xavier Legrand: Sí, creo que la escenografía ayudó mucho al objetivo. Mujeres sin expresión que actúan como maniquís y la fuerza música que te empuja a la pasarela en forma de espiral. Un tráfico de mujeres andando rápido y firme ya nos augura algo intranquilo. Vamos a decirlo así.

E incluso adelanta cómo va a ser el trata que reciben las mujeres a lo largo del filme.

Desde luego, la sociedad convirtiendo en objetos a las mujeres, totalmente.

Basada en la novela La ascendencia, escrita por Alexander Postel, decidiste marcar una serie de diferencias como el trabajo del protagonista en busca de ¿nuevos contextos?

Sí, y muchos más cambios. El protagonista en la cinta debe volver a Quebec y en la novela solo va entre provincias. Lo hice para marcar los dos mundos de Ellias (el protagonista), la distancia con su padre y el hecho de mostrarle mucho más aislado. Así potencio otros contextos en el filme; obligo a que un director en el mejor momento de su carrera se vea solo en la peor de las situaciones. Interactuando así nuevos personajes.

La cinta se mueve muy cerca del thriller moderno, pero su cotidianeidad y la violencia seca de sus escenas me lleva al cine de Haneke ¿es posible que haya servido de inspiración?

Michael Haneke es uno de los cineastas que me han formado realmente como director, no es que haya sido su alumno (risas), pero sí aprendí cine interesándome en sus películas. Así que, sí, en este aspecto sí que hay parte de él.

Su anterior (y primera) película, Custodia compartida también habla de la violencia machista y patriarcal que ejercen los hombres a sus mujeres e hijos ¿hay algún reclamo personal en su cine?

No, no hay directamente personal o biográfico. El patriarcado forma parte de mi infancia, de la construcción familiar en la que yo he crecido, pero que yo siempre he intentado deconstruir. Por eso me interesa llevarla al cine, para deconstruirla.

“Me interesa llevar el patriarcado al cine para poder deconstruirlo”

(Alerta: Spoiler)Acerca de la escena final en la que el protagonista parece que salta por su ventana a lo Michael Keaton en Birdman ¿qué dejas al espectador de interpretación en su final? ¿podemos imaginar el renacer de Ellias?

Cada uno puede interpretar esta secuencia final como quiera. Lo que sí hay es una desaparición, el hecho de que el Ipad se apague con la portada de la revista que le iba a dar todo el reconocimiento y el titular fuese: Barnès el sucesor; nada de Ellias Barnès. Solo lo relacionado con su padre, algo que de alguna manera le condena y opta por desaparecer. Uno puede desaparecer de todas las formas que quiera: cambiando de apellido, no volviendo a Francia… Pero al ser una tragedia, solo puede haber un fin mortal.

Tratas la dificultad de escapar de una herencia, tanto para bien como para mal. Especialmente la violencia masculina que vemos durante todo el filme.

Sí, sí, sí. Absolutamente, Pablo. Es algo que llevamos dentro de nosotros, también digamos el mandato social que existe en el mandato de sangre, la obligación familiar. El peso de llevar un apellido y transmitirlo. Generación tras generación los hombres nos vemos aplastados por el patriarcado que nos lleva a la violencia, la dominación y el egoísmo.

“Generación tras generación los hombres nos vemos aplastados por el patriarcado que nos lleva a la violencia, la dominación y el egoísmo.”