Roberto Santiago ha demostrado, con su novela Ana, que a veces las primeras incursiones lejos de la zona de confort de un autor pueden dar como resultado una obra excepcional que todos hubiéramos lamentado perdernos. YellowBreak ha conversado con este autor sobre Ana.
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Enfrentarte a la lectura de un libro de casi 900 páginas parece un reto al alcance de unos pocos valientes. Pero, si además en la solapa ya se reconoce que el título que nos ocupa es la primera novela para adultos de su autor la cosa se pone muy cuesta arriba. Y aún así, con Ana no tienes la sensación de correr un gran riesgo. En cuanto avanzas por este thriller judicial comienzas a ser consciente de que estás ante un ejercicio literario brillante.
Ana es la historia de una brillante abogada, con un pasado profesional glorioso, que sobrevive a sus adicciones y fracasos sumida en una espiral autodestructiva. Con una historia personal en continua cuesta abajo solo un trágico suceso personal consigue sacarla del agujero en el que habita y recordarle la razón por la que se hizo abogada.
A pesar de que el currículum de Roberto Santiago está repleto de trabajos en cine, teatro y literatura infantil y juvenil (es el responsable, entre otros, de la famosa colección Futbolísimos que se ha convertido en la saga de literatura infantil española más vendida en nuestro país en los últimos años), Ana es su primer asalto a la literatura de adultos.
Pero, ¿qué impulsa a un autor con su trayectoria a arriesgarse a escribir un thriller?
“Yo creo que, por suerte, los seres humanos tenemos muchas caras. A mí me encanta contar historias. Da igual el medio: cine, teatro o literatura y los temas. Soy feliz escribiendo mis novelas infantiles y voy a seguir haciéndolo. Pero se me ha presentado la oportunidad de cambiar mi registro y me parece muy saludable. De hecho voy a seguir alternando todos los estilos porque me gusta no encasillarme en uno solo”.
¿Y por qué iniciarse en el mundo de la novela para adultos con un thriller judicial?
“Para mí ha sido algo natural. Llevo muchos años construyendo historias que a través de Futbolísimos no podía contar y ha sido un largo proceso que ha dado como resultado Ana.
Además el thriller judicial es un tema que, como lector, siempre me ha interesado y parecía natural comenzar con él, a pesar de su dificultad. Siempre había oído que, a diferencia del sistema judicial anglosajón, el español no era tan espectacular. Siempre había pensado que la puesta en escena de los juicios anglosajones, que tanto conocemos por la televisión y el cine, eran mucho más visuales que los españoles. Pero, después de ver muchos juicios me he dado cuenta que la diferencia está en cómo se cuenta. Un alegato, un juez, un jurado o un abogado apasionado convierte una sala judicial en el perfecto escenario para un buen thriller”.
¿Cómo has conseguido convertir la parte del juicio en las páginas más apasionantes de la novela?
“He intentado enganchar al lector con la historia y sus diferentes personajes. Yo he escrito muchos guiones de cine y la forma tan visual de contar ciertas escenas hacen que el lector se las imagine de una manera más directa. Algunos de los capítulos son como escenas de un guión, no me doy cuenta pero debe ser deformación profesional”.
¿Y sacar adelante un personaje tan poliédrico como Ana?
“La clave es el personaje en sí, y sus múltiples defectos. Enamorarse de un ser perfecto no tiene mérito. Lo bueno de Ana es que tiene muchas virtudes, es luchadora y tiene un arraigado sentido de la justicia, pero a la vez está llena de imperfecciones. Es adicta al alcohol, a los tranquilizantes, a las relaciones destructivas, es muy borde, tiene mala leche y es intransigente. Su sentido de la justicia le hace ser extrema. Mi objetivo número uno al imaginar este personaje era que fuera realista y creíble. Antes de existir la Ana personaje de la novela, existió la Ana de mi cabeza, llevo años conviviendo con ella y volcando en miles de notas y apuntes como sería una vez se plasmara el papel”.
Uno de los mayores atractivos de Ana es su capacidad de moverse en las zonas grises. ¿Cree que esto enriquece al personaje?
“Siempre he creído que el lugar más interesante para moverse en la vida son las zonas grises. Cuando todo es blanco o negro, te pierdes muchas cosas. Ana es una mujer inteligente consciente de sus defectos, y capaz de reírse de sí misma, lo que la salva de la autodestrucción. La cruda sinceridad de su personalidad es muy complicada y difícil. Cuando se construye un personaje como el de Ana, que es la clave de todo el argumento, tendemos a idealizarlo y ha sido un enorme esfuerzo convertirlo en lo que es”.
A pesar de tener un final cerrado, el lector se queda con ganas de más. ¿Existe alguna posibilidad de poder disfrutar de una continuación?
“Es verdad que aunque el final es cerrado cuesta pensar que este personaje vaya a quedarse en una única trama. En esas miles de notas que tengo escritas hay historias para desarrollar una trilogía y más. Me encantaría poder continuar con este personaje y seguir contando cosas de Ana”.
¿Y una continuación en televisión o cine?
“Cuando la escribí no pensé en ello para nada, pero lo cierto es que mucha gente que ya ha leído el libro se lo imaginan como una película o una serie de televisión. Ciertamente el personaje de Ana es el sueño de toda actriz con recursos”.
Pues no nos queda más remedio que esperar ansiosamente la siguiente historia con este increíble personaje como protagonista.
