Entrevista Mikel Santiago autor de ‘La isla de las últimas voces’

“Me siento halagado de que me consideren el Stephen King español”

por Lorena Cañamero

Decir que Mikel Santiago (Portugalete, Vizcaya, 1975) es el autor revelación de la temporada no sería justo ya que este autor es responsable de algunos de los más impactantes thrillers que han llegado a las librerías en los últimos años. La última noche en Tremore Beach (2014), El mal Camino (2015) y El extraño verano de Tom Harvey (2017) han demostrado ser solo una pequeña muestra de todo el potencial que tiene Santiago en su imaginación y La isla de las últimas voces (2018) solo es la confirmación de su talento. En YellowBreak hemos charlado con él sobre su historia y sus secretos de escritor.

La trama de La isla de las últimas voces se desarrolla en Saint Kilda, una remota isla de la costa norte de Escocia,  durante una tormenta que deja a parte de sus habitantes incomunicados. La llegada de una misteriosa caja metálica a la costa comienza convirtiéndose en el billete a una vida mejor para unos y en una señal de mal augurio para otros. El conflicto está servido y la tragedia también.

Saint Kilda, una isla pequeña, una comunidad incomunicada, un clima adverso y un entorno claustrofóbico ¿Es más fácil construir una situación extrema en un ambiente tan hostil?

La ambientación a todos nos transforma, es un hecho. La ubicación geográfica afecta a las personas. La sensación del isleño, llevado a un trozo de tierra realmente pequeño, afecta aún más. Y ese es un buen punto de partida emocional en las mentes de los que viven allí de cara a aislarse del mundo, a construir sus propias reglas, a que se instale una fantasía colectiva. La isla ayuda a que el lector compre la idea que argumenta el thriller y que sirve de base a la novela. Aunque tengo que decir que la realidad y la ficción no están tan alejadas porque Saint Kilda es una ubicación real situada al norte de Escocia poblada únicamente por pájaros y focas, y con unas escasas ruinas romanas como muestra del paso del hombre.

La personalidad de tus personajes es bastante extrema. Marineros asesinos, violadores, locas beatas con tendencias agresivas, agentes de la ley corruptos  ¿De verdad que sólo te salieron cuatro personajes buenos en toda la isla?

¡Es que el mundo está fatal! -no puede evitar reírse-. Lo cierto es que en el pueblo hay gente más neutra, pero estos son los que entran en trance.

Están los que resisten a la fantasía que les proporciona la caja, los que caen en ella y los que se duermen. Parece una regla intrínseca de la caja, los personajes secundarios y poco importantes los suprime de la ecuación.

La diferencia entre los que se ven afectados por el influjo y los que lo evitan está en la capacidad mental de razonar y de resistir.

Sociológicamente también habría que contar con la personalidad de los isleños. Los nacidos en la isla tienen una manera de ver la realidad estructurados en un imaginario colectivo de la pertenencia a un grupo que los llegados de fuera no podemos entender.

¿La caja es un símbolo o es un elemento más de la trama?

La caja sirve de catalizador, de excusa si quieres. Ni siquiera hace falta que este misterioso objeto emita algo. Solo su presencia, la dimensión mental que provoca, esperanzas, miedos, alegrías, terror…,  ya está generando algo. La caja es algo más como se va a descubriendo a lo largo del libro. Aunque, al final el resultado es ambiguo. Yo tampoco quería profundizar mucho en la caja en sí. Quería presentar un elemento caótico capaz de acelerar los anhelos de las personas.

Una caja misteriosa es el detonante de un montón de situaciones extremas ¿Crees que una situación límite puede llevar a las personas, para bien o para mal, a comportarse como no lo harían normalmente?

Yo creo que somos mucho menos racionales de lo que nos creemos. Los sentimientos, como el amor, nos hacen muy irracionales y nos hace reaccionar como nunca pensamos que podríamos.

Algunos críticos te califican como el Stephen King español ¿Estás de acuerdo?

Me siento halagado. Cuando empiezas en esto de escribir siempre intentan colocarte una etiqueta para que encajes en algún sitio y sea más fácil catalogarte. Yo, encantado porque soy un gran admirador de Stephen King, aunque me identifico más con su época de El Resplandor que de Misery. Llevo cuatro novelas, estoy empezando como quien dice, y mi objetivo es conseguir construir un género más de aquí. Combinar lo que más me gusta de mis referencias anglosajonas con mi entorno. El glocal,como se conoce ahora, mezclar elementos locales y particulares con los mundializados.

¿Cómo se convierte uno en escritor de best-sellers en un país en el que, según dicen, las cifras de lectores no hacen más que disminuir?

Ni idea. Soy un autor muy espontaneo. Creo que no existe una fórmula mágica. Siempre he escrito sobre lo que he querido y el primer sorprendido del éxito de mis novelas soy yo. De hecho lo puedo demostrar. Tenía preparada la autopublicación de La última noche en Tremore Beach cuando Ediciones B me contactó para comprarla. Mi agente me dejó claro desde el principio que una novela que se desarrollaba en Irlanda, con unos personajes irlandeses y holandeses no se vendería en España ni en broma. Pero la vendimos y funcionó muy bien.

Yo creo que el ‘desparpajo íbero’ que tiene el fondo de la novela, a pesar del lenguaje anglosajón y el entorno extranjero, consigue que los lectores españoles se identifiquen con la historia. Aunque estemos hablando de Escocia y escoceses hay ciertos toques de personalidad que hace que esto pudiera estar ocurriendo en Móstoles si allí hubiera playa.

En los agradecimientos de La isla de las últimas voces reconoces que esta historia ha visto la luz gracias a la perseverancia de tu hermano Javier, pero ¿qué hace que una historia pase para ti de proyecto a realidad?

Principalmente, necesito un conflicto formal que marca el género de la novela negra, un crimen, y un conflicto de fondo marcado por los propios personajes protagonistas y el viaje que realizan a lo largo de la historia.

Después, decidir la ubicación y el entorno ayuda a situar el ambiente que quieres transmitir en la historia.

Y para terminar de redondear la fórmula, yo creo que necesito saber que quiero expresar a nivel moral. No busco una moraleja propiamente dicha, pero inevitablemente siempre me encuentro ofreciendo en cada libro una visión personal sobre determinada situación.

Y para terminar, ¿le contarías a los lectores de YellowBreak que hay dentro de la caja? Prometemos no decírselo a nadie ;)

Imposible. No puedo dar una respuesta. Cada lector deberá encontrar su propia solución al misterio… o no.

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