Antonio en la cocina

Blog de Cocina

Antonio Gómez

Desde Oriente con amor

El 13 de mayo es el día Internacional del Hummus, un dip que se ha vuelto habitual en nuestras mesas desde hace unos años, pero que en Oriente Medio y en el Mediterráneo más oriental lleva siglos existiendo.

Desde hace más de 7.000 años hay constancia del uso frecuente del garbanzo y se cree que es uno de los primeros vegetales cultivados, así que no es extraño que muchas teorías sitúen el origen de esta crema en el antiguo Egipto, aunque su preparación y presentación fuese distinta a la actual, ya que se presentaba en pequeñas porciones sobre pan de pita.

Por otro lado, hay quienes defienden que el origen del Hummus se sitúa más entre la zona de Líbano y Turquía, y ambos países se disputan la autoría, tanto que en 2009, el ministro de turismo libanés Fadi Abboud pensó que para demostrarlo la mejor idea era que Líbano preparara el plato de humus más grande para ser reconocido por el Libro Guinness de los Récords Mundiales, y lo logró con un plato de 2.000 kilos de hummus. Igualmente, es conocido el hummus en Israel, y en Palestina, se prepara una variante llamada msabbaha.

Un plato sencillo

El nombre completo es hummus bi tahina cuya traducción es tan sencilla como ‘garbanzos con tahina’. Un plato sencillo consistente en una crema de garbanzos cocidos con pasta de sésamo, conocida como tahina,​ que incluye zumo de limón y aceite de oliva, y que según la variante local puede llevar además otros ingredientes como ajos o pimentón.​

Es habitual servir este plato como desayuno, frío o tibio, extendido en un plato, acompañado por pan de pita y en ocasiones por verduras y hortalizas frescas.

La receta…

Para una receta básica trituraremos unos 500 g de garbanzos cocidos, dos cucharadas soperas de tahina, dos o tres cucharadas soperas de aceite de oliva, un diente de ajo y el zumo de medio limón y una pizca de sal.

Si fuese necesario incorporamos un poco de agua para dejar una textura menos densa. A esta mezcla se le puede añadir especias como el comino, cilantro molido o alcaravea si se desea.

En el momento de servir (frío o tibio), se añade pimentón y un chorrito de aceite de oliva. Sobre esta receta básica, cada vez salen más variantes que añaden otros ingredientes, como aguacate o remolacha, para darle color y un toque de sabor diferente.

Y un consejo…

Es recomendable eliminar la piel de los garbanzos para que quede una textura más fina y produzca una digestión más ligera. Para ello, si usamos garbanzos cocidos envasados, podemos usar un truco para eliminar las pieles.

Tras escurrir y enjuagarlos bien, los vamos a colocar en un recipiente apto para el microondas y les añadiremos una cucharadita rasa de bicarbonato por cada 200 grs de garbanzos, los calentaremos un minuto y llenamos el recipiente con agua caliente, empezaremos a frotar los garbanzos unos con otros con cuidado, y veremos como empiezan a desprenderse las pieles, los escurrimos, eliminamos las pieles sueltas y llenamos de nuevo de agua para repetir el proceso. Con dos, tres veces habremos eliminado la mayor parte de pieles

En Madrid podemos encontrar desde restaurantes de comida tradicional libanesa o turca que ofrecen este manjar, así como otros en los que el hummus es su barco insignia, como es el caso de la Hummusería o Barganzo. Lo que sí es cierto es que se ha hecho un hueco en nuestras mesas, así que coged un pedazo de pita y a disfrutar.

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