‘Contar la verdad’, de Bieito Rubido

Contra la ucronía del falso presente, el periodismo con clase

Bieito Rubido, director de ABC y antes de La Voz de Galicia, desgrana los secretos tras las bambalinas de la actualidad

No es fácil escribir una reseña de las memorias profesionales de un grande de la prensa española. El confinamiento ayudó a muchos escritores a concentrarse en la tarea, y ocultó a otros cuando dejaron la sala de redacción sin ruido. Bieito Rubido hizo ambas cosas, se retiró y escribió Contar la verdad. Cómo cuarenta años de oficio no me hicieron dejar de creer en el periodismo.

Quizá la parte más llamativa sea su experiencia en Venezuela, con ese trasiego de políticos españoles y “conseguidores” de la metrópolis que corteja al virreinato bolivariano, con permiso de los controles cubanos.

Pese a que un periodista narra siempre hechos, en los capítulos venezolanos del libro hubo momento en que pensé que releía Dos espías en Caracas, de Moisés Naím. Lo que se disfruta como ficción, angustia cuando se trata de la realidad, porque se atisba que las conexiones económicas entre el régimen chavista-madurista son más fuertes de lo que se piensa.

Intervención extranjera en España

Cuenta Rubido que por la corte de Hugo Chávez pasaron el exembajador Raúl Morodo, Zapatero, Bono, Moratinos,… ya después llegaron los chicos de Podemos para que les extendieran cheques. Por allí siguen estos días Zapatero y Monedero (me ha salido un pareado), dando fe de los últimos comicios celebrados por Nicolás Maduro.

Si comparamos la política exterior de Estados Unidos, que supuestamente ha financiado cambios de régimen en diferentes países, el paralelismo hablaría solo: desde Venezuela se habría financiado el disloque político español desde hace veinte años. De hecho, lo que se investiga estos días en torno a Neurona va por ahí, aunque quede mal señalar con el dedo sin ser de izquierdas.

Por fortuna, Rubido no confunde el periodismo de investigación con el dudoso “periodismo de investigación” consistente en filtraciones interesadas de fiscales, policías y jueces desde los juzgados, contaminando sumarios en marcha y la convivencia.

Lo deja caer de forma más o menos elegante cuando se refiere a los papeles de Bárcenas y su publicación en exclusiva en un periódico sí y en otros no (los que van chupando rueda de la exclusiva “facilitada” al otro).

Prensa digital

Todos hemos vivido el cambio de hábito lector del periódico físico al digital. Esa convivencia entre soportes de lectura supone esfuerzos extras a la redacción y a la dirección del medio. No es fácil cuando eres una cabeza y los dos soportes exigen un patrón por separado, tanto en redacción como en publicidad.

Lo que uno mejora, el otro lo empeora, y viceversa. Entre otras cosas que nos ha traído la velocidad de la información está la viralidad. Como cita Rubido, las noticias falsas virales aportan novedades y sorpresa, mientras que las noticias verdaderas suelen generar tristeza.

En conclusión, un libro que podría ser cabecera para la asignatura de Ética Periodística, siempre y cuando no la imparta un político con “tuerkas retorcidas” aspirante a dictar cátedra en Periodismo.