Christina Rosenvige: Contra la épica, la estrofa sáfica

Christina Rosenvige

Primavera Labels nos traía esa noche, una velada de lo más especial de la mano de Christina Rosenvige. Presentada por Sara Torres desplegando un recital de poesía y textos de lo más precisos y preciosos para lo que se nos venía encima, algunos de los textos los reconocí como suyos aunque no sé si lo eran todos, los veinte minutos de previa con esas palabras inundando la sala se convirtieron en pura magia.

Puestos en situación, Christina Rosenvige sale a escena apoyada en una flamante banda de féminas dispuestas a interpretar Los Versos Sáficos. Un proyecto teatral que Christina ha decidido aprovechar para convertirlo en un nuevo disco y girar con él, intercalando en el set-list alguna que otra sorpresa.

La primera de ellas llega con la primera canción que interpreta. Canción Del Eco está inspirada en un autor que, debido a su odio y envidia hacia Safo, corrió el rumor de que la poeta había cometido suicidio por amor a un hombre, dato totalmente incierto y que se ha corrobado con textos posteriores. Safo murió de mayor y para nada de suicidio. Algo que nos explicó muy bien Christina esa noche después de pedir disculpas por cantar esa canción y empezar a desgranar sus versos sáficos.

Los Versos Sáficos es un trabajo que toma algunos de los retazos encontrados de la obra de Safo y los convierte en canción. Un trabajo que Christina Rosenvige completa desde una perspectiva artística y política al mismo tiempo, y que recala en diversos estilos para expresar, de la mejor manera posible, su implicación en la obra de la poeta.

María Arnal hizo aparición en Canción de Boda, pero también acompañó a Christina sobre el escenario para cantar una personal versión de Tú Por Mí, contenida en el primer disco de la Rosenvinge con los subterráneos, con una intensidad y una complicidad desbordantes. La magia de nuevo hacía presencia.

Los juegos de luces, los cambios de vestuario, los acercamientos al piano, o lo intimista de la guitarra acústica, hicieron que las canciones crecieran y se convirtieran en especiales por motivos totalmente diferentes. La interpretación por parte de todas fue perfecta en todos los aspectos, pero el conjunto del espectáculo, con la presentación de Sara y la colaboración de María, elevaron la propuesta exageradamente.

Cualquier noche con Christina Rosenvinge es especial, pero esta vez venía con el espíritu sáfico dentro y eso la hizo todavía más especial.