Treinta años después de que las adoradas películas originales arrasaran entre los espectadores de todo el mundo, el director Paul Feig ofrece su propia versión de los Cazafantasmas. ¡No se lo pierdan porque este verano llegarán para salvar el mundo!
Son muchos los proyectos que han intentado revivir clásicos del cine de entretenimiento sin mucho éxito. Películas que forman parte de la adolescencia de muchos de nosotros como Conan, El Bárbaro (1982), Indiana Jones (1981), Karate Kid (1984) o Robocop (1987), han sido revisados en los últimos años sin aportar nada que no hubiera conseguido el original hace treinta años.
Por esta razón, y después de mucho tiempo dándole vueltas a la idea, el director Paul Feig (La boda de mi mejor amiga, Cuerpos especiales o Espías) tenía claro que quería hacer una versión que fuera fiel al espíritu de las películas originales, pero aportando su toque.
Cambiar el sexo de los protagonistas, introduciendo cuatro mujeres con gran personalidad y muchos problemas de actitud, fue su primera medida. Abby (Melissa McCarthy), la experta en lo paranormal, ha dedicado su vida a estudiar a los fantasmas; Erin (Kristen Wiig) es la física que intenta aportar una base científica; Holtzmann (Kate McKinnon) es la ingeniera que puede tomar los conceptos que se les ocurren a Abby y Erin y crear el equipo físico para combatirlos y, por último, Patty (Leslie Jones) se une al grupo como la recién llegada, que se conoce hasta el último recoveco de Nueva York, lo que será una de las claves para descubrir dónde están los fantasmas y qué le está sucediendo a Manhattan.
En la película nuestras protagonistas han dedicado sus vidas a demostrar científicamente que los fantasmas existen, razón por la cual se las considera chiflada, porque no hay pruebas físicas. Pero, cuando por fin consiguen ver de verdad los fantasmas que han estado intentando encontrar todas sus vidas, demostrarán que han hecho bien en dedicar su vida a eso. Todas tienen ese objetivo común y, por extraño que parezca, se complementan unas a otras.
A pesar de que muchos han acusado a los responsables de la cinta de utilizar al sexo femenino, ellos han insistido que no era una cuestión de sexo. La historia va sobre la amistad de cuatro personajes concretos mientras hacen algo extraordinario.
Y si hasta aquí el cambio de roles tradicional no parecía completo, nuestras Cazafantasmas del siglo XXI necesitaban una recepcionista que, por supuesto, debía ser interpretado por un hombre, a ser posible guapo, cachas y tonto. ¿Y quién mejor que el australiano más atractivo del cine actual, Chris Hemsworth?
Con un inesperado talento para la comedia el conocidísimo Thor, de las películas de Marvel, sorprendió a todo el reparto por su capacidad para improvisar y su bis cómica. Calificado por sus compañeras como biónico, Hemsworth no ha desaprovechado la oportunidad que este papel le ha proporcionado de demostrar su lado más divertido.
Pero, a pesar de estos cambios, si hay algo que caracteriza las películas de los Cazafantasmas son los artilugios, la utilería y los vehículos.
Parte del encanto de la película original es la mezcla de tecnología rudimentaria y sofisticada, tecnología de vanguardia que parece hecha en un garaje a base de piezas sueltas, y es esta estética la que se ha intentado mantener en esta nueva entrega. Armamento con apariencia de juguete ha sido supervisado por James Maxwell, físico de partículas en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, para dotar a la utilería de la película de una cierta verosimilitud.
Y claro, ninguna película de Cazafantasmas estaría completa sin el Ecto-1, así que, naturalmente, el vehículo de estos peculiares cazadores está presente en el filme. Pero, al igual que se han puesto al día las armas de la cinta original, también se ha hecho lo mismo con el coche. La película original de 1984 utilizaba una ambulancia Cadillac de 1959 modernizada y, para la nueva versión, el equipo creativo eligió un vehículo igualmente anticuado: un coche fúnebre de Cadillac de 1981-83. Y además, esta entrega también presenta un nuevo vehículo: la moto de Kevin, el Ecto-2.
Así que, prepárense porque este verano desembarcan las Cazafantasmas del siglo XXI para hacernos reír como lo hicieron sus antecesores hace treinta años. Ya se sabe que lo importante es no perder el espíritu… o el fantasma.
