El monstruo se arranca el bozal
En 2006 aparecía, por primera vez en televisión, el personaje de Dexter Morgan. No me fliparé con la presentación, porque seguro que os acordáis de él.
Eso sí; para quien no lo conozcáis, Dexter Morgan, forense de la policía de Miami, alberga un pasado oscuro.
Un pulso que le pide cazar, y no gamusinos precisamente. Su padre adoptivo, al ver que su hijo era un pelín psicópata, decide transmitirle un código. Harry, que era policía, le enseña a Dexter cómo hacer para que no le cojan, cómo aparentar ser una persona normal y confiable, y como elegir a sus víctimas; remanentes de un sistema corrupto; otros psicópatas que, por falta de pruebas, están lejos siquiera de una orden de detención.
Ya crecidito, Dexter Morgan se vuelve el antihéroe. Por la noche un asesino modélico; inteligente y calculador. Por el día, amante esposo y padre de dos niños que no son suyos, un buen hermano, un tipo amistoso, un compañero de trabajo humilde y servicial. Todo un disfraz, pues cómo insiste nuestro protagonista, no puede sentir emociones por sus semejantes, y todo (esposa, amigos, familia…) son solo el disfraz que necesita para que no le descubran.
Decir que el carisma del personaje fue un bombazo es quedarse corto. Entra en el pódium de personajes más famosos de series de televisión, al nivel de nombres cómo Walter White o Gregory House.
Interpretado por un Michael C. Hall que podía ser desde cómico, hasta escalofriante. La historia de un monstruo que devora a otros monstruos mientras lidia con su día a día. Nos ofrecía una serie fresca que sabía jugar con la tensión, y que tuvo una longevidad de 8 temporadas; dándonos un final bastante cerrado. Una vida acompañada de numerosas nominaciones a los Emmy y Globos de Oro a mejor drama, así como el premio Peabody en 2008.
Pero hoy, en 2021, el drama de Showtime y creado por James Manos Jr., tiene una nueva oportunidad para lucirse. Esta vez, de la mano de Clyde Phillips cómo showrunner, Dexter: New Blood nos ofrece unos nuevos diez capítulos sobre el resultado final sobre nuestro asesino en serie favorito.
Diez años después, Dexter Morgan, tras los sucesos del final de la octava temporada, vive bajo el nombre falso Jim Lindsay (que es un homenaje a Jeff Lindsay, autor original del personaje en su novela El oscuro pasajero). Habita en la ciudad de Iron Lake, y trata de ser algo más que su disfraz de ciudadano ejemplar. Una lástima que ciertos eventos le recuerden que a un monstruo no se le puede poner una correa.
La serie nos trae a parte de la plantilla original, con Michael C. Hall al frente (este tipo es una máquina. Llegó incluso a superar un cáncer en mitad del rodaje de la serie), repitiendo en el reparto con John Lithgow y Jennifer Carpenter (a modo flashback y delirio, supongo), y terminando la plantilla con nombres cómo Clancy Brown (Cadena Perpetua, Carnivale), Jack Alcott (El Pajaro Carpintero), Alano Miller (Jane The Virgin) o Julia Jones (Goliat).
Un plantel bastante decente para darnos 10 capítulos más de una de las series más queridas de la televisión.
¿Esperáis ya la primera sangre con ansia?